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domingo, octubre 13, 2024
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“Estamos trabajando arduamente para conocer los efectos de los Dispositivos de Concentración de Peces (DCPs) sobre los túnidos”

Gala Moreno, científica investigadora de la ISSF y miembro del Comité de Capturas Incidentales de la ISSF, cuenta con dos décadas de experiencia trabajando con atuneros cerqueros en los océanos Índico, Atlántico y Pacífico, estudiando el comportamiento de los atunes en los Dispositivos de Concentración de Peces (DCP). El trabajo de esta doctora vaasca se centra en la reducción de los efectos adversos de los DCP y aprovecha los conocimientos de los pescadores y los datos científicos para mejorar la gestión de la pesca. Coordina proyectos de investigación en tres océanos sobre el impacto de los DCP en las capturas accesorias, las especies de atún y el ecosistema, incluida la investigación sobre los DCP biodegradables, la selectividad acústica para discriminar las especies de atún antes del lance y las interacciones con las rayas Mobula y las tortugas marinas en la pesca del atún. También ha promovido talleres para patrones sobre mejores prácticas y posibles soluciones a los impactos de la pesca en más de 20 países.

¿Podría comentar su trabajo en ISSF (International Seafood Sustainability Foundation) en qué consiste? 

Coordino proyectos de investigación que se centran en el impacto de los DCP y en buscar soluciones para mitigar estos impactos. Esta labor abarca el impacto de los DCP en e l medioambiente, en las especies objetivo y especies no objetivo, especialmente las especies emblemáticas o altamente vulnerables como son los tiburones, mantarayas y tortugas. Estos proyectos de investigación se realizan en los océanos Índico, Pacífico y Atlántico, en las regiones donde se practica la pesca con DCP y en colaboración con investigadores de diversas organizaciones y universidades, así como con las flotas que pescan atún. A través de estas investigaciones y colaborando con las flotas, proporcionamos a la ISSF información basada en ciencia para respaldar decisiones informadas para la conservación del atún.
Una parte fundamental de mi tra bajo consiste en comunicar los resultados de estas investigaciones tanto a los propios pescadores como a las Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera (OROP) que establecen las medidas de conservación del atún. Presentamos los resultados de nuestras investigaciones a científicos, ONGs y gestores de los distintos países participantes en las OROP. Este enfoque busca promover una gestión basada en la evidencia científica y fomentar la colaboración de los diferentes actores en la toma de decisiones para la conservación del atún.


¿Podría hacer una estimación del número de dispositivos de concentración de peces instalados en el ámbito de su trabajo a nivel mundial?
En estos momentos es muy difícil poder proporcionar una estima del número de DCP que se despliegan en el agua. La estrategia de pesca con DCP es compleja: el pescador echa uno al agua con una baliza geolocalizadora y lo deja a la deriva, para que éste “madure” y agregue atún. Éste DCP puede ser visitado al mes o cuando el barco está cerca de la zona donde ha derivado el DCP. Sin embargo, durante ese tiempo de deriva, el DCP ha podido ser pescado y recogidopor otro barco, se ha podido hundir, o derivado lejos de la zona de pesca.

En casos, en el que el DCP deriva fuera del alcance del barco, el pescador desactiva la baliza geolocalizadora, de forma que quedan muchos DCPs a la deriva sin control. Esto quiere decir que la población de DCP ses muy dinámica y difícil de monitorizar. Existe una estima global del 2015 (Gersman et al.2015) que sugiere que se depositan 100.000 DCP anualmente en los tres océanos. Recientemente estimas para el océano Pacífico hablan de una media de unos 50.000 al año. Los científicos estamos trabajando arduamente para obtener estimas más precisas y, especialmente, para asesorar sobre el impacto del número de FADs en las poblaciones de atún y otras especies asociadas buscando un equilibrio sostenible.
¿A menudo, los DCP se pierden, son abandonados o van a la deriva ysalen del caladero, por lo que tienen que ser sustituidos. ¿Existe uncontrol sobre su ruta?
Uno de los desafíos al que nos enfrentamos está relacionado con el hecho de que aproximadamente el 20% de los DCP desplegados terminan en las costas, generando impactos tanto en los hábitats donde quedan varados (como arrecifes de coral) como en las actividades económicas de los países receptores, especialmente aquellos dependientes del turismo, como las islas en el Caribe, la Polinesia Francesa o las Galápagos por nombrar algunos pocos Este impacto se debe al material empleado para la construcción de los DCP, predominantemente plástico y redes que son persistentes y perjudiciales para el medio ambiente y que, además, presentan un riesgo alto de enmalle de fauna marina. En general, no existe un control de los DCP cuya baliza geolocalizadora ha sido desactivada, éstos pueden derivar en el mar durante años hasta llegar a zonas muy lejanas a la zona de pesca o acabar varados o hundidos. Estamos colaborando con muchas organizaciones que están realizando censos de los DCP que llegan a sus costas, por ejemplo, en el Caribe, o Hawaii, islas a las que llegan los DCP perdidos y abandonados tras largas derivas.

¿Cuáles son las potenciales soluciones a ese impacto de los DCPs perdidos o abandonados?

No hay una solución única; la mitigación del impacto de los DCP perdidos o abandonados requiere una combinación de acciones. La opción más efectiva es utilizar materiales biodegradables no enmallantes en la construcción de DCP, éstos son conocidos como DCP biodegradables. Estos DCP se fabrican con materiales orgánicos como algodón, abacá, bambú y madera de balsa, y no se utilizan redes de ningún tipo. La idea es que sean efectivos para la pesca peroque, si se pierden o abandonan , se degraden rápidamente, m inimizando así su impacto en el ecosistema.


Otra medida crucial es prevenir la pérdida y el abandono de DCP mediante buenas prácticas, como recoger más DCP en el mar cuando se visitan para la pesca, especialmente en zonas cercanas al límite de la zona de pesca.


Dado que la pesca con DCP es compleja y conlleva la pérdida inevitable de algunos dispositivos, se está trabajando también en programas de recuperación de DCP desde tierra, con la colaboración de pescadores locales artesanales, como en el caso deGalápagos, o mediante ONG que trabajan en conjunto con la industria pesquera, como en el atolón de Palmyra en el Pacífico, o el programa DCP Watch en Seychelles, gestionado por la Seychelles Fishing Authority en colaboración con la flota europea (FIP de SIOTI y AGAC).
Finalmente, un monitoreo más eficiente de la trayectoria de los DCP podría minimizar el impacto. Esto incluiría no desactivar las boyas geolocalizadoras, explorar otras metodologías de seguimiento para los DCPs y mantener un censo detallado de los DCPs desplegados y recogidos.


¿Cuáles son las actuales medidas de regulación en torno a los FAD biodegradables y no enmallantes?
Las cuatro OROP que regulan la pesca de atún están avanzando a ritmosdiferentes en la implementación de medidas relacionadas con los DCP biodegradable y no enmallantes . En el océano Índico (IOTC), se prohibió el uso de redes en los DCP ,en el 2020, al igual que en el Pacífico Oeste (WCPFC) que esta prohibición entró en vigor a partir de este año.
En el océano Pacífico Este (CIAT), se ha establecido que a partir de 2025 estará prohibido el uso de redes en los DCP. Sin embargo, en el océano Atlántico (ICCAT), que está rezagado en este aspecto, aún se permite el uso de redes en la construcción de DCP, siempre que estas redes presenten un menor riesgo de enmallamiento, es decir, con una luz de malla pequeña. Sin embargo, estas redes, una vez que los DCP se pierden, tienden a convertirse en una fuente de alto riesgo de enmallamiento de fauna marina a medida que se degradan y la luz de malla se agranda. Hasta ahora, no ha habido avances adicionales en este sentido en el Atlántico.
En cuanto al uso de materiales biodegradables, la CIAT en el Pacífico Este ha sido pionera al fijar una transición hacia el uso exclusivo de DCP 100% biodegradables a partir de 2026 hasta 2030, aumentando gradualmente los componentes orgánicosdurante este período. En las demás OROP (IOTC, WCPFC, ICCAT), no hay avances concretos en esta dirección, aunque se recomienda la transición hacia DCPs biodegradables.
Además, como medidas indirectas para minimizar el impacto de los DCPs perdidos o abandonados, se busca limitar el número de DCPs desplegados y el pode r monitorizar su trayectoria desde el despliegue hasta el final de su vida. Actualmente, existenlímites para los DCPs»activos», es decir, aquellos que están siendo monitoreados, pero la población real en el mar no está clara debido a las desactivaciones.


¿Cómo es la toma de decisiones?
La toma de decisiones en las OROP es más lenta de lo que quisiéramos. Las decisiones se toman por consenso, basta con un solo miembro para bloquear un acuerdo y esto ralentiza muchísimo el proceso. En el caso de la transición a los DCPs biodegradables y no enmallantes, un año de demora en la toma de decisiones supone el despliegue de aproximadamente 100.000 DCPs con plástico, de los cuales alrededor de 20.000 podrían acabar varados, a nivel global y s egún estimas publicadas.
Además, una proporción significativa seguirá derivando sin control, perjudicando el hábitat y las especies marinas que dependen de eos hábitats. Por otro lado, para limitar de forma efectiva el número de DCPs, es necesario establecer objetivos de manejo claros, definir la propiedad de los DCPs acompañada de responsabilidades y obligaciones y contar con información detallada sobre la población y devenir de los DCPs desplegados, datos que actualmente nos faltan. Además, algunas regulaciones pueden ser ambiguas y permitir diversas interpretaciones, situación que la industria pesquera y los gobiernos aprovechan para resistirse al cambio.
Uno de los objetivos de ISSF es agilizar el proceso de toma de decisiones en las OROP, respaldándose en evidencias científicas y colaborando estrechamente con los pescadores. El propósito es implementar cambios de manera más rápida y lograr una aceptación más amplia dentro de la industria pesquera.
¿Existe interés en la flota por emplear FAD biodegradables?
Dentro de las flotas dedicadas a la pesca de atún con DCPs se observa una diversidad de enfoques en relación con la adopción de DCPs biodegradables y no enmallantes, así como hacia la pesca sostenible en general. La transición hacia prácticas más sostenibles es impulsada en muchos casos por compromisos con certificaciones o Programas de Mejora Pesquera (FIPs, por sus siglas en inglés), y a veces las flotas mueven ficha antes que las propias OROP.
Esto se ilustra claramente con la medida de conservación de la ISSF sobre el uso de DCPs de bajo riesgo de enmallamiento.
En ese momento, las OROP aún no habían adoptado esta regulación, pero las flotas respondieron de manera proactiva al comenzar a emplear DCPs de bajo riesgo de enmalle para cumplir con la medida de la ISSF.
En general, la disposición para cambiar varía entre las flotas, pero durante los talleres con los pescadores, muchos reconocen la magnitud del problema de la contaminación de plástico en los océanos y muestran preocupación al respecto y entienden que los DCPs son parte de ese problema. Sin embargo, al mismo tiempo se comparan con otras flotas como la de palangreros o las redes de enmalle y piensan que el punto de mira en los DCPs es desproporcionado en comparación a los impactos de otras artes de pesca.
La implementación de cambios no es sencilla, especialmente considerando que, hasta hace una década y media, hasta el 2010, prácticamente no existían regulaciones en relación a los DCPs y los pescadores podían desplegar al agua tantos como quisieran o pudieran y empleando cualquier material en su construcción.
Es esencial tener en cuenta de dónde venimos y que el proceso de cambio implica un esfuerzo considerable de cada uno de los involucrados.
Por ver el lado positivo, se evidencia un cambio generacional, los jóvenes pescadores que empiezan ahora, han crecido en una cultura de reciclaje, sonmás conscientes de la contaminación y más receptivos a prácticas sostenibles.
Los patrones y capitanes de pesca tienen un amplio cono cimiento sobre el uso de DCPs, y es crucial que apliquen ese conocimiento para facilitar la transición hacia DCPs biodegradables. Al mismo tiempo, los armadores deberían de proporcionar los materiales necesarios y flexibilizar los objetivos de pesca para per mitir pruebas con DCPs experimentales. En todo esto, los científicos y ONG desempeñan un papel crucial al respaldar este cambio con investigaciones, así como compartiendo conocimientos entre las flotas de diferentes regiones para lograr un impacto global.


¿Los DCPs biodegradables diseñados para concentrar atún fundamentales para mantener la actividad pesquera, minimizan simultáneamente su interacción sobre los ecosistemas marinos vulnerables?


Sí, sin ninguna duda los DCPs biodegradables y no enmallantes que están construidos con materiales de origen orgánico minimizan el impacto. Éstos se degradan y el resultado de su degradación no es tóxica, no genera microplásticos y no enmallan la fauna marina.


¿Los FDCPs biodegradables son tan efectivos para pescar como los FADsconvencionales hechos de plástico?


Existe el temor en algunas flotas de que los DCPs biodegradables puedan resultar menos productivos, lo cual resulta paradójico, ya que los objetos flotantes naturales, como troncos o ramas, fueron los precursores de esta estrategia de pesca. Aunque ahora existen diferentes estructuras de DCPs, no hay evidencia científica que respalde la superioridad de una sobre otra en términos de capacidad de agregar atún.
Todavía no sabemos por qué los atunes se agregan a los DCPs, aunque hay diversas hipótesis.
La adopción generalizada de DCPs biodegradables mantendría la productividad pesquera, al tiempo que minimizaría el impacto ambiental.


Algunos pescadores argumentan que los DCPsbiodegradables tienen una vida ú til más corta que los DCPs s convencionales. No obstante, nuestras investigaciones con un nuevo diseño de DCPs biodegradable, conocido como Jelly- FAD, indican que este último tiene una duración comparable a las estructuras convencionales. Es relevante señalar que la mayoría de los pescadores utilizan un DCP durante un período de tres a seis meses, salvo algunas excepciones. En este sentido, el Jelly-FAD está demostrando una longevidad efectiva de un año. Asimismo, al igual que los DCPs convencionales, que se reparan cuando sufren daños, los DCPs biodegradables también podrían y deberían ser reparados para prolongar su vida útil.


¿Qué proyectos de investigación están llevando a cabo para minimizar el impacto de las estructuras de los DCPs? Con qué flotas están trabajando?
En la actualidad, colaboramos con diversas flotas a nivel global, incluyendo Estados Unidos, España, Corea, Taiwán, Micronesia y Dakae entre otras. La investigación se nrealizan junto con institutos y científicos locales, con los que llevamos a cabo el seguimiento detallado de los DCPs biodegradables y el análisis de su eficacia. Recientemente, hemos trabajado en estrecha colaboración con la CIAT, la Universidad bde Hawaii y The Pacific Community (SPC, pr oveedores de ciencia para la WCPFC) para evaluar el impacto de los FAD en las tortugas marinas. Esta evaluación incluyó la realización de simulaciones de trayectorias de DCPs virtuales para estudiar la conectividad de los DCPs con hábitats esenciales para las tortugas marinas en el Pacífico.
Próximamente, nos embarcaremos en la definición de programas de recuperación de FAD con el objetivo de optimzar su efectividad.
No le parece que muchas veces no se tiene en cuenta el esfuerzo de la flota en la reducción de los efectos adversos de los DCP ni que se aprovecha los conocimientos de los pescadores y los datos científicos para mejorar la gestión de la pesca?
Totalmente de acuerdo. Por un lado, en cuanto a conocimiento se refiere, los pescadores aúnan generaciones de conocimiento tácito sobre el recurso, en este caso, el atún, que los científicos no hemos sabido valorar, o no hemos sabido integrar adecuadamente en el conocimiento científico. Hasta hoy, este conocimiento no se había considerado pero las cosas están cambiando.
Varios proyectos están empezando a tener en cuenta esta perspectiva y la están incorporando a las evaluaciones científicas. Sin embargo, al igual que ocurre con los pescadores, implementar cambios significativos también representa un desafío en la comunidad científica, que ha seguido durante años los mismos paradigmas.
En lo que respecta al reconocimiento del esfuerzo de la flota, es crucial destacar que algunas flotas están logrando avances significativos hacia prácticas pesqueras más responsables. Los mercados están reconociendo los esfuerzos de estas flotas que cumplen con las buenas prác ticas, y los consumidores son cada vez más conscientes de la importancia de la sostenibilidad en sus elecciones de consumo.
Este reconocimiento está ganando relevancia de manera creciente. En el ámbito del atún tropical, que es una pesca a nivel global , los esfuerzos de algunos se ven mermados por las prácticas deficientes de otros. Sin embargo, cuando se trata de la adopción de DCPs biodegradables, creo que la mayoría de las flotas tienen margen para hacer más y deberían enfocarse en seguir el camino hacia la sostenibilidad. Las flotas debenas pirar a una pesca responsable para garantizar un futuro pesquero más sostenible.

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