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jueves, diciembre 11, 2025
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Cosco encarga 87 buques a CSSC en el mayor contrato naval de la historia china

La naviera estatal invierte más de 7.000 millones de dólares en una macroorden que refuerza su flota y acelera la transición energética marítima

China COSCO Shipping Group ha vuelto a mover ficha en la liga de los gigantes del mar. La naviera estatal ha firmado con China State Shipbuilding Corporation (CSSC) un acuerdo para la construcción de 87 nuevos buques, valorado en más de 50.000 millones de yuanes (algo más de 7.000 millones de dólares/unos 6–6,5 mil millones de euros). Se trata del mayor contrato de construcción naval jamás cerrado entre un armador y un astillero dentro de China.

Firmado el 8 de diciembre en Shanghái, el pedido abarca prácticamente todo el abanico de la flota mercante: portacontenedores, graneleros, petroleros de gran tamaño, buques para grano, unidades multipropósito de carga pesada, petroleros MR y portacontenedores más pequeños. En la práctica, Cosco está renovando simultáneamente varios de los pilares de su capacidad de transporte en contenedor, granel y energía.

Un pedido “récord” para modernizar la flota

Según la prensa económica china, la operación supone un salto cualitativo en la estrategia de modernización de Cosco. La compañía, que ya opera más de 500 portacontenedores con una capacidad cercana a los 3,5 millones de TEU y aspira a superar la barrera de los 4 millones, consolida así un libro de pedidos que ya era muy abultado antes del anuncio.

Solo en 2025, Cosco y sus filiales habían contratado previamente docenas de graneleros y grandes petroleros —incluidos buques tipo Capesize ligados al proyecto minero de Simandou en Guinea— por un valor adicional de más de 25.000 millones de yuanes. Este nuevo paquete de 87 unidades se suma a esa oleada y refuerza la idea de que el grupo quiere asegurarse capacidad de astillero para la próxima década.

La construcción se repartirá entre varios de los grandes centros de CSSC, entre ellos los astilleros de Jiangnan, Dalian, Guangzhou, Wuchang, Beihai y Chengxi, lo que garantiza carga de trabajo a toda la red industrial del conglomerado estatal.

Transición energética y buques más “verdes”

Más allá del volumen, el mensaje político e industrial es claro: la transición energética se ha convertido en el eje del contrato. Portales especializados y fuentes de CSSC subrayan que las nuevas construcciones incorporarán diseños más eficientes, tecnologías de navegación inteligente y sistemas digitales avanzados, con el objetivo declarado de avanzar hacia un transporte marítimo de bajas emisiones de carbono.

En los últimos dos años, Cosco ya venía apostando por buques preparados para combustibles alternativos —como metanol— y por unidades optimizadas para las nuevas normas internacionales de eficiencia energética. El mega–pedido refuerza esa apuesta: al encargar de golpe 87 buques, la naviera fija precios antes de posibles subidas de costes, asegura “slots” en astilleros muy demandados y se posiciona para cumplir con futuras regulaciones medioambientales más estrictas.

Impulso a la industria naval china

Para CSSC, el acuerdo es también un espaldarazo a su liderazgo. El principal brazo cotizado del grupo, China CSSC Holdings, ya había reportado en los tres primeros trimestres de 2025 unos ingresos superiores a 107.000 millones de yuanes y un beneficio neto que se ha más que duplicado interanualmente, gracias en gran parte al tirón de los nuevos pedidos.

El contrato con Cosco incrementa aún más su cartera y consolida la posición de China, junto con Corea del Sur, como uno de los dos grandes polos mundiales de construcción naval. Para Pekín, además, la operación encaja con su estrategia de reforzar las “campeonas nacionales” y de reducir su dependencia de astilleros extranjeros en segmentos clave como los portacontenedores de gran tamaño o los petroleros de última generación.

¿Rearme de capacidad o sustitución acelerada?

Entre analistas internacionales se abre ahora el debate sobre el impacto de esta macroorden en la capacidad global de bodega. El discurso oficial vincula el pedido a una doble lógica: expansión de la flota para seguir compitiendo en las principales rutas y sustitución de unidades más antiguas, menos eficientes y más contaminantes.

Si la mayor parte de los 87 buques llega para reemplazar tonelaje obsoleto, el efecto neto sobre la oferta podría ser limitado, pero con un salto importante en eficiencia y reducción de emisiones. Si, en cambio, una fracción significativa se suma como capacidad adicional, el movimiento puede alimentar nuevos ciclos de sobrecapacidad en determinados segmentos, especialmente si otros grandes grupos replican la estrategia.

Una señal al mercado… y a los competidores

En cualquier caso, el mensaje que Cosco lanza al mercado naval es inequívoco: el gigante chino no sólo quiere defender su posición entre las primeras navieras del mundo, sino también liderar la próxima ola tecnológica y ambiental del sector.

Al amarrar con CSSC el mayor pedido doméstico de la historia china, la compañía asegura flota moderna para los próximos años, refuerza a la poderosa industria naval estatal y envía una señal de fuerza a competidores europeos y asiáticos en plena reconfiguración de las cadenas logísticas globales.

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