El presidente de la Cofradía de Ondarroa, Eusebio Aranzamendi, se ha mostrado «contrario» al cierre completo y la prohibición total de capturar sardina en 2018, tal como aconsejan expertos europeos, y se ha mostrado «partidario» de fijar y establecer cuotas límite por día y barco antes de «prohibir por completo» las capturas. El máximo responsable de la cofradía vasca del puerto que más toneladas de sardinas descarga anualmente, ha calculado que «entre el 15 y el 20%» de la campaña anual vasca depende de la sardina y, en menor medida, el verdel.
«Las campañas fuertes son anchoa y bonito, pero también dependemos en gran medida de chicharro, verdel y sardina para poder completar el año porque, aunque no tienen tanto tirón como la anchoa o el bonito, su cierre afectaría al resultado como mínimo del 15%, que aproximadamente sería del 20», si se le suma el verdel, ha detallado en declaraciones a Europa Press.
Aranzamendi ha señalado, asimismo, que su precio se ha revalorizado en los últimos años, lo que agravaría el impacto económico para la flota de bajura que se dedica a su captura. «Antes, la sardina apenas tenía valor, pero ahora se ha revalorizado mucho, tanto para fábrica como para fresco, pero sobre todo para fábrica y se está quedando una costera bastante ‘golosa’ en cuanto a precio», ha indicado.
El responsable de la cofradía ha afirmado no entender la necesidad de ir a un parón absoluto y a un cierre de la pesquería de sardina que el Consejo Internacional para la Exploración del Mar aconseja a la Comisión Europea que sea para como mínimo 15 años, debido a su escasez en aguas del Cantábrico y el Atlántico.
«Si se hubieran quejado los pescadores como hicieron en su día con la anchoa, que no había y se decidió cerrar por cinco años, igual lo entendería, pero, de momento, los pescadores no nos han expresado ninguna queja hasta ahora y no sé a que viene porque está pesquería anda bien. Los primeros que se quejarían si no hubiese pescado serían los mismos pescadores, sin duda», ha remarcado.
Campaña impredecible
Aranzamendi se ha preguntado, «una vez que cierras la campaña del bonito en octubre, si nos cierran la de la sardina, ¿qué hacen los pescadores hasta febrero, que empieza el verdel?, *tienen que esperar a salir a la mar hasta esa fecha?, *adonde tendrían que ir desde mediados de octubre?».
Respecto a la campaña que ha dado inicio la segunda semana de este octubre, el presidente de la Cofradía de Ondarroa ha afirmado que todavía es pronto para valorar su evolución. «Aún es pronto y difícil de predecir cómo se va a desarrollar. Todavía las aguas están calientes y la sardina suele ser de aguas más frías, pero algo ya se ha cogido pero no excesivas cargas grandes», ha añadido.
La costera permanecerá abierta hasta marzo hasta las seis millas, y, una vez iniciada la de la anchoa, la sardina que se capture tiene que ser a partir de las doce millas. El precio de lo capturado hasta ahora ronda entre los 0,90 y un euro en lonja.