| Los grupos políticos en el Parlamento Europeo denuncian el recorte de la cuota de verdel en un 70 por ciento. El eurodiputado gallego, Millán Mon espera que el Consejo evite los elevados recortes, propuestos también para el lirio y el abadejo Millán Mon, miembro de la Comisión de Pesca, intervino en un debate en el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo sobre las oportunidades de pesca para 2026. Los próximos 11 y 12 de diciembre tendrá lugar la reunión del Consejo AGRIFISH donde se decidirán los TACs y cuotas para 2026. Millán Mon expresó, en primer lugar, su preocupación por la propuesta de un recorte muy elevado para la caballa o xarda, que asciende al 70%, y que espera que no prospere. «Desgraciadamente, las cuotas unilaterales que se adjudican los Estados costeros del norte, en especial, Noruega, han llevado a una muy mala situación al recurso», lamentó el eurodiputado gallego, que continuó refiriéndose el nuevo instrumento con el que cuenta ahora la Comisión: la modificación del Reglamento 1026/2012 de pesca no sostenible. «Esperemos que sea suficiente y que Noruega no vuelva a asignarse cuota unilateralmente en 2026», manifestó. El eurodiputado gallego también lamentó la propuesta del recorte del 41% para la bacaladilla o lirio. «Espero que el Consejo evite un recorte tan pronunciado, pues tiene un gran impacto socioeconómico», apuntó Millán Mon. En cuanto al abadejo, el eurodiputado pidió ser cuidadosos, por tratarse de una especie de estrangulamiento. «Celebro que, en este caso, la Comisión haya tenido en cuenta la doctrina del Tribunal de Justicia y haya considerado también las consecuencias socioeconómicas», subrayó, «aunque un recorte del 26% sería muy elevado y preocupante». En positivo, Millán Mon se refirió al aumento de la cuota del atún rojo acordado en el ICCAT: «Espero que parte de ese aumento se dirija a cuotas para pesca accesoria en el Cantábrico, tan necesaria para los pescadores gallegos del cerco, como me explicaron hace unos días en Porto do Son», apuntó. Para terminar, se sumó a sus compañeros del PP español y pidió más flexibilidad y más días de pesca en el Mediterráneo para los pescadores que faenan en ese mar. Los socialistas españoles en el Parlamento Europeo han denunciado el «recorte drástico» de las cuotas de pesca en el Mediterráneo para 2026 propuesto por la Comisión Europea. La eurodiputada Leire Pajín ha señalado que esta recomendación no toma en cuenta «los datos científicos más actuales ni el impacto socioeconómico sobre las comunidades costeras». «No se puede hacer un plan de pesca a espaldas del sector», ha dicho. Durante el debate sobre pesca propuesto por los socialistas españoles, previo al Consejo de diciembre que previsiblemente fijará los límites a las capturas para el año próximo, Pajín ha considerado positivo el mantenimiento del mecanismo de compensación logrado por el Gobierno de España el año pasado. Sin embargo, ha insistido en que es necesario «a corto plazo, mantener los días de pesca actuales», y a medio, «una nueva política pesquera común que integre los nuevos retos de cambio climático, seguridad alimentaria y sostenibilidad social». Además, ha reclamado que se modifique el plan plurianual del Mediterráneo y un marco financiero que contemple ayudas al sector e incentive a las nuevas generaciones. El eurodiputado gallego Nicolás González Casares, que es miembro de la Comisión de Pesca, se ha referido a la pesca en el Atlántico, donde el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES), que asesora a la Comisión Europea, propone «un recorte del 70% en caballa o del 41% en jurel». «A esto se suma la veda injusta del palangre en las 87 zonas, que hay que levantar cuanto antes», ha dicho Casares. Además, ha pedido al comisario de Pesca que acelere la evaluación de la Política Pesquera Común para «colocar las dimensiones social y económica en pie de igualdad con la ambiental». «Tenemos la pesca más sostenible del mundo. Reconozcamos los esfuerzos de nuestros pescadores», ha subrayado. Por su parte, la eurodiputada vasca Idoia Mendia, ha advertido de que hay terceros países en el norte de Europa que «llevan años pescando por encima de los niveles recomendados, generando sobreexplotación y haciendo que sean los nuestros quienes paguen las consecuencias», ha lamentado. Por ello, ha señalado que no es solo cuestión de reducir cuotas», sino que «para asegurar la sostenibilidad de las diferentes pesquerías, también hay que supervisar el stock de las aguas internacionales y los incumplimientos de los acuerdos». Mendia ha recordado que «la pesca es el sustento de miles de familias en España y, muy especialmente en Euskadi, donde dependemos de unas pocas especies». |
Los grupos políticos en Parlamento Europeo denuncian»el recorte drástico» de las cuotas de pesca en el Mediterráneo para 2026
Burela apuesta por la valorización de especies con alto potencial comercial
La Organización de Productores Pesqueros del Puerto de Burela ha organizado una nueva edición de su jornada anual sobre «Obligación de desembarque y valorización de especies de alto potencial comercializador», a la que asistieron alumnos de la Escuela Oficial Náutica Pesquera de Ferrol, dentro de la colaboración que mantiene el centro con el Puerto de Burela para promoción del oficio pesquero.
En la apertura de la jornada, que tuvo lugar en el salón de actos de Armadores de Burela, participó la conselleira do Mar de la Xunta de Galicia, Marta Villaverde, que destacó el trabajo realizado por la OPP Burela a través de los planes de producción y comercialización, que hacen posible este tipo de eventos y que cuentan con ayudas económicas de la Unión Europea a través del FEMPA y de la Xunta de Galicia a través de la Consellería do Mar. Estos planes garantizan la trazabilidad y la sostenibilidad del sector, ayudando a mejorar la comercialización de los productos de la pesca. También comentó la necesidad de reformular ciertas normativas como la Obligación desembarque.
El gerente de OPP Burela, Sergio López, resumió los contenidos de la jornada, que se dividó en tres bloques temáticos. La primera parte sirvió para analizar las novedades en la implementación de la OD y el Reglamento de Control con la actualización del marco jurídico europeo y nacional del próximo año.
En este bloque intervinieron Noelia Cuervo Álvarez, jefa de servicio del área Atlántico de la Subdirección General de Caladero Nacional y Aguas Europeas del MAPA; y Noemí Munguía Corredor, subdirectora adjunta de la Subdirección General de Control e Inspección y Lucha contra la Pesca Ilegal del MAPA, ponencia con gran interés sobre las nuevas implementaciones de Control a partir del próximo 10 de enero.
En la segunda parte de la jornada se presentaron diferentes proyectos científicos y técnicos promovidos desde OPP Burela. José Carlos Fernández, del equipo PESCASOST de Instituto Español de Oceanografía de Vigo, presentó de forma práctica los resultados del proyecto REDIPESCA 2025, en el que se analiza la selectividad e impacto en los fondos del CNW mediante la mejora de eficiencia con implementación de puertas pelágicas en la flota de arrastre de litoral de OPP Burela. Este proyecto analizó los ahorros energéticos de consumo y del impacto en el fondo marino como consecuencia del cambio realizado en el arte de pesca.
A continuación, Julio Valeiras Mota, también del IEO, presentó los resultados actualizados del proyecto ISPAMER, que analiza el impacto en fondos marinos y selectividad del palangre semipelágico piedra-bola dirigido a la merluza europea en aguas del Atlántico de la flota palangrera de OPP Burela. El dato más significativo obtenido tras 2 años analizados y más de 1.500 lances de pesca observados es que, por cada millón de anzuelos, sólo se producen 2,5 capturas de posibles especies bentónicas que podrían ser consideradas especies marinas vulnerables (VMEs).
Finalmente, Julio Sánchez, responsable de la consultora Imbatia, presentó las conclusiones del proyecto de análisis y descarbonización realizado en las flotas de OPP Burela a lo largo de este año. En el tercer y último bloque de la jornada se realizaron presentaciones de innovación y tecnología sobre el sistema Argos de digitalización y monitorización para eficiencia energética ambiental y aplicaciones de inteligencia artificial para la pesca, que corrieron a cargo de Nicolás Murillo, director de desarrollo de productos de Coterena, y de Carmelo Zabala, director general de Nautical, respectivamente.
Como en años anteriores, la jornada finalizó con una degustación gastronómica de especies de alto potencial comercializador. En esta edición se seleccionaron seis especies en representación de las diferentes flotas: tintorera, pez espada, cabra de altura, bertorella, pota o chicharro. Las recetas que se pudieron degustar en esta edición fueron: guiso de pota, empanada de chicharro, cabra frita con crema de guisantes y langostinos, bertorella a la gallega, y albóndigas de pez espada y tintorera.
Estas Jornadas se enmarcan en el objetivo de mantener informados a los socios de la OPP sobre prácticas de pesca que prevengan, eviten y reduzcan las capturas no deseadas, impulsando su valorización, al tiempo que fomentan el conocimiento sobre la Obligación de Desembarque. Están incluidas en el plan de producción de OPP Burela y cuentan con ayudas económicas de la Unión Europea a través del FEMPA y de la Xunta de Galicia a través de la Consellería do Mar.
Pesca España lanza la campaña ‘La marca que importa’ para reconectar a los jóvenes con el pescado
La iniciativa reivindica el valor nutricional, cultural y económico de los productos del mar frente al auge de otras opciones alimentarias
Pesca España, la Asociación de Organizaciones de Productores de ámbito nacional, ha presentado su nueva campaña de comunicación, ‘La marca que importa’, con un objetivo claro: impulsar el consumo de pescados y mariscos y recuperar su valor en la mesa de los hogares españoles, especialmente entre las generaciones más jóvenes.
La campaña, desarrollada junto a la agencia SAMY, quiere recordar que, más allá de los logos y las estrategias de marketing, los productos del mar son en sí mismos una “marca” de salud, tradición y bienestar. “Determinán nuestra cultura, nuestra historia y nuestra salud, siendo uno de los alimentos más completos y saludables”, subraya Antonio Nieto, gerente de Pesca España.
Una respuesta al descenso del consumo y a la brecha generacional
El lanzamiento llega en un contexto preocupante para el sector. Aunque España sigue siendo uno de los países europeos con mayor consumo de pescado, las compras domésticas han caído un 15,6% en volumen y un 9,4% en valor en los últimos años.
La organización pone el foco, sobre todo, en la brecha generacional. Según los datos que maneja Pesca España, el 37% de los menores de 35 años consume pescado por obligación o lo evita, y solo una minoría cumple las recomendaciones de la AESAN de tomar tres o cuatro raciones a la semana.
En la restauración, el patrón se repite: en las salidas a comer fuera, la carne y la comida rápida acaparan hasta el 80% de las elecciones de los más jóvenes, frente a unas opciones marinas que muchos perciben como menos “atractivas” o menos presentes en las cartas.
“La campaña nace para acercar el mar a esas nuevas generaciones que han crecido rodeadas de marcas muy potentes, pero se han ido alejando del pescado y el marisco, pese a todo lo que estos productos aportan”, explican desde Pesca España.
El pescado como “marca” de salud y bienestar
‘La marca que importa’ se articula sobre la idea de que las verdaderas marcas son las que dejan huella en la salud, en la memoria y en el territorio, no solo en el envase.
Pesca España recuerda que los productos del mar son un aliado clave para la salud física y emocional. Su consumo habitual aporta:
- Ácidos grasos omega-3, beneficiosos para la salud cardiovascular.
- Vitaminas del grupo B y D, relacionadas con el sistema nervioso, los huesos y el sistema inmunitario.
- Minerales como el selenio, que contribuyen a la protección celular.
- Triptofano, aminoácido vinculado a la producción de neurotransmisores asociados al bienestar y la felicidad.
“Cuando hablamos de pescado y marisco no hablamos solo de sabor; hablamos de menos estrés, mejor función cognitiva y más bienestar. Esa es la ‘marca’ que importa en el día a día”, insisten desde la asociación.
Cultura, empleo y economía: el otro rostro de la campaña
La iniciativa de Pesca España también quiere recordar que detrás de cada ración de pescado hay miles de empleos y comunidades enteras vinculadas al mar.
En 2022, la industria pesquera española generó más de 8.500 millones de euros de valor añadido bruto y empleó a más de 66.000 personas, desde la flota y las lonjas hasta la transformación, la distribución y la restauración.
“La pesca ha sido durante siglos un pilar de la gastronomía y la cultura españolas, un oficio que une sabor, comunidad y tradición”, apunta Antonio Nieto. Cada pescado y marisco que llega al plato “refleja esta historia y mantiene vivo el vínculo con el mar”.
Reposicionar el pescado en la mente del consumidor
Frente a un entorno dominado por marcas que apuestan por lo aspiracional, lo rápido o lo exótico, Pesca España quiere reposicionar el pescado como un producto moderno, cercano y lleno de atributos diferenciales.
La campaña ‘La marca que importa’ reivindica que:
- La frescura, el origen y la sostenibilidad de pescados y mariscos son valores añadidos reales.
- Se trata de alimentos versátiles, adaptables tanto a la cocina tradicional como a las nuevas tendencias gastronómicas.
- Su consumo habitual es una de las formas más eficaces de cuidar la salud sin renunciar al sabor.
“Con ‘La marca que importa’, invitamos a los consumidores a redescubrir el pescado y el marisco, a verlos no como una obligación, sino como una elección inteligente que combina placer, salud y responsabilidad”, resume Nieto.
Pesca España confía en que esta nueva campaña contribuya a revertir la tendencia descendente del consumo, acercar el mar a los jóvenes y recordar que, más allá de la publicidad, la marca que realmente importa es la que deja huella en las personas y en el territorio.
“Autopsia” de un megayate: la lección de la ingeniería naval forense según Guillermo Gefaell
El especialista en navegación marítima, Guillermo Gefaell, defiende en el Museo de la Construcción Naval que la normativa de grandes veleros debe revisar su enfoque sobre estabilidad, viento extremo y diseño de aperturas
El ingeniero naval, Guillermo Gefaell, defiende en el Museo de la Construcción Naval que la normativa de grandes veleros debe revisar su enfoque sobre estabilidad, viento extremo y diseño de aperturas
La sala Carlos III del Museo de la Construcción Naval se convirtió en un auditorio técnico y, por momentos, casi en un laboratorio de investigación de accidentes marítimos. Allí, Guillermo Gefaell, ingeniero naval por la Escuela Superior de Ingenieros Navales y Oceánicos de Madrid y Juan Manuel López Vázquez, licenciado en Navegación Marítima por la Escuela Superior de Marina Civil de Gijón, ofrecieron una detallada conferencia sobre lo que denominan ingeniería naval forense: una disciplina poco conocida que, lejos de tratar con cadáveres humanos, se dedica a “investigar cadáveres de barcos”. Desde el inicio, los ponentes quisieron aclarar el alcance de este campo: no se trata solo de analizar siniestros recientes, sino de estudiar tanto buques históricos como actuales. “La ingeniería naval forense es la rama de la ingeniería naval que, en unión con otras disciplinas, investiga las
características, prestaciones y acontecimientos de buques históricos —desaparecidos o no— y también las causas de accidentes, fallos o funcionamientos inadecuados de buques y artefactos marinos de cualquier época”, explicaron.
Según los especialistas, esta disciplina tiene dos grandes vertientes:
-una histórica, ligada a barcos del pasado,
-y otra actual, centrada en siniestros contemporáneos en los que, más que de forense, suele hablarse de ingeniería inversa, especialmente cuando se elaboran informes y peritajes para autoridades, aseguradoras o tribunales.
Un megayate, 42 simulaciones y más de 80 horas de computación
El núcleo de la intervención se articuló en torno al estudio de un gran velero moderno siniestrado en el Mediterráneo, un caso que Gefaell y López han analizado con herramientas avanzadas de simulación numérica. El trabajo, presentado en un congreso de ingeniería naval, combinó análisis aerodinámico y de estabilidad, con un pesado apoyo en la computación. Para recrear el comportamiento del barco, el equipo tuvo que modelar el
casco, el aparejo y los grandes elementos expuestos al viento, a partir de información parcial que fueron completando mediante una auténtica labor detectivesca: “Estuvimos investigando hasta conseguir una reproducción muy parecida al barco real”, relató.
En total realizaron 42 simulaciones (corridas), algunas de ellas de más de 80 horas de cálculo, usando modelos CFD (dinámica de fluidos computacional) basados en RANS k-εpsilon. Se analizaron vientos de 10, 25, 30 y 40 metros por segundo (hasta casi fuerza 12 en la escala Beaufort) y escoras de 0, 30, 50 y 75 grados.
El objetivo:
determinar los coeficientes aerodinámicos del buque,
localizar el centro de presión del viento sobre el conjunto del aparejo,
compararlo con el centro de resistencia lateral del casco,
y, a partir de ahí, calcular momentos y brazos escorantes para distintas condiciones de carga.
El papel inesperado de las crucetas: de “cometas” a factor de riesgo
Uno de los hallazgos que más llamó la atención del público fue el papel de las crucetas del mástil. El equipo modeló un mástil de grandes dimensiones, con tres enrolladores de foque en proa y las crucetas, aunque sin llegar al detalle de los obenques.
Al correr las simulaciones, descubrieron que las crucetas generaban un comportamiento aerodinámico contraintuitivo: en determinadas condiciones parecían aportar un pequeño momento adrizante, casi como si fuesen cometas enfrentadas al viento. “Es el mismo efecto por el que vuela una cometa: la colocas contra el viento y tiende a levantarse”, ilustró Gefaell.
Sin embargo, cuando se integró el efecto total del viento, quedó claro que la contribución neta de las crucetas era claramente escorante y, sobre todo, muy significativa desde el punto de vista de la seguridad. En las simulaciones, una racha de unos 60 nudos podía generar del orden de una tonelada de fuerza escorante a unos 22,6 metros de altura.
“Hasta ahora, se modelaba el efecto del viento sobre el mástil, pero no sobre las crucetas”, advirtió Gefaell, señalando que este aspecto ha despertado el interés de sociedades de clasificación y autoridades, que estudian si deben incorporar esta realidad a futuros criterios de estabilidad.
Estática y dinámica: cuando el barco no vuelve a levantarse
La conferencia puso especial énfasis en la diferencia entre equilibrio estático y comportamiento dinámico. Con las curvas de brazos adrizantes
el propio cuaderno de estabilidad del buque y las curvas de brazos escorantes
derivados del viento, el equipo analizó cómo responde el barco a una racha
intensa.
En condiciones estáticas, para un viento de unos 60 nudos, el ángulo de equilibrio se situaba alrededor de los 20 grados de escora, un valor aparentemente razonable si no se sumergen aberturas. Pero al incorporar la dinámica —es decir, el golpe repentino de viento y el efecto del tiempo de respuesta—, el ángulo de equilibrio dinámico se desplazaba hacia los 50 grados.
El detalle decisivo apareció cuando se incrementó apenas unos 2 nudos adicionales la intensidad del viento:
estáticamente se seguían viendo esos 20 grados “aceptables”,
pero dinámicamente el barco perdía prácticamente toda su reserva de estabilidad a partir de unos 60 grados de escora.
“En ese escenario, el barco puede quedar tumbado y no recuperar nunca más”, advirtió Gefaell. Eso fue precisamente lo que, según su reconstrucción, ocurrió con el megayate analizado: la combinación de un mástil extremadamente alto, efecto de las crucetas y una racha violenta empujó al buque hasta un ángulo der no retorno.
Downburst mediterráneo: la racha que derriba en 23 segundos
Otro protagonista de la charla fue el fenómeno meteorológico que desencadenó
el siniestro: un downburst o desplome de aire frío, frecuente en el Mediterráneo. A diferencia de un tornado —muy intenso pero de radio reducido—, un downburst puede golpear una superficie amplia del mar con vientos que superan los 150 km/h y extenderse radialmente en unos kilómetros de extensión.
En el caso analizado, el golpe de viento bastó para que el barco, fondeado y “a palo seco” (sin velas izadas), alcanzara los 90 grados de escora en unos 23 segundos según las simulaciones. El diseño particular del velero, con una quilla retráctil (orza) que se mantiene arriba mientras el barco está fondeado, agravó la situación: la orza —de unas 50 toneladas— no estaba abajo aportando brazo adrizante adicional, una condición que, según Gefaell,
sometida a una racha intensa por el costado no está contemplada en los cálculos reglamentarios de estabilidad.
Inundación fulminante: ventilaciones sobredimensionadas y un vacío normativo
La segunda parte de la intervención se centró en la fase de inundación. El equipo modeló el interior del buque, asignando masas a mástil, cubiertas, casco y distintos compartimentos para calcular momentos de inercia y evolución del llenado.
Las simulaciones mostraron la vulnerabilidad del barco a través de tres grandes aberturas:
una ventilación importante en popa,
otra en la caseta,
y la abertura de la escalera que desciende a la cubierta inferior de camarotes.
Gefaell se declaró “sorprendido” por el tamaño de la ventilación situada directamente en el casco, pero recordó que la normativa lo permite debido a cómo se define la altura mínima sobre la cubierta de francobordo: se mide a partir de prolongaciones idealizadas de proa y popa, no siempre coincidentes con la realidad del diseño.
El resultado práctico fue demoledor:
a unos 45 grados de escora, empezaba a entrar agua por la ventilación de popa,
a 60 grados, las dos ventilaciones principales estaban totalmente
sumergidas,
y, en torno a los 70–80 grados, el agua comenzaba a bajar por la escalera hacia los camarotes a velocidades calculadas de hasta 10 metros por segundo.
“Desde ahí no se puede escapar de ninguna manera; se inunda en un plis
plas”, resumió Gefaell con crudeza. Según sus cálculos, el casco podía albergar hasta unas 900 toneladas de agua antes de perder toda flotabilidad: el barco pasó de estar escorado y aún a flote a quedar completamente inundado y hundido en aproximadamente 140 segundos, poco más de dos minutos, en la condición de carga estudiada.
Una llamada a revisar las reglas de juego
La conclusión de Guillermo Gefaell fue tan técnica como política en el ámbito regulatorio. A su juicio, la experiencia demuestra que:
La estabilidad de los grandes veleros debe estudiarse no solo para condiciones normales de navegación, sino también el efecto de rachas laterales intensas de viento con el barco a palo seco.
Es imprescindible contemplar explícitamente la condición de orza arriba en fondeo, habitual en la operación real de estos megayates, pero ausente en los cuadernos de estabilidad.
Elementos hasta ahora poco considerados —como las crucetas del mástil— pueden tener un impacto decisivo y deberían integrarse en los modelos de cálculo.
La normativa sobre aberturas de ventilación y su altura mínima sobre la línea de flotación requiere una revisión crítica, para evitar situaciones en las que el reglamento permita soluciones que en la práctica se revelan extremadamente vulnerables. Las aberturas de ventilación deberían situarse siempre sobre la cubierta de intemperie.
Debería considerarse la instalación de puertas/escotillas de escape en los laterales del casco o bien instalar sistemas automáticos que eviten la tumbada completa, por ejemplo flotadores inflables en las amuras u otros.
Los especialistas reconocieron que endurecer los criterios de estabilidad podría condicionar el diseño y limitar ciertas “licencias estéticas” o récords de mástiles en barcos de lujo para “gente de mucho dinero”. Pero defendió que, tras casos como el analizado, es imprescindible replantear ese equilibrio entre espectacularidad y seguridad.
En la sala Carlos III, entre maquetas de navíos históricos y planos de construcción, su mensaje quedó flotando como una advertencia: la ingeniería naval forense no solo reconstruye tragedias; también ofrece claves concretas para que los barcos del futuro —por muy grandes y espectaculares que sean— no repitan los errores del pasado.
ISSF valora avances en la gestión del listado, pero aprecia que las reformas clave quedaron aplazadas
La reunión anual de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), celebrada en Sevilla, se cerró con un balance agridulce según la Fundación Internacional para la Sostenibilidad de los Productos del Mar (ISSF, por sus siglas en inglés). Mientras se registran avances relevantes en gestión basada en ciencia, especialmente para el listado (skipjack) del Atlántico occidental, otras reformas consideradas esenciales para lograr pesquerías plenamente monitorizadas y responsables quedaron pospuestas a 2026 y años posteriores.
El intenso tiempo dedicado a negociar las nuevas cuotas de atún rojo volvió a pasar factura: cuestiones como la ampliación del seguimiento electrónico (EM), el refuerzo de la cobertura de observadores o la modernización de las medidas sobre tiburones y aves marinas quedaron en segundo plano.
Un hito en la gestión del listado del Atlántico occidental
El principal logro de esta 29ª reunión ordinaria fue la adopción de un procedimiento de gestión (management procedure, MP) para el listado del Atlántico occidental. Se trata de un sistema de “estrategias de captura” preacordadas que fijan reglas claras para ajustar el esfuerzo y las cuotas en función del estado del stock, reduciendo la discrecionalidad política y aportando previsibilidad a flotas y mercados.
Con esta decisión, el listado del Atlántico occidental se suma a un grupo creciente de especies gestionadas bajo este enfoque moderno, junto al atún rojo del Atlántico, el atún blanco del norte (northern albacore) y el pez espada del Atlántico Norte. ISSF subraya que ICCAT se mantiene así a la cabeza de las organizaciones regionales de ordenación pesquera (ORP) de túnidos en la implantación de estrategias de captura basadas en evidencia científica y en el principio de precaución.
De cara al futuro, la fundación insta a la Comisión a mantener el impulso y avanzar en:
- El trabajo intersesiones sobre estrategias de gestión para túnidos tropicales, con prioridad para rabil (bigeye) y atún amarillo (yellowfin).
- La utilización de la evaluación de stock de atún blanco del Atlántico sur prevista para 2026, como base para completar el diseño del procedimiento de gestión de esa población.
Estancamiento en monitoreo electrónico y observadores
Pese al creciente impulso internacional hacia pesquerías mejor monitorizadas, ICCAT no dio pasos sustanciales este año en materia de seguimiento electrónico ni de cobertura de observadores humanos.
Los niveles mínimos de observadores permanecen inalterados y la Comisión no fijó un calendario para alcanzar una cobertura del 100 % en las pesquerías industriales de túnidos, incluidos los transbordos en alta mar, considerados un punto crítico para el control y la transparencia.
ISSF considera especialmente preocupante este bloqueo, recordando que los sistemas de monitoreo electrónico son ya una tecnología madura, capaz de mejorar la calidad de los datos, reforzar la trazabilidad y apuntalar una gestión científica y responsable. La organización se compromete a seguir apoyando a las Partes de ICCAT en el desarrollo de capacidades técnicas y el intercambio de buenas prácticas para avanzar hacia un seguimiento completo de las flotas.
En el lado positivo, la Comisión sí aprobó mejoras para alinear su recomendación sobre medidas del Estado rector del puerto con el Acuerdo de la FAO sobre Medidas del Estado Rector del Puerto (PSMA), y refinó sus procedimientos de cumplimiento, pasos que ISSF considera relevantes para cerrar brechas frente a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR).
Tiburones: avances puntuales, grandes reformas pendientes
En materia de tiburones y capturas accesorias (bycatch), el balance es de “resultados mixtos”. ICCAT debatió un amplio abanico de propuestas, pero sólo se aprobaron avances parciales, dejando para el próximo año decisiones de mayor calado.
Marrajo dientuso del Atlántico Sur
La Comisión adoptó una nueva medida para el marrajo dientuso (shortfin mako) del Atlántico Sur que fija un límite de mortalidad de 1.000 toneladas, incluyendo desembarques y descartes muertos. Este tope supone una reducción significativa respecto a capturas recientes y se ajusta mejor a las recomendaciones científicas.
No obstante, ISSF alerta sobre lagunas importantes en el seguimiento: persisten dudas sobre el control real de la mortalidad total —incluidos descartes— y sobre la correcta implementación de la medida por todas las flotas. En el Atlántico Norte, la regulación vigente no se modificó, y los conservacionistas insisten en que la prohibición total de retención sigue siendo la opción más precautoria para favorecer la recuperación.
Falta de acuerdo en “aletas adheridas”
Por 17º año consecutivo, ICCAT fue incapaz de aprobar la política de “aletas adheridas de forma natural” (fins naturally attached, FNA), considerada el estándar internacional más eficaz para combatir el finning, mejorar la identificación por especies y reforzar la aplicación de las normas.
Para ISSF, la modernización de la antigua regulación sobre aleteo sigue siendo una prioridad absoluta para 2026, tanto por razones de conservación como de control y trazabilidad.
Protección de especies vulnerables
Entre las decisiones positivas, la Comisión acordó prohibir la retención, transbordo y desembarque de tiburón peregrino (basking shark) y tiburón blanco (great white shark) cuando sean capturados en pesquerías reguladas por ICCAT, ampliando así el listado de especies especialmente protegidas.
Sin embargo, reformas más amplias para mejorar el registro de capturas accesorias de tiburones, reforzar las medidas de mitigación y avanzar en la gestión integral de estas especies se aplazaron a trabajos intersesiones.
Aves marinas: una asignatura aún pendiente
ISSF había pedido a ICCAT que actualizara su medida de mitigación de capturas accidentales de aves marinas —considerada desfasada frente a las mejores prácticas actuales— y que encomendara a su comité científico la revisión de técnicas más eficaces.
La reunión de Sevilla terminó sin avances en este terreno. La modernización de las medidas para proteger a las aves, especialmente en artes de palangre, sigue siendo un vacío importante en la arquitectura de conservación de ICCAT.
Mirando a 2026: acelerar el paso
En conjunto, la reunión de 2025 deja una sensación de “logros parciales y oportunidades perdidas”. La adopción del procedimiento de gestión para el listado del Atlántico occidental demuestra que la Comisión puede seguir liderando la transición hacia una gestión de túnidos basada en ciencia y reglas preacordadas.
Pero la falta de progresos en monitoreo electrónico, cobertura de observadores, estrategias de gestión para túnidos tropicales, conservación de tiburones y aves marinas evidencia, a ojos de ISSF, que en 2026 será necesario imprimir mucha más urgencia.
La fundación recuerda que mercados, distribuidores y consumidores exigen cada vez más transparencia, trazabilidad y responsabilidades claras en la explotación de los recursos. Para responder a esas expectativas —y al dictamen científico— ICCAT deberá:
- Consolidar y ampliar el “portafolio” de procedimientos de gestión para sus principales stocks.
- Escalar de forma decidida el monitoreo electrónico y la cobertura de observadores.
- Actualizar y fortalecer sus medidas sobre tiburones y aves marinas, alineándolas con las mejores prácticas internacionales.
ISSF se compromete a seguir colaborando con las Partes Contratantes de ICCAT mediante investigación conjunta, orientación técnica y diálogo con industria, científicos y ONG, con el objetivo de transformar el impulso logrado en Sevilla en mejoras tangibles para las poblaciones de túnidos, los ecosistemas y las comunidades pesqueras a lo largo y ancho del Atlántico.
«Porque este país sabe»: la nueva campaña de Alimentos de España para reconciliar al consumidor con el pescado
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación confía a la agencia Womack Communication Group una campaña de 1,11 millones de euros para frenar la caída en el consumo de productos pesqueros y mejorar la imagen del sector
La marca institucional Alimentos de España se ha fijado un objetivo ambicioso para los próximos dos años: dar la vuelta a la tendencia de descenso continuado en el consumo de pescado y marisco en los hogares. Para ello lanza una nueva campaña específica para el sector pesquero bajo el lema «Porque este país sabe», un juego de palabras que apela al conocimiento, al sabor y al orgullo gastronómico compartido.
La acción se enmarca en un contrato global de promoción adjudicado por 1,11 millones de euros a la agencia Womack Communication Group, con sede en Sevilla, una de las diez empresas que concurrieron al concurso público convocado por la Subdirección General de Promoción de los Alimentos de España. En los pliegos iniciales, el Ministerio había fijado un presupuesto máximo cercano a 1,43 millones, de los cuales 384.000 euros se reservaban a la promoción de pescados y mariscos, otros tantos a la lucha contra el desperdicio alimentario y el resto a campañas sobre otros productos españoles.
Según el órgano de Alimentos de España encargado de evaluar las propuestas, la idea creativa elegida destaca por ser «original, con bastante impacto» y por apoyarse en un lema «pegadizo» que «juega con los dos sentidos del verbo saber (conocimiento y sabor)», además de presentarse como una evolución natural del eslogan anterior, «El país más rico del mundo». La campaña tendrá recorrido: está previsto que se desarrolle hasta el 30 de noviembre de 2026, con diferentes oleadas y adaptaciones.
Un país que “sabe” a mar
En el ámbito concreto del pescado, la nueva campaña pone el foco en uno de los puntos fuertes tradicionales de la despensa española: la enorme variedad de productos del mar, tanto frescos como congelados y en conserva. La licitación ya marcaba esta diversidad como uno de los ejes clave del mensaje: recordar al consumidor que el abanico va mucho más allá de cuatro especies habituales y que la oferta nacional permite comer pescado de formas muy distintas a lo largo de la semana.
El relato creativo busca relacionar esa diversidad con el “saber” del país: saber comprar, saber cocinar, saber compartir. «Porque este país sabe» pretende conectar con la memoria culinaria de las familias, pero también con nuevos hábitos urbanos y con generaciones más jóvenes que consumen menos pescado que sus padres o abuelos.
Salud, nutrición y prestigio del sector
Otro de los pilares del mensaje será reforzar la idea de que el pescado es un alimento sano, nutritivo y de calidad, esencial dentro de una dieta equilibrada y alineado con las recomendaciones de nutrición y salud pública. La campaña insistirá en la importancia de incorporarlo de forma habitual a la dieta, no solo como plato ocasional de fin de semana, sino como opción cotidiana y versátil.
En paralelo, los materiales creativos y los contenidos previstos pondrán el acento en la diversidad de formas de preparación: desde recetas sencillas y rápidas para el día a día hasta elaboraciones más elaboradas, pasando por opciones a la plancha, al horno, en guisos o en versión tapa. La idea es desmontar la percepción de que el pescado “da más trabajo” que otros alimentos y mostrarlo como un producto adaptable al ritmo de vida actual.
La campaña tiene también un objetivo reputacional explícito: “ayudar a mejorar la imagen del sector pesquero”. Se trata de visibilizar el trabajo de las flotas y de toda la cadena mar-industria —desde las lonjas hasta las conserveras—, subrayando su papel en la seguridad alimentaria, el empleo costero y la economía de numerosas comarcas. En un contexto en el que conviven debates sobre sostenibilidad, costes de producción y competencia internacional, el Ministerio quiere trasladar al consumidor una visión más cercana y positiva del sector.
De los eslóganes a los hábitos
La elección de un lema de doble lectura —sabor y conocimiento— responde a la preocupación de la Administración por traducir las campañas institucionales en cambios reales de comportamiento. No basta con generar notoriedad; el reto es que los hogares vuelvan a incorporar el pescado con más frecuencia a sus menús, en un escenario marcado por la inflación, la competencia de otras proteínas y el auge de los productos ultraprocesados.
En este sentido, la campaña de Alimentos de España aspira a conectar emoción y práctica: apelar al orgullo por una gastronomía ligada al mar, pero al mismo tiempo ofrecer ideas concretas, formatos accesibles y recordatorios constantes de que elegir pescado es apostar por un alimento completo, versátil y arraigado en la cultura culinaria del país.
El despliegue de «Porque este país sabe» combinará la promoción del pescado con otros ejes ya habituales de Alimentos de España —como la lucha contra el desperdicio alimentario o la puesta en valor del conjunto de la producción agroalimentaria nacional—, pero con una línea propia para el sector pesquero que subraya su aportación específica.
Un mensaje de fondo: saber elegir
Más allá de la creatividad y los formatos, la campaña lanza un mensaje de fondo a la ciudadanía: “saber” también es saber elegir qué ponemos en el plato. En un país rodeado de mar, con una potente industria pesquera y conservera, Alimentos de España quiere recordar que defender el pescado es defender empleo, territorio y cultura gastronómica, además de cuidar la salud.
Con «Porque este país sabe», el Ministerio confía en que el juego de palabras se convierta en algo más que un eslogan publicitario: una invitación a redescubrir el pescado en todas sus formas, a mirar de otro modo las pescaderías, los lineales de congelado y las estanterías de conserva, y a asumir que, si este país “sabe”, también se nota —y se debe notar— en su consumo de productos del mar.
Orpagu y OPNAPA celebran avances en ICCAT pero avisan: “Sin las mismas reglas para todos, no hay juego limpio”
Las organizaciones de palangre de superficie valoran los progresos técnicos en pez espada y marrajo, pero denuncian el bloqueo en tiburones y la falta de igualdad de condiciones entre flotas
La flota española de palangre de superficie del Atlántico, representada por la Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu) y la Organización de Buques de Palangre de Superficie de bandera española (OPNAPA), ha hecho un balance común de la 29ª Reunión Ordinaria de ICCAT, celebrada en Sevilla entre el 17 y el 24 de noviembre.
El mensaje es nítido: hay avances técnicos importantes, pero las grandes decisiones sobre tiburones y nivel de juego siguen pendientes.
Ambas organizaciones coinciden en una lectura “prudente pero constructiva” de la cita de Sevilla. Aplauden los progresos en herramientas de gestión y en innovación técnica para el palangre, pero muestran creciente frustración por el nuevo bloqueo a la norma de “aletas adheridas”, que la flota comunitaria aplica desde 2013 mientras otras flotas continúan operando con exigencias mucho menores.
Innovación en los artes: luz verde a aros o lazos indonesios
Uno de los puntos que Orpagu y OPNAPA sitúan en el haber de ICCAT es la aprobación del uso experimental de nuevos dispositivos en el palangre de superficie: los llamados aros o lazos indonesios.
Se trata de un sistema instalado en la propia línea de pesca que puede modificar el comportamiento del arte y mejorar su selectividad, con potencial para:
- Reducir capturas accidentales de especies sensibles.
- Mejorar la seguridad y operatividad del calamento.
- Aportar nueva información técnica de cara a futuras medidas de ordenación.
ICCAT ha autorizado su uso en proyectos piloto hasta 2028, sometidos a seguimiento y evaluación científica. Si los resultados son positivos, podría abrirse la puerta a una autorización plena.
Para la flota de palangre, es un paso largamente esperado:
“Llevamos años reclamando la posibilidad de incorporar dispositivos innovadores que nos ayuden a pescar mejor y con menor impacto. Ahora toca demostrar con datos su utilidad y trasladar esas lecciones a la gestión”, coinciden desde el sector.
Pez espada del norte: MSE y protocolo de “circunstancias excepcionales”
La otra gran novedad técnica valorada por ambas organizaciones es el avance en la Evaluación de Estrategias de Ordenación (MSE) del pez espada del Atlántico Norte, especie clave para la flota española.
ICCAT ha aprobado un protocolo de circunstancias excepcionales, una herramienta que permitirá ajustar las estrategias de gestión si se detectan cambios bruscos en el estado del stock o en la pesquería (por ejemplo, un deterioro inesperado de la biomasa o cambios fuertes en las capturas).
Para Orpagu y OPNAPA, esta decisión fortalece el vínculo entre ciencia y gestión, y ofrece un marco más estable y previsible para una pesquería que ha sido referente en sostenibilidad.
Marrajo dientuso del Atlántico Norte: revisión en 2026 y credibilidad científica
Tanto Orpagu como OPNAPA colocan en el centro de sus preocupaciones el futuro del marrajo dientuso del Atlántico Norte (Isurus oxyrinchus), especie sometida a fuertes presiones regulatorias y ambientales.
Ambas organizaciones valoran como un logro que ICCAT haya decidido mantener en 2026 la nueva evaluación científica del stock, evitando su retraso a 2027. Esa revisión incorporará datos recientes que pueden modificar parámetros clave, como la edad de maduración, aspecto esencial para estimar la productividad del stock.
El sector lleva años insistiendo en que la evaluación de 2017 presentaba deficiencias reconocidas por el propio comité científico (SCRS) y que era imprescindible corregirlas para que las medidas de gestión resultaran creíbles y proporcionadas.
“Actualizar el diagnóstico con datos nuevos y sólidos es una cuestión de rigor científico, pero también de justicia para las flotas que cumplen las normas”, señalan desde ambas organizaciones.
Sin esa actualización, advierten, el riesgo es seguir aplicando un marco de restricciones sobre una base científica desfasada.
Marlín azul y blanco: por fin reglas claras para los descartes
En el terreno operativo, las dos organizaciones subrayan como avance relevante la regulación de los descartes de marlín azul y blanco para todas las Partes contratantes y cooperantes de ICCAT.
Hasta ahora, la falta de un marco común generaba incertidumbre a bordo y desigualdades entre flotas. Con la nueva medida, el descarte de estas especies altamente migratorias queda reconocido y ordenado, una reivindicación que el palangre de superficie llevaba años planteando.
Tiburones: aletas adheridas, especies protegidas y un juego desigual
El gran punto de fricción para la flota de palangre española está en la gestión de los tiburones pelágicos.
Un año más, no se ha logrado consenso para adoptar una norma general de “aletas adheridas”, que obligue a desembarcar los tiburones con las aletas unidas al cuerpo, una de las principales herramientas de lucha contra el finning.
La propuesta, trabajada este año por Japón y la Unión Europea, volvió a quedar bloqueada.
Orpagu y OPNAPA recalcan que la flota europea ya aplica este sistema desde 2013, lo que crea una clara desventaja competitiva frente a otras flotas que operan en el Atlántico con reglas más laxas.
“Es inaceptable que unas flotas asuman medidas exigentes mientras otras quedan al margen. Hablamos de sostenibilidad, pero también de competencia desleal”, denuncia el sector.
ICCAT sí acordó, en cambio, prohibir la retención, transbordo y desembarque de tiburón peregrino (Cetorhinus maximus) y tiburón blanco (Carcharodon carcharias) en las pesquerías bajo su ámbito, reforzando la protección de estas especies emblemáticas.
Pero para la flota de palangre, la cuestión central sigue siendo otra: armonizar normas y cerrar brechas en el control del finning.
Tintorera: MSE atascado, pero no abandonado
Otra de las frustraciones compartidas por Orpagu y OPNAPA es la falta de acuerdo para aprobar la propuesta de la UE sobre objetivos avanzados de ordenación (MSE) para los dos stocks de tintorera (Prionace glauca), una especie fundamental para el palangre de superficie.
Aunque la medida no salió adelante, la herramienta seguirá desarrollándose durante 2026.
Las organizaciones confían en que, a medio plazo, el MSE permita definir estrategias de captura estables y predecibles, compatibles con la conservación del recurso y la viabilidad socioeconómica de las empresas.
El aviso de Sevilla: o ICCAT actúa, o lo hará CITES
Tanto Orpagu como OPNAPA subrayan el mensaje lanzado en la sesión de clausura por el presidente de ICCAT, cuando advirtió que, si la organización no refuerza de forma seria la gestión de los tiburones, otros foros como CITES podrían asumir un papel todavía mayor en su regulación.
Para la flota de palangre, el aviso no es menor: significa que, si ICCAT no avanza en marcos equilibrados y basados en ciencia, las decisiones podrían trasladarse a escenarios más centrados en el comercio que en la gestión pesquera, con un sesgo potencialmente más restrictivo.
“Lo que está en juego no es solo un modelo de gestión, sino el futuro de comunidades enteras que dependen del palangre de superficie. Necesitamos que ICCAT actúe y que lo haga con reglas iguales para todos”, resumen desde el sector.
Reconocimiento al papel de España y la UE
Ambas organizaciones destacan también el trabajo técnico y negociador de la Administración Pesquera Española y de la Dirección General de Asuntos Marítimos y Pesca (DG MARE) de la Comisión Europea, tanto por la calidad de las propuestas como por la comunicación permanente con el sector durante la reunión de Sevilla.
De cara a 2026, Orpagu y OPNAPA se marcan una hoja de ruta compartida:
convertir los avances científicos en decisiones tangibles de gestión, defender la igualdad de condiciones entre flotas y seguir reforzando el peso del palangre español en los debates de ICCAT.
“El reto ahora —coinciden— es que la ciencia pese más que los pulsos políticos y que, de una vez por todas, en el Atlántico todos juguemos con las mismas reglas.”
WWF alerta de que la gestión del atún rojo en el Atlántico se tambalea mientras ICCAT bloquea avances en tiburones
La ONG denuncia las presiones políticas sobre el plan científico del atún rojo, el 17º fracaso de la política de “aletas adheridas” y la falta de ambición para reducir la mortalidad de los tiburones pelágicos
La última reunión de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), celebrada en Sevilla, ha dejado un sabor agridulce para WWF. La organización ecologista reconoce algunos avances en transparencia, biodiversidad y gestión de túnidos tropicales, pero lanza una advertencia contundente:
la gestión sostenible del atún rojo del Atlántico está en riesgo por las presiones políticas, mientras la conservación de los tiburones vuelve a quedarse prácticamente estancada.
El procedimiento de gestión del atún rojo, bajo presión
En 2022, ICCAT aprobó un Procedimiento de Gestión (PM) para el atún rojo del Atlántico que WWF calificó como un “hito histórico”: un marco basado en la ciencia, pensado para fijar cuotas de forma objetiva y garantizar la sostenibilidad a largo plazo de los stocks.
Ese sistema entra ahora en su primer ciclo de aplicación para el periodo 2026-2028, y es precisamente en este momento cuando, según WWF, empiezan a notarse las tensiones.
Raúl García, coordinador de Pesquerías de WWF España y presente en Sevilla, recuerda que el PM fue fruto de “un proceso amplio y costoso” que debía blindar las decisiones frente a presiones coyunturales. Sin embargo, WWF observa “con profunda preocupación” las dificultades de las Partes para respetar escrupulosamente lo acordado, especialmente en el stock occidental del Atlántico.
Para la ONG, cualquier intento de desviarse del marco pactado —subiendo cuotas por encima de lo recomendado o reinterpretando los resultados del procedimiento— abre un precedente peligroso: si se rompe el consenso técnico en el atún rojo, se debilita la base de gobernanza para otros stocks gestionados en ICCAT bajo esquemas similares.
WWF hace un llamamiento explícito a los gobiernos a respetar las cuotas derivadas del procedimiento de gestión y a no sacrificar la credibilidad del sistema por decisiones de corto plazo.
España, ante un reparto clave del incremento de cuota
La organización pone también el foco en la dimensión nacional. La subida del TAC del stock oriental supone que España dispondrá de un incremento del 17 %, hasta rozar las 8.000 toneladas de cuota de atún rojo.
WWF considera que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) tiene ahora “una oportunidad única” para repartir este aumento de manera más justa, favoreciendo especialmente a las flotas artesanales y costeras, al tiempo que se mantiene un control estricto de la pesquería y se aprovecha el tirón del atún rojo para aliviar la presión sobre otras especies en declive.
Tiburones: 17 años sin “aletas adheridas” y medidas insuficientes
Si en el atún rojo el problema es el riesgo de desandar el camino avanzado, en tiburones el diagnóstico de WWF es aún más duro: “avances alarmantemente débiles”.
La ONG denuncia que, un año más, no se han tomado medidas contundentes para reducir la mortalidad del marrajo dientuso. En el Atlántico Sur se ha aprobado una reducción del 23 % en las capturas, pero los propios cálculos apuntan a que esta rebaja solo otorga un 64 % de probabilidad de recuperación de la población de aquí a 2038. Y, aun así, no se han adoptado iniciativas más ambiciosas para disminuir la mortalidad total de tiburones pelágicos.
El caso del marrajo dientuso es especialmente grave, subraya WWF, porque las capturas se concentran en ejemplares juveniles, con una elevada mortalidad durante y después de la captura. Pese a ello, ICCAT sigue sin acordar un paquete fuerte y coherente que garantice su recuperación.
A este panorama se suma un dato simbólico:
por decimoséptimo año consecutivo, la organización no ha logrado aprobar la política de “aletas adheridas de forma natural”, que pretende que todos los tiburones se desembarquen con las aletas unidas al cuerpo para erradicar el finning, mejorar la toma de datos por especie y reforzar la conservación.
La propuesta se ha presentado año tras año, buscando textos de compromiso, ajustes y fórmulas intermedias, pero el consenso vuelve a romperse en la mesa de negociación.
Prohibiciones emblemáticas: tiburón peregrino y tiburón blanco
No todo es inmovilismo. WWF reconoce como positivo que ICCAT haya reforzado la protección de determinadas especies vulnerables:
- Prohibición de desembarcar o vender tiburón peregrino (Cetorhinus maximus).
- Prohibición de desembarcar o vender tiburón blanco (Carcharodon carcharias).
Estas medidas se suman a los compromisos ya adquiridos en años recientes para proteger mantas y tiburón ballena, y suponen un paso adelante en la salvaguarda de especies emblemáticas de alto valor ecológico.
Avances en túnidos tropicales: gestión del listado en el Atlántico occidental
En el capítulo de túnidos tropicales, WWF saluda la adopción de un Procedimiento de Gestión para el listado (skipjack) del Atlántico occidental, con la fijación de un TAC de 30.844 toneladas para el periodo 2026-2028.
Este nuevo marco se inscribe dentro del proceso de Evaluación de Estrategias de Gestión (MSE) que ICCAT está desarrollando para todos los túnidos tropicales. El enfoque MSE permite que científicos y gestores definan objetivos claros y ajusten las capturas en función del estado de los stocks, reduciendo el margen para decisiones puramente políticas.
Para WWF, este tipo de herramientas:
- Aumentan la transparencia de las decisiones.
- Dan estabilidad a las pesquerías y a los mercados.
- Minimizan el riesgo de sobreexplotación futura.
Es, en suma, la dirección que la organización reclama también para otras especies clave, incluido el atún rojo.
Biodiversidad y BBNJ: ICCAT se prepara para un nuevo marco global
La reunión de Sevilla dejó asimismo un capítulo relevante en materia de biodiversidad. WWF celebra la aprobación de una Resolución para preparar a ICCAT y a sus Partes Contratantes ante la entrada en vigor, el 17 de enero de 2026, del Acuerdo de la ONU sobre la biodiversidad marina más allá de la jurisdicción nacional (BBNJ).
Este acuerdo global sobre las aguas internacionales obligará a las organizaciones regionales de pesca, como ICCAT, a coordinarse mejor con otros foros y a integrar en su trabajo nuevos estándares de conservación, áreas marinas protegidas en alta mar y mecanismos de evaluación ambiental.
WWF ve en esta resolución un paso necesario para asegurar que la gestión de las pesquerías de túnidos no vaya desligada de la protección del conjunto de los ecosistemas marinos.
Redes de enmalle a la deriva: prohibición pendiente para el Atlántico
Donde WWF no aprecia avances suficientes es en el refuerzo y extensión de la prohibición de redes de enmalle a la deriva.
La organización recuerda que estas artes, ya prohibidas formalmente en el Mediterráneo, siguen matando cada año decenas de miles de especies vulnerables, entre ellas:
- Tortugas marinas.
- Mamíferos marinos (delfines, marsopas, pequeños cetáceos).
- Numerosas especies de tiburones.
Además, las redes de deriva contribuyen de forma significativa al problema de los “artes de pesca fantasma”, que continúan capturando fauna durante años tras ser abandonados.
WWF lamenta que en Sevilla no se haya conseguido extender y reforzar esta prohibición al Atlántico y pide a las Partes Contratantes que alcancen un acuerdo en 2026.
Más transparencia y lucha contra la pesca INDNR
En el terreno del control y la transparencia, WWF sí aprecia progresos importantes, especialmente en la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR).
Entre las medidas celebradas por la ONG destacan:
- La creación de un registro ICCAT de buques de más de 20 metros autorizados a operar en la zona del Convenio.
- El cierre de brechas con el Acuerdo sobre Medidas del Estado Rector del Puerto (PSMA), que refuerza la inspección de buques extranjeros que descargan en puertos bajo control de los Estados.
Estas modificaciones refuerzan la coherencia de ICCAT con las mejores prácticas internacionales y la alinean con otras organizaciones regionales de gestión de túnidos. Para WWF, se trata de un paso fundamental para cerrar la puerta a la pesca ilegal y garantizar que el mercado se abastezca de capturas legales y trazables.
Nuevo liderazgo en ICCAT y un desafío pendiente
La Comisión ha elegido a Zakia Driouich (Marruecos) como nueva presidenta de ICCAT. WWF agradece expresamente el trabajo del presidente saliente, Ernesto Penas Lado, y felicita a la nueva responsable, a la que desea “los mayores éxitos” en una etapa que se prevé compleja.
Porque, más allá de los nombres, el mensaje de WWF tras Sevilla es claro:
- Defender el procedimiento de gestión del atún rojo frente a las presiones políticas.
- Dar un giro real en la conservación de tiburones, empezando por el marrajo dientuso y la adopción de la política de aletas adheridas.
- Reforzar la protección de la biodiversidad y la lucha contra la pesca ilegal.
“Si ICCAT quiere seguir siendo un referente en la gestión sostenible de las pesquerías de túnidos, no puede permitirse retrocesos ni medias tintas”, concluye la organización. “La ciencia ya ha marcado el camino. Ahora toca que la política esté a la altura.”
La anchoa alcanza récord histórico de población
La anchoa vive un momento dulce en agua salada. Desde que hay registros nunca ha habido tantos ejemplares en la costa vasca como este año. Así lo confirma la última campaña científica para el estudio de la especie que estima que la biomasa de anchoa juvenil ha alcanzado las 544.781 toneladas, más del doble de la media histórica y un salto enorme respecto a las 255.344 toneladas estimadas el año anterior. Una cifra extraordinaria que, según los expertos, anticipa una excelente costera en 2026.
Estos datos son los principales resultados de la campaña Juvena 2025, impulsada por el Departamento de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco y coordinada por el centro tecnológico AZTI, mediante la que, durante aproximadamente un mes, se analiza la abundancia y la situación biológica de la especie, así como de las condiciones ambientales, y permite estimar cuál va a ser el reclutamiento a la población adulta el próximo año.
Rogelio Pozo, CEO de AZTi explica que «La anchoa europea es una especie de vida corta y alta variabilidad interanual, muy sensible a las condiciones oceanográficas del Golfo de Bizkaia. Su ciclo vital, de apenas dos a tres años, y su reproducción dependiente de factores como la temperatura del agua, la disponibilidad de alimento o las corrientes oceánicas, hacen que su biomasa varíe notablemente de un año a otro».
En esta última campaña, el muestreo -realizado entre el 5 de septiembre y el 10 de octubre- cubrió un área de 38.160 millas náuticas cuadradas y arrojó cifras históricas: más de medio millón de toneladas de anchoa juvenil en las aguas del Golfo de Bizkaia. El tamaño medio de los ejemplares analizados fue de 6,3 centímetros, ligeramente por debajo del promedio de la serie, pero «algo habitual en años con elevada supervivencia de la puesta», matizan desde AZTI.
Según explican los expertos, los datos de la campaña de este año reflejan la excelente supervivencia de los juveniles nacidos en primavera y evidencia unas condiciones oceanográficas y de productividad muy favorables para el desarrollo larvario y juvenil.
Además, estas cifras históricas confirman las previsiones que ya en el mes de mayo avanzó Bioman, la campaña que sirve para determinar la abundancia de anchoa adulta. Ambos estudios, en el marco de los programas de seguimiento del Gobierno Vasco y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), proporcionan una radiografía completa del ciclo vital de la especie.
«Los datos de 2025 reflejan la buena salud de la especie y refuerzan la importancia de seguir apostando por una gestión de las pesquerías basada en conocimiento científico», afirma Leandro Azkue, Viceconsejero de Pesca y Desarrollo Litoral del Gobierno Vasco.
Los datos de la campaña Juvena se validan internacionalmente en el grupo WGACEGG del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM). A partir de ahí, las cifras se integran con las capturas reales de la flota y con las de la campaña Bioman y todo ello servirá de base para las recomendaciones de capturas y el cálculo del Total Admisible de Capturas (TAC) para 2026
«Estas campañas continúan aportando información científica clave y demuestran la eficacia de la colaboración entre ciencia, administración y sector pesquero para garantizar una gestión sostenible y responsable de la anchoa», añade Pozo.
La costera de la anchoa 2025, por su parte, cerró con un elevado nivel de capturas para la flota vasca: 7,2 millones de kilos, el 90% de su cuota. El precio medio en lonja alcanzó los 2,05 euros por kilo, muy por encima de los 1,5 euros del año anterior. A nivel estatal, el total capturado fue de 21,3 millones de kilos, equivalente al 74% de la cuota disponible
Europêche alerta de los “asuntos pendientes” de ICCAT tras el aumento de la cuota de atún rojo
La reunión de Sevilla aprueba una subida de casi el 20 % del TAC de atún rojo y nuevos planes de gestión, pero deja sin resolver cuestiones clave sobre túnidos tropicales, capacidad de la flota y tiburones, según la patronal pesquera europea.
La 29ª reunión ordinaria de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), celebrada en Sevilla del 17 al 24 de noviembre, se cerró con un gran titular: la actualización al alza de los límites de captura y el reparto de posibilidades de pesca de atún rojo. Sin embargo, para Europêche, la organización que agrupa a buena parte de la industria pesquera europea, la foto final fue mucho más ambivalente: mientras una parte del trabajo avanzó, otros debates esenciales quedaron “en la sombra”.
Un TAC de atún rojo al máximo del consejo científico… pero con sabor agridulce
El punto estrella de la reunión fue la adopción de un nuevo Total Admisible de Capturas (TAC) y un nuevo esquema de asignación para el atún rojo del Atlántico. ICCAT fijó el TAC en 48.403 toneladas, lo que supone un incremento cercano al 20 %, alineado con la recomendación más alta del Comité Científico (SCRS) gracias al buen estado del stock.
La Comisión decidió además abrir la puerta a nuevos participantes en esta pesquería, incorporando a Mauritania, Namibia, Panamá y Senegal al reparto de cuota.
Desde la industria europea, el balance fue matizado. El presidente de Europêche, Javier Garat, calificó el resultado de “mixto”:
“El aumento del TAC de atún rojo aporta a los pescadores europeos menos cuota adicional de la que esperábamos, pese al enorme esfuerzo realizado por nuestras flotas. Y no podemos ignorar los contrapesos: la UE ha reducido su porcentaje para acomodar nuevas demandas, lo que genera incertidumbre en una pesquería muy diversa y sienta un precedente preocupante”.
Garat se mostró especialmente inquieto por la entrada de Senegal en el reparto:
“Nos preocupa especialmente la nueva asignación a Senegal, dado los graves problemas de cumplimiento planteados este año en relación con la gestión de sus cuotas de túnidos tropicales”.
Nuevos procedimientos de gestión: pez espada del norte y listado del Atlántico occidental
No todo fueron sombras. ICCAT también dio un paso importante en materia de ordenación a largo plazo, con la adopción de procedimientos de gestión (harvest strategies) para dos especies:
- Pez espada del Atlántico Norte.
- Listado (skipjack) del Atlántico occidental.
Estos procedimientos definen reglas de explotación a largo plazo, vinculadas a indicadores científicos, y forman parte de la transición hacia una gestión más previsible y menos sujeta a vaivenes políticos anuales.
Atunes tropicales: frustración por la falta de avances
Donde la decepción fue mayor, según Europêche, fue en el capítulo de túnidos tropicales (rabil, patudo y listado), una de las pesquerías más importantes para la flota cerquera europea.
La organización recuerda que las flotas de túnidos tropicales de la UE llevan años invirtiendo en el Atlántico con una visión de largo plazo, bajo altos estándares sociales, de control y ambientales. Mantener empresas viables y empleos dignos —desde las tripulaciones hasta los trabajadores portuarios, astilleros y conserveras— depende en buena medida de un marco de gestión sólido y predecible.
Europêche señala tres decisiones concretas que podrían haber reforzado ese camino, y que finalmente no vieron la luz:
- Asignar el TAC de rabil (yellowfin) entre las distintas Partes para evitar rebasamientos sistemáticos del cupo global.
- Aumentar el TAC de patudo (bigeye) en línea con el consejo del SCRS, aliviando a las flotas que más han sacrificado para reconstruir el stock.
- Levantar la veda sobre dispositivos agregadores de peces (FAD-closure), una medida que recae de forma desproporcionada sobre los cerqueros y cuya eficacia real para el stock no ha sido demostrada científicamente, según el sector.
Ninguna de estas cuestiones alcanzó un acuerdo.
“El resultado es muy decepcionante”, lamenta Xavier Leduc, presidente del Grupo de Atún de Europêche:
“Ninguno de los asuntos urgentes sobre atunes tropicales —incluyendo la asignación del TAC de rabil y la eliminación de la moratoria de FADs— ha desembocado en una decisión este año, lo que deja a nuestras pesquerías europeas responsables en una posición más vulnerable”.
Leduc pide que las Partes Contractantes de ICCAT aprovechen los trabajos intersesionales:
“Instamos a todas las Partes a utilizar el periodo entre reuniones para encontrar soluciones equilibradas, basadas en la ciencia, que protejan la pesquería, a las empresas que dependen de ella y a las personas cuyo sustento está en juego. Detrás de nuestras compañías hay hombres y mujeres, pescadores, equipos en tierra, estibadores, personal de astilleros y de conserveras”.
Capacidad de flota y cumplimiento: un registro insuficiente
En Sevilla, ICCAT aprobó también una resolución para establecer un registro de buques de más de 20 metros. Sobre el papel, se trata de un instrumento para mejorar el control. Pero para Europêche, el diseño acordado se queda corto.
Según explica Anne-France Mattlet, directora del Grupo de Atún de Europêche, el registro no permite conocer la capacidad real de pesca en la región, un dato esencial para aplicar medidas de gestión eficaces.
“Sin información crucial sobre la capacidad de bodega en metros cúbicos, como recomienda la FAO y se aplica en el Pacífico oriental, ICCAT no puede conocer la verdadera capacidad de la flota. Entender la capacidad de los buques es clave para garantizar una gestión adecuada y sostenible”.
La patronal europea también considera que los procedimientos de cumplimiento siguen siendo débiles. El sistema actual tiene dificultades para seguir de forma eficaz los casos de incumplimiento: no hay un documento de síntesis claro, ni un mecanismo de seguimiento estructurado, ni un proceso automatizado para tratar las infracciones.
La propuesta de la Unión Europea para racionalizar los informes y el seguimiento fue adoptada, lo que Europêche valora como un paso en la buena dirección, pero insiste en que “queda mucho trabajo” antes de poder hablar de una aplicación robusta y homogénea de las normas en todo el Atlántico.
Tiburones: bloqueo en la gestión y en la lucha contra el finning
Otra de las grandes frustraciones de Sevilla fue el capítulo de los tiburones. Las numerosas propuestas destinadas a mejorar su gestión y reforzar la lucha contra el “shark finning” (cercenar las aletas y descartar el cuerpo) no lograron el consenso necesario.
La flota europea recuerda que aplica desde hace años la política de “aletas adheridas de forma natural” (fins naturally attached), que obliga a desembarcar los tiburones con el cuerpo y las aletas unidos, y reclama un terreno de juego equilibrado para todos los operadores del Atlántico.
Durante la reunión, el presidente de ICCAT, Ernesto Peñas, lanzó una pregunta provocadora a las delegaciones:
“¿Queréis que ICCAT se ocupe de los tiburones?”.
Con ella quiso subrayar la necesidad de que la organización demuestre liderazgo en este campo para no quedar eclipsada por otros foros, como el Convenio CITES. ICCAT ha avanzado en la gestión de algunas especies, como el tiburón azul, pero Europêche insiste en que “hay que mantener y profundizar este enfoque” si se quiere evitar que la agenda sobre tiburones se decida fuera del ámbito pesquero.
ICCAT y el Acuerdo BBNJ: defender el papel de las OROP
Pese a los avances limitados en determinados frentes, Europêche recuerda que ICCAT ha demostrado en los últimos años su capacidad para gestionar de forma sostenible las pesquerías de atunes del Atlántico. La organización reafirmó en Sevilla su mandato en el nuevo contexto creado por la entrada en vigor del Acuerdo sobre la Biodiversidad Marina en Áreas Fuera de la Jurisdicción Nacional (BBNJ).
Una nueva resolución adoptada en Sevilla insiste en que las futuras medidas bajo el paraguas del BBNJ deben respetar plenamente las competencias y el papel de las Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera (OROP).
Jérôme Jourdain, miembro de la delegación de Europêche en ICCAT, lo resume así:
“ICCAT y otras OROP aportan décadas de experiencia científica en la gestión sostenible de las pesquerías de alta mar. Las nuevas medidas bajo el Acuerdo BBNJ deben respetar íntegramente su mandato. De lo contrario, corremos el riesgo de deshacer décadas de gestión y de amenazar la contribución vital de la pesca a la seguridad alimentaria mundial, reconocida por Naciones Unidas en el propio Acuerdo”.
Próxima estación: reuniones intersesionales
Con la reunión de Sevilla ya clausurada, la pelota pasa ahora a las manos de los grupos de trabajo intersesionales de ICCAT. Para Europêche, la prioridad es clara: transformar las buenas palabras sobre gestión sostenible en decisiones concretas sobre túnidos tropicales, capacidad de flota, control y tiburones.
La industria europea reclama que, antes de la próxima reunión anual, se cierren acuerdos que repartan los costes de la conservación de forma más justa, refuercen la credibilidad de ICCAT como organismo de referencia y den visibilidad a medio plazo a las flotas que ya operan bajo los estándares más exigentes. Solo así, advierten, se podrá seguir garantizando el doble objetivo que está en el centro del debate: océanos sanos y un suministro estable de proteína marina accesible para la población.
El grupo vigués Pereira mantiene el rumbo con 190 millones de facturación y refuerza su apuesta por Namibia
El grupo pesquero vigués Pereira, con más de siete décadas de historia, ha decidido reafirmar su rumbo estratégico: crecer desde África para seguir consolidando su posición en el mercado internacional de productos del mar. Con una facturación estable en torno a los 190 millones de euros, la compañía está profundizando su presencia en Namibia mediante nuevas inversiones en pesca y transformación, al tiempo que mantiene bajo control un entorno marcado por la incertidumbre en costes, mercados y regulaciones.
Fundado en Vigo hace 70 años, Grupo Pereira forma parte del núcleo histórico de la industria pesquera gallega. A lo largo de las últimas décadas ha logrado diversificar caladeros, especies y mercados sin renunciar a sus raíces. En este momento, una de sus grandes palancas de futuro está en la fachada atlántica africana, y muy especialmente en Namibia, país en el que la firma ha ido ganando peso tanto en actividad extractiva como en valor añadido industrial.
La apuesta por Namibia no es nueva, pero sí se ha intensificado. Pereira ha ido destinando recursos a modernizar su flota en la zona, asegurar cuotas y reforzar las plantas de procesado en tierra, con el doble objetivo de consolidar suministro estable de materia prima y cumplir con las exigencias de creación de empleo y desarrollo local que plantea el gobierno namibio a las empresas extranjeras. La estrategia encaja en una tendencia global: los países costeros africanos reclaman más transformación en origen y mayor retorno socioeconómico de sus recursos pesqueros, y las compañías que quieran permanecer en esos caladeros deben acompañar ese cambio.
Al mismo tiempo, la compañía mantiene un discurso de prudencia: el incremento de presencia en Namibia no responde a una aventura especulativa, sino a una hoja de ruta a largo plazo. En un contexto de costes operativos elevados (combustible, mantenimiento, financiación) y gran volatilidad en los precios internacionales del pescado, la prioridad de Pereira está siendo consolidar márgenes, asegurar estabilidad de suministro y mantener la facturación en una horquilla razonablemente estable, en torno a esos 190 millones de euros.
Esa estabilidad, en un momento en que otras compañías del sector viven fuertes oscilaciones, la presenta el grupo como una señal de solidez: la diversificación de orígenes (Atlántico, África, otros caladeros), de especies (desde especies de gran valor a productos más populares) y de canales de comercialización (retail, industria transformadora, exportación) permite amortiguar mejor los altibajos de la demanda.
La expansión en Namibia tiene también una lectura estratégica en clave de acceso a mercados. Los productos capturados y procesados en el país africano encuentran salida tanto hacia la Unión Europea como hacia otros destinos internacionales donde el grupo ya está presente, reforzando su capacidad de respuesta ante cambios regulatorios o comerciales. Al mismo tiempo, la implantación industrial en el país genera una imagen de socio a largo plazo, un factor cada vez más importante en las negociaciones con las autoridades locales.
Detrás de las cifras y de los movimientos geográficos, el caso de Pereira ilustra la evolución de la gran pesca gallega: empresas históricas que, lejos de deslocalizar por completo su actividad, combinan la experiencia acumulada en Vigo y en la industria española con una presencia cada vez más intensa en terceros países, adaptándose a nuevas reglas de juego en materia de sostenibilidad, reparto de cuotas y exigencias sociales.
Con 70 años cumplidos, el grupo parece decidido a seguir manteniendo un “rumbo firme”: controlar el crecimiento, apostar por proyectos con base industrial y priorizar la estabilidad sobre los grandes saltos en facturación. La consolidación en Namibia, apoyada en inversiones en pesca y procesado, se convierte así en una pieza clave de un modelo que busca resistir la tormenta de incertidumbres que atraviesa el sector pesquero global sin perder competitividad ni presencia en los mercados internacionales.
ANABAC extiende su sello MSC al rabil del Índico y roza el 90% de producción certificada sostenible
La flota asociada de ATUNSA, ECHEBASTAR y PEVASA logra certificar también el atún rabil en el Océano Índico tras cerrar todas las condiciones pendientes sobre el listado
La Asociación Nacional de Armadores de Buques Atuneros Congeladores (ANABAC) ha dado un nuevo paso en su estrategia de pesca responsable al anunciar la ampliación de su certificación Marine Stewardship Council (MSC) en el Océano Índico: a partir de ahora, junto al atún listado (Katsuwonus pelamis), queda incluido también el atún rabil (Thunnus albacares) capturado por su flota de cerco.
Este avance se produce tras la última auditoría de seguimiento de la certificación ANABAC Indian Ocean purse seine skipjack fishery, en la que la pesquería ha logrado cerrar con éxito las siete condiciones iniciales que pesaban sobre el listado. El resultado acredita, según ANABAC, el esfuerzo continuado de las empresas asociadas y de los arrantzales por adaptar su actividad a los estándares más exigentes de sostenibilidad.
Listado y rabil certificados en el Índico
Con la ampliación de alcance, la pesquería de cerco integrada por todos los buques de los grupos ATUNSA, ECHEBASTAR y PEVASA no solo mantiene la certificación sobre el atún listado, sino que incorpora ahora al rabil del Índico bajo el mismo paraguas de MSC.
Esto permite a las empresas asociadas ofrecer al mercado el 88% de su producción de túnidos tropicales en el Océano Índico con el conocido “sello azul” de pesca sostenible, una garantía cada vez más valorada por la distribución y los consumidores finales.
Desde la asociación subrayan que este hito tiene un alcance global:
“Con esta ampliación, ANABAC demuestra su compromiso con la sostenibilidad y con el futuro de nuestros océanos, garantizando que el 90% de nuestra producción total de túnidos tropicales procede de pesquerías certificadas”, señalan fuentes de la organización.
Un proceso de mejora continua
La certificación MSC exige no solo una fotografía puntual del estado de la pesquería, sino un proceso de mejora continua. En el caso de ANABAC, el cierre de las condiciones que afectaban al listado en el Índico refleja avances en áreas clave como:
- La robustez de los datos científicos y de control.
- La gestión precautoria del stock, alineada con el asesoramiento científico.
- La reducción de impactos ambientales, tanto sobre especies acompañantes como sobre el ecosistema marino.
Una vez verificado este progreso por parte de la entidad auditora, se ha considerado que la pesquería cuenta con bases sólidas para integrar también al rabil dentro del mismo esquema de certificación.
Respuesta a un mercado que exige garantías
La ampliación de la certificación llega en un contexto de creciente demanda de productos del mar certificados. Supermercados, cadenas de restauración y grandes marcas de conservas han incorporado objetivos específicos de compra de pescado con sellos de sostenibilidad reconocidos internacionalmente, entre ellos MSC.
Para ANABAC y sus empresas asociadas, poder acreditar que nueve de cada diez toneladas de túnidos tropicales que comercializan proceden de pesquerías certificadas supone una ventaja competitiva clara en los principales mercados internacionales, además de reforzar su imagen ante la opinión pública.
Impacto en la flota y horizonte de trabajo
La asociación destaca, asimismo, el impacto que este tipo de reconocimientos tiene en la propia flota:
- Refuerza la seguridad jurídica y comercial de las inversiones.
- Incentiva la innovación técnica a bordo (mejoras de artes, selectividad, control electrónico).
- Consolida una cultura de cumplimiento y transparencia en la actividad pesquera.
ANABAC enmarca esta ampliación de certificación en una estrategia a medio y largo plazo, en la que la sostenibilidad ambiental, la viabilidad económica de la flota y la responsabilidad social se presentan como pilares inseparables.
Con el rabil del Índico ya bajo el sello azul de MSC y el 90% de su producción total de túnidos tropicales certificada, la asociación remarca que el reto ahora es mantener y consolidar este nivel de exigencia en un contexto internacional marcado por la presión sobre los recursos, la necesidad de una gestión multilateral eficaz y una sociedad cada vez más atenta al origen del pescado que consume.












