La creciente presencia de atún rojo en el litoral vascofrancés impulsa una campaña invernal y consolida el futuro de la pesca artesanal. No obstante, Norberto Emazabel, presidente de la Federación de Cofradías de Gipuzkoa mantenía que «no hemos notado este año más atún que en otros años».
La pesca del atún rojo, tradicionalmente limitada a los meses de verano en el País Vasco francés, ha experimentado un giro significativo: ahora la actividad se extiende durante todo el año gracias a la creciente presencia de esta especie en las costas del Atlántico, particularmente en el litoral basco-landés.
Este fenómeno, que hace una década habría parecido improbable, ha dado lugar a una campaña invernal inédita y ha abierto nuevas oportunidades para los pescadores locales. Uno de los ejemplos más emblemáticos de esta nueva etapa es Nicolas Xancho, un pescador de 30 años natural de Capbreton, en el departamento de Las Landas.
Después de más de diez años de experiencia como patrón de barco, Xancho decidió este año dar el salto y adquirir su primera embarcación propia, el Ahaldena, un canneur-ligneur de 11,90 metros de eslora construido en 1991. La compra no fue sencilla: encontrar una entidad bancaria dispuesta a respaldar su proyecto fue un reto. “Tuve algunas dificultades al principio”, explica. “Pero cuando encontré un banquero que conocía el sector pesquero, no dudó en apoyarme”.
Este cambio de paradigma en la pesca del atún rojo responde a una mayor abundancia de la especie en las aguas del golfo de Vizcaya, consecuencia de una gestión pesquera más estricta a nivel europeo en los últimos años, basada en cuotas, vedas y control de capturas.
Además, el tipo de embarcación y método de pesca utilizado por Xancho —la pesca con línea— permite una práctica selectiva y sostenible, muy valorada por los mercados actuales que buscan productos responsables con el medio ambiente.
El Ahaldena no es un caso aislado. Cada vez más jóvenes pescadores de la región están considerando invertir en embarcaciones propias, alentados por un recurso en expansión y una demanda comercial fuerte. Para ellos, pescar atún rojo durante todo el año garantiza una mayor estabilidad económica y la posibilidad de prolongar la actividad más allá del corto verano.
Las autoridades francesas y regionales observan con atención esta tendencia, ya que podría redefinir la estacionalidad de la pesca artesanal en el País Vasco francés. Se espera que en los próximos meses se refuercen los mecanismos de apoyo al sector, tanto en formación como en financiación e infraestructura, para consolidar esta nueva etapa.
Así, la pesca del atún rojo deja de ser una actividad estacional y se convierte en una oportunidad de desarrollo económico sostenible y duradero para el litoral basco-landés. Una muestra más de cómo la naturaleza y la resiliencia del sector pesquero pueden generar nuevos horizontes.
