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sábado, diciembre 13, 2025
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ISSF aplaude los avances científicos del WCPFC pero denuncia retrasos “críticos” en la vigilancia de las pesquerías de atún del Pacífico

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La Comisión del Pacífico Occidental y Central adopta un procedimiento de gestión para el atún blanco del Sur y refuerza la protección de aves marinas, pero pospone hasta 2026 decisiones clave sobre FAD, observadores, transbordos e IUU, según la fundación

La reunión anual de la Comisión de Pesca del Pacífico Occidental y Central (WCPFC) se ha saldado con un balance agridulce para la International Seafood Sustainability Foundation (ISSF). La organización, que agrupa a científicos, ONG y parte de la industria atunera mundial, reconoce “avances significativos” en materia de estrategias de captura y conservación de aves marinas, pero alerta de que la Comisión ha vuelto a aplazar decisiones esenciales sobre control y vigilancia de la flota.

En su respuesta oficial, ISSF resume el resultado como una combinación de “progresos significativos y aplazamientos con consecuencias”, que demuestran que la WCPFC es capaz de aprobar reformas basadas en la ciencia… siempre que exista voluntad política. El problema, advierte, es que esa voluntad no se ha extendido a todos los ámbitos críticos de gestión.


Un “claro triunfo de la ciencia”: gestión del atún blanco del Pacífico Sur

El principal motivo de satisfacción para ISSF es la adopción de un procedimiento de gestión (management procedure, MP) para el atún blanco del Pacífico Sur (South Pacific albacore), una pesquería clave para pequeños Estados insulares y flotas con certificación MSC.

Las management procedures o harvest strategies representan, según la fundación, el estándar moderno de la gestión pesquera: en lugar de negociar cada año cuotas y medidas al margen de criterios objetivos, se establecen reglas preacordadas que ajustan automáticamente la gestión (esfuerzo, capturas, etc.) en función del estado del stock.

Para ISSF, la aprobación de este MP —que se suma a los ya existentes para el listado (skipjack) y el atún blanco del Pacífico Norte— refuerza la imagen de la WCPFC como una organización capaz de ejercer una “custodia responsable” sobre los recursos atuneros cuando se guía por la evidencia científica.

“Es el resultado más positivo de la reunión y uno de nuestros grandes objetivos para este año”, valora la fundación, que considera las estrategias de captura el “pilar central” de su trabajo en todas las OROP túnidas.


Avance histórico en la protección de aves marinas

Otro de los puntos que ISSF destaca de forma muy positiva es la actualización de la medida de conservación de aves marinas, largamente esperada, y especialmente relevante para las poblaciones amenazadas de albatros.

La nueva medida amplía las zonas de protección espacial, refuerza los requisitos de medidas de mitigación en áreas de alto riesgo y responde a los fuertes solapamientos entre la actividad del palangre y la distribución de estas aves.

ISSF subraya que esta reforma está en plena sintonía con su propia Medida de Conservación 3.6, recientemente ampliada para las empresas participantes en la fundación, y la presenta como un ejemplo emblemático de cómo la presión continuada y basada en la ciencia puede traducirse en mejoras concretas para especies vulnerables.

“Es un logro que merece ser celebrado y que debería inspirar un nivel de ambición similar en otras prioridades de monitorización y protección del ecosistema”, señala el comunicado.


Transparencia en cumplimiento: un paso preliminar hacia la apertura

En materia de cumplimiento, la WCPFC aprobó una recomendación que prepara una revisión en 2026 de las normas de datos que sustentan su esquema de seguimiento del cumplimiento (compliance monitoring scheme).

ISSF interpreta esta decisión como un primer paso para permitir, en el futuro, la participación de observadores en los procesos de evaluación de cumplimiento, una vieja reivindicación de la fundación y sus socios.

Pese a ello, recuerda que la WCPFC sigue siendo la única OROP de atún que no permite la presencia de ONG acreditadas en las discusiones sobre cumplimiento. “La verdadera transparencia es la base de la gobernanza pesquera moderna”, insiste ISSF, que valora este movimiento como una mejora “preliminar pero relevante” hacia una mayor rendición de cuentas.


Las asignaturas pendientes: FAD, observadores e IUU quedan para 2026

Donde el balance se vuelve claramente negativo, según ISSF, es en los temas que la organización había señalado como prioritarios antes de la reunión: gestión de dispositivos agregadores de peces (FAD), aumento de la cobertura de observadores, despliegue efectivo del seguimiento electrónico (EM) y lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (IUU).

FAD: retrasos mientras otras OROP avanzan

En el capítulo de FAD, la evaluación es contundente: no hubo progresos sustantivos.

La Comisión no acordó:

  • un calendario para la transición a FAD biodegradables,
  • ni nuevos requisitos de transmisión de datos de las boyas satelitales.

Ambos puntos se aplazan a 2026, pese a que otras organizaciones regionales —como IATTC, ICCAT e IOTC— ya han comenzado a aplicar cronogramas para FAD biodegradables.

Tampoco se incluyeron en el plan de trabajo de FAD para 2026 elementos que ISSF considera esenciales:

  • un registro de FAD,
  • un esquema de marcado,
  • normas claras sobre transmisión de datos acústicos,
  • ni reglas nítidas sobre propiedad de los FAD.

Para la fundación, sin avances en estas áreas la WCPFC corre el riesgo de quedarse rezagada respecto a otras OROP en reducción de contaminación marina, mejora de las evaluaciones científicas y fortalecimiento del control de la pesquería asociada a FAD.

Cobertura de observadores y seguimiento electrónico: inmovilismo preocupante

Otro de los puntos críticos es la cobertura de observadores en la flota de palangre. La Comisión volvió a dejar sin cambios el requisito mínimo del 5 %, una cifra que el propio Comité Científico de la WCPFC ha calificado reiteradamente como insuficiente para estimar correctamente las capturas accesorias (bycatch) o verificar el cumplimiento.

Aunque en 2024 se aprobaron estándares de seguimiento electrónico (EM), ISSF lamenta que en esta reunión no se haya avanzado en su implementación operativa: no hay nuevos pasos concretos para desplegar sistemas de cámaras y revisión de imágenes a bordo.

Según la fundación, alcanzar siquiera un objetivo interino del 20 % de cobertura —combinando observadores humanos y EM— exigirá un avance “acelerado” en 2026. “Un sistema de monitorización sólido, humano o electrónico, es la columna vertebral de la recopilación de datos, la mitigación del bycatch y la aplicación efectiva de las normas”, recuerda.


Transbordos en el mar y medidas de Estado rector del puerto: seis años de aplazamientos

ISSF también muestra su frustración por la falta de reformas en dos ámbitos que considera centrales para combatir la pesca IUU:

  • las normas sobre transbordos en el mar,
  • y las medidas de Estado rector del puerto (Port State Measures).

La revisión de ambas medidas fue de nuevo pospuesta, en el caso de los transbordos por sexto año consecutivo.

Las reglas actuales de la WCPFC sobre transbordos, denuncia la fundación, no alcanzan el nivel de las Directrices voluntarias de la FAO en puntos clave como:

  • exigencia de monitorización en tiempo real al 100 %,
  • prohibición de transbordos durante fallos del sistema de seguimiento por satélite (VMS),
  • requisitos más estrictos de notificación e información.

Por su parte, la medida de Estado rector del puerto de la WCPFC sigue “desalineada” con el Acuerdo sobre Medidas del Estado Rector del Puerto (PSMA) de la FAO, al carecer de requisitos mínimos de inspección y normas claras sobre denegación de entrada a buques sospechosos.

“Estas lagunas debilitan los esfuerzos regionales contra la pesca ilegal”, advierte ISSF, que reconoce la necesidad de desarrollar herramientas y capacidades para aplicar reformas ambiciosas, pero insiste en que la Comisión debe colocar este trabajo en el centro de su agenda de 2026.


2026: una hoja de ruta clara si hay voluntad política

Pese a las críticas, ISSF considera que la reunión de este año ha demostrado algo importante: cuando los miembros de la WCPFC se alinean en torno a objetivos científicos compartidos, los resultados llegan. Las decisiones sobre estrategias de captura y protección de aves marinas son, para la fundación, prueba de ello.

El reto, a partir de ahora, es trasladar ese mismo nivel de compromiso a las materias todavía pendientes:

  • adoptar un paquete sólido de reformas sobre FAD, incluido el avance hacia FAD biodegradables y una trazabilidad completa;
  • completar la implementación del EM y aumentar la cobertura de observadores en la flota de palangre;
  • cerrar las brechas de control en los transbordos en el mar;
  • alinear las medidas de puerto con el PSMA de la FAO.

“ISSF está preparada para apoyar a los miembros de la WCPFC para que 2026 sea un año de avances significativos en estas cuestiones”, concluye la organización. Su objetivo declarado es que las pesquerías de atún más productivas del mundo “sigan siendo sostenibles, transparentes y bien gestionadas durante generaciones”.

FACOPE exige a España una defensa “firme” de la flota andaluza ante el Consejo de Ministros de Pesca de la UE

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Las cofradías andaluzas reclaman elevar a 180 los días de actividad, eliminar el TAC de gamba roja, un desguace “quirúrgico” y revisar el Plan WestMed

La Federación Andaluza de Cofradías de Pescadores (FACOPE) ha fijado su postura de cara al próximo Consejo de Ministros de Pesca de la Unión Europea, en el que se definirán las posibilidades de pesca para 2026, y lanza un mensaje directo al Gobierno español: “no podemos permitir que se siga debilitando a una flota que ya solo trabaja seis meses al año”.

En un comunicado difundido este 10 de diciembre, FACOPE, junto a FAAPE y AndMuPes, expresa su “profunda preocupación” por las decisiones que se adopten en Bruselas y reclama al Ejecutivo central que actúe con “firmeza” para defender los intereses de la flota andaluza.

Del año completo a medio año de trabajo

La federación recuerda que, desde la aplicación del Plan Plurianual de Gestión del Mediterráneo Occidental (MAP WestMed), la flota de arrastre andaluza ha sufrido un recorte superior al 40 % en sus posibilidades de pesca.

En 2019, señalan, un barco podía faenar alrededor de 230 días al año. En 2025, la media ha descendido hasta 130 días, lo que en la práctica equivale a trabajar únicamente seis meses.

Esta situación es inasumible y genera gran preocupación ante las futuras decisiones comunitarias”, subraya Manuel Fernández Belmonte, presidente de FACOPE, que alerta del impacto directo en la viabilidad económica de las empresas y en el empleo en las comunidades costeras.

Reclamo de equilibrio en los tres pilares de la PPC

El sector insiste en la necesidad de respetar los tres pilares de la Política Pesquera Común (PPC) —sostenibilidad ambiental, económica y social— y mantenerlos “en equilibrio y con el mismo nivel de prioridad”.

Solo así, sostiene FACOPE, podrán adoptarse medidas “justas y equilibradas” que garanticen tanto el futuro de la actividad pesquera como la conservación de los caladeros y de las especies.

En este sentido, las organizaciones pesqueras andaluzas advierten contra decisiones que, en la práctica, descarguen el peso de la sostenibilidad exclusivamente en la reducción del esfuerzo pesquero, sin ofrecer alternativas claras ni compensaciones suficientes a las flotas más afectadas.

Cuatro líneas rojas para Bruselas

De cara a la negociación de las posibilidades de pesca para 2026, FACOPE y el resto de organizaciones han remitido a la Secretaría General de Pesca un documento de posicionamiento en el que fijan cuatro demandas fundamentales que consideran imprescindibles en el acuerdo final:

  1. Alcanzar una media de 180 días de actividad pesquera por barco y por año, frente a los 130 actuales.
  2. Eliminar el TAC de la gamba roja, al considerar que la combinación de límites de días y cupos está asfixiando a una de las principales pesquerías de arrastre en el Mediterráneo andaluz.
  3. Impulsar, en el primer trimestre de 2026, un Plan de Desguace “quirúrgico”, que permita una salida digna a aquellas embarcaciones más perjudicadas por las restricciones del Plan Plurianual.
  4. Consensuar un calendario para iniciar, con carácter urgente, una revisión integral del MAP WestMed, tal y como ya han solicitado los tres Estados miembros afectados (España, Francia e Italia).

FACOPE advierte que no podrá validar ningún acuerdo que no contemple estos objetivos y “insta a las autoridades nacionales a defenderlos firmemente en el próximo Consejo”.

Unidad del sector andaluz ante un Consejo clave

La posición hecha pública refleja la voluntad del sector pesquero andaluz —representado por FAAPE, FACOPE y AndMuPes— de acudir unido a una cita clave en Bruselas, donde se decidirán las reglas de juego para 2026.

Las organizaciones recuerdan que la flota mediterránea andaluza arrastra ya años de ajustes acumulados, con recortes de esfuerzo, cierres espacio-temporales, cambios técnicos en las artes y exigencias crecientes en materia de selectividad y control, y que la capacidad de resistencia económica de muchas empresas se encuentra “al límite”.

A las puertas del Consejo de Ministros de Pesca de la UE, el mensaje desde Andalucía es nítido: sí a la sostenibilidad, pero no a costa de dejar en el camino a una flota que, insisten, ha cumplido con los esfuerzos que se le han exigido. Ahora, subrayan, le toca al Gobierno “estar a la altura” en Bruselas.

Cosco encarga 87 buques a CSSC en el mayor contrato naval de la historia china

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La naviera estatal invierte más de 7.000 millones de dólares en una macroorden que refuerza su flota y acelera la transición energética marítima

China COSCO Shipping Group ha vuelto a mover ficha en la liga de los gigantes del mar. La naviera estatal ha firmado con China State Shipbuilding Corporation (CSSC) un acuerdo para la construcción de 87 nuevos buques, valorado en más de 50.000 millones de yuanes (algo más de 7.000 millones de dólares/unos 6–6,5 mil millones de euros). Se trata del mayor contrato de construcción naval jamás cerrado entre un armador y un astillero dentro de China.

Firmado el 8 de diciembre en Shanghái, el pedido abarca prácticamente todo el abanico de la flota mercante: portacontenedores, graneleros, petroleros de gran tamaño, buques para grano, unidades multipropósito de carga pesada, petroleros MR y portacontenedores más pequeños. En la práctica, Cosco está renovando simultáneamente varios de los pilares de su capacidad de transporte en contenedor, granel y energía.

Un pedido “récord” para modernizar la flota

Según la prensa económica china, la operación supone un salto cualitativo en la estrategia de modernización de Cosco. La compañía, que ya opera más de 500 portacontenedores con una capacidad cercana a los 3,5 millones de TEU y aspira a superar la barrera de los 4 millones, consolida así un libro de pedidos que ya era muy abultado antes del anuncio.

Solo en 2025, Cosco y sus filiales habían contratado previamente docenas de graneleros y grandes petroleros —incluidos buques tipo Capesize ligados al proyecto minero de Simandou en Guinea— por un valor adicional de más de 25.000 millones de yuanes. Este nuevo paquete de 87 unidades se suma a esa oleada y refuerza la idea de que el grupo quiere asegurarse capacidad de astillero para la próxima década.

La construcción se repartirá entre varios de los grandes centros de CSSC, entre ellos los astilleros de Jiangnan, Dalian, Guangzhou, Wuchang, Beihai y Chengxi, lo que garantiza carga de trabajo a toda la red industrial del conglomerado estatal.

Transición energética y buques más “verdes”

Más allá del volumen, el mensaje político e industrial es claro: la transición energética se ha convertido en el eje del contrato. Portales especializados y fuentes de CSSC subrayan que las nuevas construcciones incorporarán diseños más eficientes, tecnologías de navegación inteligente y sistemas digitales avanzados, con el objetivo declarado de avanzar hacia un transporte marítimo de bajas emisiones de carbono.

En los últimos dos años, Cosco ya venía apostando por buques preparados para combustibles alternativos —como metanol— y por unidades optimizadas para las nuevas normas internacionales de eficiencia energética. El mega–pedido refuerza esa apuesta: al encargar de golpe 87 buques, la naviera fija precios antes de posibles subidas de costes, asegura “slots” en astilleros muy demandados y se posiciona para cumplir con futuras regulaciones medioambientales más estrictas.

Impulso a la industria naval china

Para CSSC, el acuerdo es también un espaldarazo a su liderazgo. El principal brazo cotizado del grupo, China CSSC Holdings, ya había reportado en los tres primeros trimestres de 2025 unos ingresos superiores a 107.000 millones de yuanes y un beneficio neto que se ha más que duplicado interanualmente, gracias en gran parte al tirón de los nuevos pedidos.

El contrato con Cosco incrementa aún más su cartera y consolida la posición de China, junto con Corea del Sur, como uno de los dos grandes polos mundiales de construcción naval. Para Pekín, además, la operación encaja con su estrategia de reforzar las “campeonas nacionales” y de reducir su dependencia de astilleros extranjeros en segmentos clave como los portacontenedores de gran tamaño o los petroleros de última generación.

¿Rearme de capacidad o sustitución acelerada?

Entre analistas internacionales se abre ahora el debate sobre el impacto de esta macroorden en la capacidad global de bodega. El discurso oficial vincula el pedido a una doble lógica: expansión de la flota para seguir compitiendo en las principales rutas y sustitución de unidades más antiguas, menos eficientes y más contaminantes.

Si la mayor parte de los 87 buques llega para reemplazar tonelaje obsoleto, el efecto neto sobre la oferta podría ser limitado, pero con un salto importante en eficiencia y reducción de emisiones. Si, en cambio, una fracción significativa se suma como capacidad adicional, el movimiento puede alimentar nuevos ciclos de sobrecapacidad en determinados segmentos, especialmente si otros grandes grupos replican la estrategia.

Una señal al mercado… y a los competidores

En cualquier caso, el mensaje que Cosco lanza al mercado naval es inequívoco: el gigante chino no sólo quiere defender su posición entre las primeras navieras del mundo, sino también liderar la próxima ola tecnológica y ambiental del sector.

Al amarrar con CSSC el mayor pedido doméstico de la historia china, la compañía asegura flota moderna para los próximos años, refuerza a la poderosa industria naval estatal y envía una señal de fuerza a competidores europeos y asiáticos en plena reconfiguración de las cadenas logísticas globales.

Los agentes sociales de la pesca alertan que el nuevo plan para el Mediterráneo amenaza miles de empleos

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Los socios sociales europeos de la pesca han lanzado una dura advertencia contra la propuesta de la Comisión Europea sobre las posibilidades de pesca en el Mediterráneo para 2026, al considerar que supone “uno de los recortes más severos jamás planteados” y que pone en riesgo miles de empleos, el tejido económico de enteras comunidades costeras y el futuro de la flota mediterránea.

La propuesta de Bruselas contempla reducciones drásticas del esfuerzo pesquero: hasta un 65 % menos de días de pesca para los arrastreros de Francia y España, un recorte del 64 % en Italia, un mínimo de apenas 9,6 días por buque y año si no se aplican medidas compensatorias, nuevas restricciones para los palangreros de merluza, topes a las capturas de gamba de aguas profundas y calendarios adicionales de vedas en zonas clave.

Para las organizaciones firmantes –Europêche, la Federación Europea de Trabajadores del Transporte (ETF) y Copa-Cogeca– estas medidas llegan después de años de sacrificios del sector para recuperar los recursos, esfuerzos que han sido reconocidos en el informe 2025 de la FAO–GFCM sobre el estado de las pesquerías del Mediterráneo y el mar Negro, donde se constata una mejora de varias poblaciones. Sin embargo, denuncian que, en lugar de consolidar estos avances con medidas equilibradas y predecibles, la Comisión apuesta por un paquete que el sector considera “económicamente insostenible”.

Los agentes sociales critican que, incluso con el sistema de compensación propuesto por Bruselas –que permitiría recuperar días de pesca mediante artes más selectivas o cierres adicionales–, el impacto en regiones como Cataluña, el Mediterráneo occidental o el Estrecho de Sicilia sería “severo y desproporcionado”. A su juicio, el proyecto no se ajusta al último dictamen científico disponible y vuelve a cargar el coste de la gestión casi exclusivamente sobre los pescadores.

Otro de los reproches centrales es la falta de enfoque holístico. Aunque la Comisión suele presentar el modelo mediterráneo como referencia, los socios sociales denuncian que el texto “ignora otros factores ambientales relevantes”, como el aumento de la temperatura del agua, la acidificación o otras actividades humanas que afectan a los recursos, de modo que “el dedo acusador se sitúa únicamente sobre la pesca”.

En un tono inusualmente directo, plantean a la Comisión varias preguntas de fondo:

  • Si las medidas para 2026 van acompañadas de un verdadero estudio socioeconómico que evalúe los efectos sobre trabajadores y empresas y cómo mitigarlos.
  • Cómo puede la UE, en un momento en que proclama la competitividad y la soberanía alimentaria como prioridades, “seguir ignorando el futuro de los pescadores mediterráneos” que aportan proteína fresca, local y contribuyen a la autonomía estratégica en alimentos.
  • Por qué, sabiendo que este escenario se repetiría por el marco plurianual vigente, la Comisión no propuso con antelación los cambios necesarios.
  • Y si las supuestas medidas compensatorias son realmente viables en todas las regiones, dado que en muchas zonas las condiciones ambientales, técnicas o espaciales impiden aplicar cierres adicionales o introducir nuevos aparejos selectivos.

Según advierten, estos recortes equivalen en la práctica a una “invitación a abandonar el sector”, acelerando un proceso ya visible en muchas comunidades costeras, donde los jóvenes dejan la profesión y los pueblos pierden su base económica ligada al mar.

Ante este panorama, los agentes sociales instan a la Comisión y a los ministros de Pesca de la UE, que negociarán el paquete final los días 11 y 12 de diciembre, a dar un giro inmediato y adoptar un enfoque “equilibrado, realista y socialmente sostenible”. Reclaman garantizar un mínimo de 180 días de pesca al año como referencia, eliminar los límites de captura para la gamba roja de aguas profundas, asegurar un marco de gestión que proporcione previsibilidad y viabilidad regional para todas las flotas y reforzar un diálogo real con pescadores y agentes sociales, reconociendo su conocimiento y los sacrificios asumidos.

“El sector ha hecho y está haciendo su parte: modernizando las flotas, innovando en métodos de pesca, cumpliendo cierres y reducciones muy estrictas”, concluyen. “Ahora le toca a la UE cumplir con su responsabilidad: proteger a las mujeres y hombres que alimentan a Europa y preservar las comunidades que dependen del mar. Es una llamada de SOS para la pesca mediterránea”.

AZTI destapa la pérdida de rentabilidad de la merluza en Euskadi

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Un informe de AZTI alerta de que el consumo de merluza fresca se hunde a mínimos históricos mientras la diferencia entre lo que paga el consumidor y lo que cobra el arrantzale sigue siendo elevada.

El informe está elaborado por: RAÚL PRELLEZO, MARGA ANDRÉS (Gestión Pesquera Sostenible), ANA BARANDA y SOFÍA ROCA (Nuevos Alimentos),JAIME PÉREZ (AZTI Data Ecosystem) y MARINA SANTURTÚN (directora de Mercado de Océanos Sostenibles).


La merluza, uno de los pescados más emblemáticos en la mesa vasca, se encuentra en un momento delicado. Así lo revela un análisis de AZTI que combina datos científicos, económicos y de consumo para dibujar una radiografía inquietante: se come menos merluza que nunca, los precios al consumidor no dejan de subir y, sin embargo, “los que menos ganamos somos los pescadores”, tal y como resume el propio informe.

En 2024, los hogares de Euskadi consumieron 4.070 toneladas de merluza fresca, por un valor total de 46 millones de euros. La cifra no es menor, pero supone el nivel de consumo más bajo registrado desde 1999. El Observatorio de datos de consumo en el hogar de AZTI muestra que en 2009 se alcanzó un máximo de 10.500 toneladas, y desde entonces la curva no ha dejado de descender hasta el mínimo actual.

Más cara en la pescadería, ingresos irregulares en el puerto

Mientras el volumen cae, el precio que paga la ciudadanía no ha dejado de subir. Entre 1999 y 2024, el precio medio de la merluza fresca en los hogares vascos ha pasado de 6,7 €/kg a 11,3 €/kg. Una subida casi constante que contrasta con la evolución de los ingresos de los arrantzales.

Los autores del estudio —Raúl Prellezo y Marga Andrés (Gestión Pesquera Sostenible), Ana Baranda y Sofía Roca (Nuevos Alimentos), Jaime Pérez (AZTI Data Ecosystem) y Marina Santurtún (directora de Mercado de Océanos Sostenibles)— analizan las capturas y precios en primera venta entre 2018 y 2024. En ese periodo, la pesca media de merluza de la flota vasca fue de 3.550 toneladas anuales.

Sin embargo, en 2023 las capturas fueron un 40 % inferiores a las de 2018, mientras que el precio en primera venta solo creció un 17 %. Es decir, el volumen baja mucho más deprisa de lo que sube el precio que percibe el pescador.

Un margen que se estira… pero no siempre del mismo modo

El informe evita caer en simplificaciones, pero aporta un dato clave: entre 2018 y 2024, el precio que abonaron los consumidores vascos por la merluza fue, de media, 2,61 veces superior al precio recibido por los arrantzales en la primera venta.

La brecha entre ambos precios —lo que se paga en tienda y lo que se cobra en lonja— no sigue una línea recta, sino que fluctúa con picos y valles entre 1998 y 2024, aunque con una tendencia general ligeramente ascendente.

Los investigadores señalan además dos conclusiones importantes:

  • La diferencia depende sobre todo del precio de origen: cuanto más bajo es el precio en primera venta, mayor es la brecha respecto al precio al consumidor; cuando el precio de origen sube, la diferencia tiende a reducirse.
  • El nivel de consumo también influye: cuando el consumo de merluza disminuye, la disparidad entre lo que paga el consumidor y lo que cobra el pescador tiende a incrementarse.

¿Qué puede explicar este comportamiento? El equipo de AZTI apunta a la existencia de elevados costes fijos en la cadena de comercialización (transformación, logística, distribución, venta al detalle…). Estos costes exigen ingresos relativamente constantes, lo que hace que, cuando baja el precio en primera venta o se vende menos volumen, la diferencia respecto al precio final tienda a ensancharse para cubrir esos gastos.

2024: menos merluza, más precio en lonja… y margen a la baja

Con todo, el año 2024 aporta un matiz que obliga a revisar esta explicación. Ese año confluyen tres fenómenos:

  • El consumo de merluza fresca alcanza mínimos históricos.
  • El precio en primera venta aumenta un 25 %.
  • La diferencia entre ambos precios se reduce, es decir, se estrecha el margen de comercialización.

En otras palabras: se vende menos merluza, el arrantzale cobra algo más en lonja… pero el margen para mayoristas y minoristas se contrae.

Para los autores, este comportamiento confirma que los cambios ya no se explican solo por la estructura de costes del canal comercial, sino por una transformación profunda en los patrones de consumo de merluza y, probablemente, de pescado fresco en general.

¿Quién sale perdiendo?

Con los datos sobre la mesa, AZTI considera justificada la afirmación que tantas veces se escucha en los puertos —“los que menos ganamos somos los pescadores”—, pero añade un matiz importante:

“Si bien es correcta la afirmación de que los pescadores son quienes obtienen menores ingresos en la cadena, la reducción de márgenes operativos tiene un límite, y esta tendencia terminará impactando tanto a arrantzales como a comercializadores”.

Si el consumo continúa cayendo y los márgenes se siguen ajustando, el riesgo es doble:

  • Para la flota, que puede ver comprometida su viabilidad económica pese a realizar capturas sostenibles.
  • Para la cadena comercial, que puede encontrarse sin espacio suficiente para cubrir costes y mantener la oferta de pescado fresco en los puntos de venta.

Revertir la caída del consumo: el gran reto

El informe concluye que la prioridad debe ser entender por qué se consume menos merluza fresca y definir estrategias concretas para reactivar la demanda.

En este punto, el Observatorio de datos de consumo en el hogar de AZTI se convierte en una herramienta clave: su información desagregada por perfiles sociodemográficos, tipos de hogar, hábitos de compra y preferencias alimentarias permite identificar dónde se está perdiendo consumo (jóvenes, hogares pequeños, familias con poco tiempo para cocinar, etc.) y qué mensajes o formatos pueden resultar más eficaces.

Entre las posibles líneas de actuación que se abren están:

  • Nuevos formatos de merluza más cómodos y adaptados al ritmo de vida actual.
  • Campañas de comunicación que destaquen el valor nutricional, cultural y gastronómico de la merluza en Euskadi.
  • Incentivos a la hostelería y restauración para incorporar platos de merluza fresca atractivos para el público joven.
  • Acciones específicas en colegios, comedores y programas de educación alimentaria.

Porque, como subraya el equipo de AZTI, detrás de cada kilo de merluza vendido —o no vendido— hay mucho más que una estadística: hay barcos, tripulaciones, comercios de barrio, puestos de lonja y una cultura alimentaria que forma parte de la identidad de Euskadi.

Y hoy, más que nunca, las cifras parecen dar la razón a quienes faenan en la mar: si no se frena la caída del consumo, los que menos ganan seguirán siendo los pescadores… pero no serán los únicos en perder.

El precio del rabil cierra 2025 presionado por la oferta, pero con tímidos signos de rebote

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Tras meses de caídas por abundancia de capturas en el Pacífico oriental y altos stocks en Europa, el último trimestre muestra una ligera firmeza en los segmentos de mayor calidad, aunque la recuperación sigue lejos de consolidarse.


El último trimestre de 2025 está dejando un panorama mixto para el atún de aleta amarilla (rabil). En un extremo, mercados clave como el europeo siguen bien abastecidos, con stocks elevados y llegada constante de producto a precios contenidos. En el otro, aparecen señales de cierta revalorización en orígenes como Ecuador y en nichos de materia prima certificada para la UE, lo que sugiere que el ciclo bajista podría estar tocando fondo.

De la sobreoferta al frenazo de la caída

La tónica general del año ha sido claramente bajista. Según los analistas de Undercurrent News, el fuerte volumen de capturas en el Pacífico oriental ha hundido los precios del rabil en los principales caladeros y hubs comerciales a lo largo de 2025. El aumento de la proporción de aleta amarilla en las descargas, ya apuntado por informes técnicos a comienzos de año, ha intensificado esa presión, mientras que el listado (skipjack) se ha comportado de forma más firme al ser el “referente” de la conserva.

Esa combinación de abundancia relativa de rabil y competencia de un listado todavía atractivo para las conserveras ha dejado los precios del aleta amarilla claramente por debajo de los máximos de años anteriores, situando 2025 como un ejercicio incómodo para muchas flotas tropicales.

En octubre, el mercado dio una primera señal de cambio. Los analistas apuntaban que la tendencia bajista se había detenido y que, con el cierre de pesca en el Pacífico oriental acercándose y capturas más modestas en otras zonas, cabía esperar un giro al alza en las cotizaciones del rabil. Pero ese giro está siendo más lento y desigual de lo que el sector desearía.

Un cuarto trimestre de contraste: Europa fuerte, recuperación lenta

En noviembre, el foco se desplazó con fuerza hacia Ecuador, gran proveedor de túnidos para la conserva europea. De acuerdo con datos recopilados por Tridge, los precios mayoristas del atún de aleta amarilla con certificación MSC destinado a la UE se situaron en torno a 1.950–1.980 dólares por tonelada. Al mismo tiempo, en el mercado europeo el rabil mantuvo una “posición fuerte”: en el área de Seychelles los precios rondaban los 1.750 €/t y en España superaban ya la barrera de los 2.000 €/t, reflejando una demanda estable de materia prima de alta calidad para restauración y conserveras premium.

Sin embargo, esa foto relativamente positiva contrasta con la situación general del continente. Un informe reciente de Undercurrent News señala que los stocks de atún en Europa siguen siendo “relativamente altos” y que continúan entrando ofertas de bajo precio, lo que ralentiza cualquier recuperación firme de las cotizaciones del aleta amarilla pese a los primeros repuntes.

Es decir, el mercado europeo manda dos mensajes simultáneos:

  • Para los orígenes y productos bien posicionados, con certificaciones y valor añadido, existe margen para precios algo más altos.
  • Para el grueso del volumen estándar, el exceso de oferta y la competencia de otros orígenes siguen pesando, limitando el rebote.

Lo que dicen los datos europeos de primera venta

Los datos de primera venta en la UE confirman que 2025 ha sido, de momento, un año flojo para el rabil. Según el observatorio EUMOFA, el conjunto de “túnidos y especies afines” registró entre enero y agosto de 2025 un valor de primera venta de 243,5 millones de euros, un 4 % menos que en 2024, con 64.229 toneladas comercializadas, un 7 % menos. Dentro de ese grupo, el atún de aleta amarilla fue uno de los principales responsables de la caída: el valor del rabil descendió un 34 % y el volumen un 33 % respecto al año previo.

En el caso concreto de España, el precio medio de primera venta del aleta amarilla pasó de 2,73 €/kg en enero–agosto de 2024 a 2,57 €/kg en el mismo periodo de 2025, lo que supone una reducción del 6 %.Aunque son datos previos al cuarto trimestre, permiten enmarcar el contexto: el rebote que se empieza a vislumbrar en octubre–diciembre llega tras muchos meses de erosión.

Segmentación creciente: fresco premium frente a materia prima industrial

La evolución reciente muestra también una creciente brecha entre los mercados de fresco de alta gama y la materia prima destinada a conserva. Plataformas internacionales sitúan el precio mayorista global del atún de aleta amarilla fresco, en las últimas cuatro semanas, en una horquilla aproximada de 14,4 a 20,2 dólares/kg, reflejo del tirón de la restauración y del segmento sashimi en mercados como Japón, Europa o Norteamérica.Tridge

En cambio, en mercados de origen orientados al procesado industrial se observa una mayor volatilidad. En Maldivas, por ejemplo, los datos oficiales muestran que el precio local del rabil rondó los 67,8 rufiyaas/kg en el tercer trimestre de 2025, mientras que en octubre cayó hasta 59,4 rufiyaas/kg, un 12,4 % menos que el mes anterior y un 4,2 % menos que en el mismo mes de 2024.

Esta divergencia confirma que el producto con mejor diferenciación y acceso a canales de valor añadido resiste mejor la presión de la sobreoferta, mientras que el rabil “comoditizado” sigue atrapado en una batalla de precios.

El contexto de costes: combustible más barato, pero no decisivo

Como telón de fondo, el entorno de costes también ha cambiado. Los precios del gasóleo marino en los principales puertos de Francia, Italia, España y el Reino Unido se movieron en octubre entre 0,54 y 0,67 €/litro, con descensos medios del 6,6 % respecto al mismo mes de 2024.Esta rebaja en el combustible alivia parte de la presión sobre las flotas atuneras, pero no compensa por sí sola la caída de ingresos derivada de unos precios del rabil claramente más bajos que hace un año.

Al mismo tiempo, el listado —referencia para la conserva— ha vivido un 2025 de fuertes altibajos, con subidas pronunciadas en primavera por escasez de materia prima y, posteriormente, descensos en el tramo final del año, especialmente en Bangkok y Manta. Esa montaña rusa limita la capacidad de las conserveras para trasladar costes y reduce su margen a la hora de pagar más por el aleta amarilla, salvo en productos muy concretos.

¿Qué puede esperar el sector para 2026?

A la vista de lo ocurrido en el cuarto trimestre, el mensaje que lanza el mercado del atún de aleta amarilla es doble:

  • A corto plazo, los indicios de rebote son reales pero frágiles. La combinación de cierres de pesca en el Pacífico oriental, cierta normalización de capturas en otras zonas y un consumo de stocks en Europa podría apuntalar los precios en el arranque de 2026, pero el margen de subida parece limitado mientras sigan entrando ofertas de bajo precio y no se reduzca más la sobreoferta.
  • A medio plazo, todo apunta a un mercado más segmentado, donde el rabil certificado, trazable y orientado a productos de mayor valor (lonjas europeas, restauración, conservas “gourmet”) tendrá más capacidad para sostener precios por encima de la media, mientras que el producto estándar seguirá muy expuesto a la competencia de otros orígenes y a la evolución del listado.

Para las flotas y empresas españolas, la foto de este último trimestre de 2025 es la de un mercado exigente: precios del aleta amarilla todavía por debajo de los niveles de 2024 en primera venta, costes operativos algo más benignos y una exigencia creciente de calidad, certificaciones y estabilidad de suministro. En este tablero, la gestión comercial y la capacidad de diferenciar el producto serán tan decisivas como las propias cuotas de captura.

Noruega ofrece una “recompensa” millonaria para desvelar el misterio de la vitamina D en el salmón de cultivo

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Fishermen Røst


El fondo FHF destina hasta 1,27 millones de euros a proyectos que aclaren cómo influyen la luz y el manejo en las necesidades de vitamina D del salmón atlántico.


La llamada “vitamina del sol” vuelve a situar al salmón en el centro del debate científico. El fondo noruego para la investigación pesquera y acuícola FHF (Norwegian Seafood Research Fund) ha lanzado una convocatoria dotada con hasta 15 millones de coronas noruegas —unos 1,1 millones de libras— para financiar estudios que aclaren cuál es realmente la necesidad de vitamina D del salmón de cultivo en distintos sistemas productivos.

El objetivo es mucho más que académico: de las respuestas que arroje esta investigación pueden depender la formulación de los piensos, la salud de los peces y, en última instancia, el contenido nutricional de uno de los productos estrella del mercado mundial de pescado.


Por qué preocupa la vitamina D en el salmón

FHF recuerda en la convocatoria que la vitamina D es esencial para el desarrollo óseo, el sistema inmunitario y la salud general del salmón, del mismo modo que lo es para los seres humanos. Sin embargo, el conocimiento disponible sobre sus necesidades “es limitado y en parte inconsistente”.

La preocupación no es teórica. Datos recientes muestran que el salmón de cultivo en Noruega contiene menos vitamina D que hace unos años, un descenso que los expertos vinculan al cambio de dieta: menos ingredientes marinos clásicos (aceites y harinas de pescado) y más materias primas vegetales, con menor contenido natural de esta vitamina y de omega-3.

En paralelo, estudios comparativos han constatado grandes diferencias entre salmones salvajes y de cultivo: mientras la carne de ejemplares salvajes puede alcanzar valores de vitamina D3 por encima de 9–18 μg/100 g, en los salmones de piscifactoría los niveles suelen ser sensiblemente inferiores.

Para una industria que vende el salmón como fuente de omega-3 y vitamina D, la cuestión no es menor: ¿están recibiendo los peces la dosis adecuada para su bienestar? ¿Y qué significa “adecuada” en sistemas modernos donde el acceso al sol es muy distinto al del medio natural?


Sol, radiación UV y una vieja pregunta con nueva respuesta

En mamíferos está claro: la vitamina D se sintetiza en la piel gracias a la radiación ultravioleta del sol. De ahí el apodo de “vitamina del sol”.

En los peces, en cambio, se asumía tradicionalmente que dependían casi por completo de la vitamina D aportada en la dieta. Esa idea está cambiando. FHF cita estudios recientes que muestran que varias especies de peces —incluido el salmón— son capaces de producir vitamina D cuando se exponen a radiación UVB, en mucha mayor medida de lo que se pensaba.

Ensayos realizados en Noruega han demostrado que los salmones aumentan su contenido de vitamina D cuando se les expone a luz UVB controlada, aunque estos experimentos plantean a la vez preguntas sobre bienestar —intensidad de la luz, duración, efectos sobre la piel y los ojos— que no están del todo resueltas.

La combinación de piensos diferentes, sistemas cerrados en tierra (RAS), jaulas marinas con fotoperíodos artificiales y variaciones estacionales extremas de luz natural crea un rompecabezas biológico: la relación entre sol, vitamina D y salud del salmón ya no puede darse por supuesta.


Una convocatoria “XL” para responder a preguntas concretas

Para afrontar ese rompecabezas, FHF ha abierto una convocatoria internacional de proyectos con las siguientes claves:

  • Presupuesto: hasta 15 millones de coronas noruegas (aprox. 1,12 millones de libras) para uno o varios proyectos.
  • Objetivo central: determinar qué niveles de vitamina D garantizan una salud y un crecimiento óptimos del salmón bajo distintas condiciones de cultivo y de luz.
  • Alcance: sistemas tradicionales en mar abierto, jaulas cerradas, instalaciones en tierra y contextos con acceso limitado o nulo a luz natural.
  • Prioridad: proyectos con estrecha conexión con la industria, capaces de transferir resultados de forma continuada a productores, fabricantes de pienso y autoridades.
  • Plazo: fecha límite para presentar propuestas: 12 de marzo de 2026.
  • Contacto científico: Sven Martin Jørgensen, responsable de salud de peces en FHF.

FHF subraya que los trabajos deberán integrar fisiología, nutrición, manejo de la luz y bienestar animal, evitando respuestas simplistas. No se trata solo de “subir la vitamina D en el pienso”, sino de entender cómo interactúan dieta, radiación UV, metabolismo y diferentes fases del ciclo productivo.


Qué está en juego para la acuicultura y para el consumidor

La decisión noruega llega en un momento en el que la acuicultura del salmón vive bajo la lupa: bienestar animal, huella ambiental, uso de ingredientes alternativos en el pienso y valor nutricional final del producto son cuestiones cada vez más presentes en la agenda pública.

Si esta investigación aclara que el salmón de cultivo necesita más vitamina D de la que hoy recibe, las consecuencias podrían ser múltiples:

  • Reformulación de piensos, incorporando ingredientes marinos o suplementos específicos de vitamina D en dosis ajustadas.
  • Rediseño de regímenes de luz en sistemas cerrados y jaulas, para aprovechar la capacidad natural del pez de sintetizar vitamina D sin comprometer su bienestar.
  • Revisión de datos nutricionales en el etiquetado, algo especialmente relevante para los mercados europeos donde el salmón se promociona como fuente de esta vitamina.
  • Refuerzo del argumentario de salud pública, en un contexto en el que muchas poblaciones humanas —sobre todo en latitudes altas— presentan déficits de vitamina D y recurren al pescado graso como fuente dietética.

Para el sector, además, está en juego una cuestión de credibilidad: demostrar que la intensificación productiva y el uso de dietas más sostenibles no se hace a costa de la calidad nutricional ni del bienestar del pez.


Noruega, laboratorio abierto para la “vitamina del sol”

Con esta convocatoria, Noruega vuelve a situarse como uno de los grandes laboratorios vivos de la investigación acuícola, poniendo dinero sobre la mesa para responder a una pregunta aparentemente simple —¿cuánta vitamina D necesita un salmón de cultivo y de dónde debe obtenerla?— que, en realidad, condensa muchos de los dilemas actuales del sector.

Para productores, nutricionistas y autoridades de todo el mundo, los resultados que salgan de estos proyectos marcarán un precedente: cómo equilibrar piensos más sostenibles, sistemas cada vez más cerrados y un salmón que siga siendo, también para el consumidor, un auténtico “pescado del sol” en términos de vitamina D.

Francia apuesta por electrificarse rápido: RTE pide acelerar la descarbonización en lugar de frenar las renovables

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El gestor de la red eléctrica ve en la actual sobrecapacidad de electricidad baja en carbono una ventaja competitiva y propone usarla para descarbonizar usos, reindustrializar el país y desplegar 13 GW de eólica marina de aquí a 2035.


Francia vive hoy una situación que muchos países europeos envidiarían: tiene más electricidad baja en carbono disponible de la que consume. Lejos de ver en esa sobrecapacidad un problema, el gestor del sistema eléctrico, RTE, la presenta como una “ventana de oportunidad” para acelerar la descarbonización de la economía francesa y reforzar su industria, en lugar de pisar el freno al desarrollo de las energías renovables.

El mensaje se recoge en el Bilan prévisionnel 2025-2035, el informe de prospectiva que RTE presentó el 9 de diciembre y que actualiza las perspectivas del sistema eléctrico francés para la próxima década.

Abundancia de electricidad limpia y consumo estancado

Tras la crisis sanitaria y el choque energético de 2022-2023, Francia ha recuperado la producción de su parque nuclear y ha acelerado el despliegue de renovables. Solo en 2024-2025, el país alcanza un ritmo de unas 7 GW anuales de nuevas instalaciones solares y eólicas terrestres y marinas, lo que ha reforzado su capacidad de generación baja en carbono.

Al mismo tiempo, la demanda eléctrica se mantiene estable, por debajo de los niveles previos a la covid, gracias a la combinación de eficiencia energética, cambios de hábitos y el impacto de los altos precios de la energía durante la crisis. El resultado: una “abundancia de electricidad descarbonizada” que ha permitido a Francia batir en 2024 su récord de exportaciones netas de electricidad y situarse con una mezcla eléctrica ya descarbonizada en torno al 95 %.

RTE calcula que este episodio de sobrecapacidad puede prolongarse al menos dos o tres años. Pero en lugar de proponer un frenazo brusco en las inversiones, el operador señala otra vía: usar esa abundancia como palanca para electrificar rápidamente transportes, industria, edificios y nuevos usos como los centros de datos.

Dos caminos: descarbonización rápida o lenta

El informe plantea dos grandes trayectorias para el consumo de aquí a 2035:

  • Escenario de descarbonización rápida: la demanda eléctrica subiría hasta unos 510 TWh en 2030 y 580 TWh en 2035, apoyando los objetivos europeos del paquete Fit for 55 y la reindustrialización del país.
  • Escenario de descarbonización lenta: el consumo apenas aumentaría hasta unos 470 TWh en 2030 y 505 TWh en 2035, con menos sustitución de combustibles fósiles y menor impacto económico positivo.

RTE es claro: desde el punto de vista económico y climático, es mucho más eficaz activar cuanto antes el escenario de descarbonización rápida que limitar el desarrollo de las renovables para “ajustar” la oferta a una demanda casi plana.

El operador cuantifica incluso los beneficios: electrificar usos permitiría reducir a 2035 cerca de la mitad de las importaciones de hidrocarburos —unos 500 TWh menos—, de los que el 40 % se explicaría directamente por el cambio a electricidad. Eso significaría recortar una factura energética exterior que hoy ronda los 50-70 mil millones de euros al año y reforzar la soberanía energética del país.

Eólica marina, redes y “ajustes finos”

Para sostener ese escenario de descarbonización rápida, RTE da por hecho un mix basado en dos pilares: nuclear y renovables, con un papel creciente de la eólica marina a partir de la década de 2030. El gestor trabaja con la hipótesis de alrededor de 13 GW de eólica offshore instalados en 2035, apoyando tanto la producción eléctrica como el desarrollo de cadenas industriales asociadas. (Dato citado en la prensa francesa especializada).

El informe, sin embargo, introduce matices importantes:

  • No se trata de construir “a cualquier precio”, sino de priorizar las tecnologías y emplazamientos más competitivos desde el punto de vista del coste del sistema: prolongación de la vida útil de los reactores existentes, eólica terrestre y eólica marina fija en zonas con buen recurso de viento y condiciones de suelo favorables, y en menor medida gran fotovoltaica en suelo.
  • RTE sugiere modular la puesta en servicio de los futuros parques de eólica marina, concentrando esfuerzos en los proyectos y áreas más ventajosas y favoreciendo efectos de serie industriales para maximizar el contenido “hecho en Francia”.
  • Ajustar temporalmente el despliegue de determinadas tecnologías —por ejemplo, el “pequeño solar” distribuido o la eólica flotante— es un “margen de maniobra” posible, pero menos eficiente económicamente que acelerar la electrificación. Además, insiste en no usar ese freno de forma excesiva para no debilitar unas filières bajas en carbono que serán imprescindibles a medio plazo.

La otra pieza clave son las redes: RTE recuerda que el éxito de la estrategia depende de reforzar rápidamente el transporte y la distribución para conectar nuevos consumos y producciones. El operador ya ha habilitado “sitios fast track” para grandes consumidores (industria, hidrógeno, centros de datos) y, a partir de 2026, podrá priorizar los proyectos más maduros y dinámicos en el acceso a la red.

De la teoría a los proyectos concretos

Por primera vez, el Bilan prévisionnel detalla el volumen de proyectos de descarbonización e inversión industrial que deberían materializarse para colocar a Francia en la senda rápida:

  • Aproximadamente 2,9 GW de proyectos vinculados a hidrógeno.
  • Unos 3,4 GW asociados a la nueva demanda industrial.
  • En torno a 4,3 GW ligados al crecimiento de los centros de datos.

Si alrededor del 60 % de estos proyectos se concreta de aquí a 2030, la demanda eléctrica industrial podría incrementarse hasta unos 113 TWh anuales, a lo que se sumaría el aumento de consumo en hidrógeno y datacenters.

RTE insiste en que no hay riesgo de “conflicto de usos” entre estos nuevos consumos electrointensivos (hidrógeno para aviación y transporte marítimo, e-combustibles, datacenters) y la descarbonización prioritaria de transporte, edificios e industria: la capacidad de generación y la resiliencia del sistema son suficientes, siempre que se sigan reforzando las redes.

Una sobrecapacidad que ya ha sido una oportunidad antes

El operador recuerda que no es la primera vez que Francia vive un episodio de sobreproducción eléctrica. Entre finales de los años 80 y comienzos de los 2000, el país ya experimentó largos periodos de excedente, que se tradujeron en:

  • expansión de los usos eléctricos (tarifas valle, calefacción, etc.);
  • mayor flexibilidad de operación del parque nuclear;
  • aumento de las exportaciones;
  • cierre ordenado de centrales térmicas de fuel y carbón muy emisoras de CO₂.

RTE propone repetir la jugada, pero esta vez con un objetivo explícito: aprovechar precios mayoristas relativamente bajos respecto a los países vecinos para atraer nueva industria, electrificar procesos y reducir drásticamente el uso de combustibles fósiles, en lugar de desperdiciar el “colchón” de capacidad deteniendo el despliegue renovable.

El mensaje central de la propuesta francesa es nítido: mientras otros países temen quedarse cortos de electricidad limpia, Francia se encuentra en una posición “estratégicamente muy ventajosa” para acelerar su transición climática y su reindustrialización apoyándose en un mix nuclear-renovables ya muy descarbonizado.

Para RTE, la prioridad a 2035 no es recortar la ambición renovable, sino poner en marcha cuanto antes un movimiento decidido de electrificación de usos, acompañado de inversiones en red y de una planificación fina de la eólica marina y el resto de tecnologías. Solo si esa electrificación no se materializa al ritmo esperado tendría sentido, según el gestor, ajustar temporalmente el despliegue de ciertas filières, siempre con cuidado de no comprometer la capacidad futura de Francia para producir la electricidad descarbonizada que necesitará el resto del siglo.

CITES tumba la propuesta de la UE para proteger todas las anguilas

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El comité del convenio internacional rechaza por amplia mayoría incluir todas las especies del género Anguilla en el Apéndice II, pese a las alertas científicas sobre su declive global.


El intento de la Unión Europea de reforzar la protección internacional de todas las especies de anguila ha sufrido un duro revés en la 20.ª Conferencia de las Partes (CoP20) de CITES, celebrada en Samarcanda (Uzbekistán). El Comité I del convenio votó mayoritariamente en contra de la propuesta comunitaria para incorporar todo el género Anguilla al Apéndice II, la lista que obliga a controlar estrictamente el comercio internacional de especies vulnerables.

La iniciativa, presentada por la UE junto con Honduras, perseguía extender a todas las anguilas el mismo estatus que ya tiene desde 2007 la anguila europea (Anguilla anguilla), actualmente incluida en el Apéndice II por su grave estado de conservación. El objetivo era frenar el declive de otras especies muy explotadas, como la anguila japonesa (A. japonica) y la americana (A. rostrata), sometidas a una fuerte demanda comercial en Asia y otros mercados.

Sin embargo, el resultado de la votación fue contundente: 35 países a favor, 100 en contra y 8 abstenciones, según los recuentos hechos públicos tras el escrutinio secreto. La propuesta quedó así enterrada en comité y solo un giro improbable en la plenaria final podría resucitarla.

Japón y Asia lideran el bloque del “no”

Entre los opositores más firmes se situó Japón, uno de los grandes consumidores mundiales de anguila. El gobierno nipón argumentó que las evaluaciones científicas de la FAO y de la propia secretaría de CITES no consideran que la anguila japonesa ni la americana cumplan aún los criterios formales de inclusión por declive poblacional y que, por tanto, la propuesta “no estaba apoyada por la ciencia”.

Tokio advirtió además de que la imposición de controles CITES sobre todas las especies podría disparar los precios internos y alterar un mercado en el que alrededor del 70 % de las anguilas consumidas en Japón son importadas, principalmente desde China, Taiwán y Corea del Sur. Países como China y Corea del Sur —con importantes industrias de acuicultura y engorde de anguila— se alinearon con Japón, preocupados por el impacto económico de nuevas trabas administrativas y comerciales.

El resultado refleja un choque frontal entre los intereses de conservación y los de países con cadenas de valor fuertemente dependientes de la anguila, tanto salvaje como cultivada.

Una familia en declive, pero sin acuerdo sobre la respuesta

El voto negativo no significa que la situación de las anguilas sea buena. Muy al contrario: la literatura científica subraya desde hace años el fuerte declive de muchas especies migratorias de Anguilla a escala global, por la combinación de sobrepesca, destrucción de hábitats fluviales, contaminación, presas, cambio climático y comercio ilegal.

La anguila europea está catalogada como “En Peligro Crítico” en la Lista Roja de la UICN, mientras que la japonesa y la americana figuran como “En Peligro”. Otras especies del Pacífico y del Índico se consideran “Vulnerables”.

Precisamente por ello, varios expertos europeos defendían que la propuesta de la UE se quedaba incluso corta. Investigadores como Miguel Clavero, de la Estación Biológica de Doñana (CSIC), han defendido que las especies más amenazadas deberían pasar directamente al Apéndice I —lo que implicaría un veto casi total al comercio internacional— mientras que el resto del género Anguilla se incluiría en el Apéndice II para evitar que la presión pesquera se “desplace” de unas especies a otras.

El argumento de la UE: sin control, el comercio empuja al colapso

La propuesta comunitaria buscaba precisamente anticiparse a ese efecto de sustitución: si solo la anguila europea está regulada, el mercado tiende a compensar la escasez tirando de otras especies —como la japonesa, la americana o la neozelandesa—, sometiéndolas al mismo patrón de sobreexplotación.

La inclusión en el Apéndice II no habría supuesto una prohibición absoluta, sino la obligación de emitir dictámenes de extracción no perjudicial (los llamados Non-Detriment Findings), certificados por la autoridad científica de cada país exportador, antes de autorizar cualquier envío internacional.

Para Bruselas y los estados miembros que apoyaron la propuesta, se trataba de introducir un nivel mínimo y homogéneo de control sobre un comercio globalizado y difícil de rastrear, muy expuesto a fraudes de etiquetado y al tráfico ilegal de alevines.

Temores comerciales y división Norte-Sur

Los debates en Samarcanda han puesto de relieve, una vez más, las tensiones clásicas en CITES entre países de consumo y de producción, así como entre bloques desarrollados y emergentes.

Los defensores del “no” insistieron en que añadir a todas las anguilas a los anexos de CITES habría introducido costes burocráticos y riesgos de bloqueo comercial que, a su juicio, no se corresponden con el grado de amenaza de todas las poblaciones. También reprocharon a la UE no haber calibrado suficientemente las consecuencias para las pesquerías artesanales y las granjas de engorde en Asia.

Desde el lado europeo, ONG ambientalistas y parte del sector científico lamentan que CITES siga siendo demasiado sensible a las presiones industriales y comerciales. Recuerdan que el propio colapso de la anguila europea se produjo tras décadas de advertencias ignoradas y que el comercio internacional de alevines hacia Asia sigue siendo uno de los factores de riesgo más graves.

¿Y ahora qué?

El rechazo del Comité I no cierra del todo la puerta: la decisión deberá ser confirmada en la sesión plenaria de la CoP20. No obstante, las posibilidades de un giro de guion se consideran muy reducidas, habida cuenta de la amplia mayoría alcanzada en la votación inicial.

De confirmarse el “no”, el mapa regulatorio mundial de las anguilas seguirá prácticamente igual:

  • Solo la anguila europea continuará listada en el Apéndice II de CITES.
  • El resto de especies quedará bajo los marcos de gestión nacionales y regionales, con recomendaciones científicas de la FAO y organismos regionales de pesca, pero sin un paraguas global vinculante para el comercio.
  • Los esfuerzos de conservación dependerán, en gran medida, de políticas internas, acuerdos bilaterales y de la capacidad de los países de origen y destino para controlar el tráfico y aplicar vedas o cierres temporales.

Un mensaje ambiguo para la conservación

El desenlace de Samarcanda lanza un mensaje ambiguo sobre la capacidad del sistema internacional para actuar con anticipación frente al deterioro de especies de alto valor comercial.

Para la UE y los científicos que defendían un mayor nivel de protección, CITES ha perdido una oportunidad de oro para alinear el comercio de anguila con los objetivos de conservación, evitando repetir el “caso europeo” en otros continentes.

Para Japón, China, Corea del Sur y otros países que votaron en contra, la decisión permite ganar tiempo, preservar la estabilidad de un mercado multimillonario y seguir confiando en sus propios sistemas de gestión y en evaluaciones científicas que, por ahora, consideran que un cierre o una restricción severa del comercio sería desproporcionada.

Mientras tanto, el futuro de las anguilas —esos peces migratorios capaces de cruzar océanos enteros entre el mar y los ríos— sigue pendiendo de un equilibrio frágil entre intereses económicos a corto plazo y la necesidad de asegurar la supervivencia de unas poblaciones que, en muchos casos, ya muestran signos claros de agotamiento.

Las OPP del Cantábrico llevan a Bruselas las preocupaciones de la flota ante el nuevo comisario Kadis

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La Asociación traslada al titular europeo de Pesca sus demandas sobre relevo generacional, renovación de buques, cuotas y simplificación normativa

La Asociación de Organizaciones de Productores Pesqueros del Cantábrico (OPPs Cantábrico) ha realizado esta semana una intensa agenda en Bruselas para defender los intereses de la flota del norte de España ante las instituciones europeas, en un momento clave para el futuro de varias pesquerías estratégicas. Entre las preocupaciones del sector de cerco está la futura cuota de caballa y verdel, en el que se propone la reducción de un 70 por ciento del TAC.

La delegación se desplazó primero al Parlamento Europeo, donde el 3 de diciembre asistió a la reunión de la Comisión de Pesca y mantuvo distintos encuentros con eurodiputados españoles. Al día siguiente, 4 de diciembre, el foco se trasladó a la Comisión Europea, con una entrevista oficial con el nuevo comisario de Pesca y Océanos, Costas Kadis, en la que se abordaron los grandes retos del sector a corto y medio plazo.

Reunión con Kadis: relevo generacional, renovación de flota y estabilidad en las cuotas

En la reunión con el comisario, el presidente y el gerente de OPPs Cantábrico estuvieron acompañados por representantes de sus organizaciones miembro: ACERGA, OPROMAR, OPEGUI, OPESCAYA y OPACAN. Sobre la mesa, una batería de asuntos que el sector considera prioritarios para asegurar su continuidad:

  • Relevo generacional en una actividad que tiene dificultades crecientes para atraer a jóvenes.
  • Renovación de la flota, con barcos que necesitan adaptarse a nuevas exigencias ambientales y de seguridad, pero que se encuentran con fuertes trabas administrativas y de financiación.
  • Fondos pesqueros europeos, cuya orientación y gestión serán determinantes para apoyar inversiones, modernización y sostenibilidad.
  • Planes de gestión basados en conocimiento científico, que integren no solo los datos biológicos, sino también los impactos socioeconómicos sobre las comunidades costeras.

La delegación trasladó a Kadis su preocupación por la situación actual de la caballa, especie clave para la flota del Cantábrico, y reclamó que cualquier decisión futura sobre posibilidades de pesca tenga en cuenta tanto la evolución de las poblaciones como el impacto sobre el empleo y la viabilidad económica de las empresas.

Otro de los mensajes centrales fue la necesidad de avanzar en la simplificación y “desburocratización” de las medidas técnicas y de control. Según expusieron, la acumulación de normas, registros y exigencias formales está generando una carga administrativa que recae directamente sobre armadores y tripulaciones, dificultando el trabajo diario a bordo y en tierra sin aportar siempre mejoras reales en la sostenibilidad.

Contacto directo con los eurodiputados españoles

Aprovechando la misión a Bruselas, la delegación de OPPs Cantábrico mantuvo también reuniones bilaterales con los eurodiputados Nicolás González Casares, Carmen Crespo García, Francisco Millán Mon e Idoia Mendia.

En estos encuentros, la Asociación pudo profundizar en sus inquietudes y prioridades para los próximos años: la defensa de las cuotas claves para el Cantábrico, la necesidad de que el Parlamento Europeo escuche a las flotas artesanales y de bajura, y la importancia de que cualquier nueva norma comunitaria se construya en diálogo con el sector y no de espaldas a él.

La presencia de OPPs Cantábrico en la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo les permitió, además, seguir de primera mano los debates sobre gestión de recursos, objetivos ambientales y el papel de la pesca en la seguridad alimentaria europea.

Primera AOP de España y referente de pesca sostenible

Constituida en febrero de 2011, la Asociación de Organizaciones de Productores de Pesca del Cantábrico – OPPs Cantábrico fue la primera Asociación de Organizaciones de Productores (AOP) reconocida en España. Su objetivo fundacional es claro: garantizar el ejercicio racional de la pesca mediante la explotación sostenible de los recursos acuáticos vivos, integrando de forma equilibrada los aspectos medioambientales, económicos y sociales, y mejorando al mismo tiempo las condiciones de venta de su producción.

La Asociación agrupa a seis organizaciones de productores y una cooperativa:

  • OPEGUI, Organización de Productores de Pesca de Bajura de Gipuzkoa
  • OPESCAYA, Organización de Productores de Pesca de Bajura de Bizkaia
  • OPROMAR, Organización de Productores de Pesca del Puerto y Ría de Marín
  • OPACAN, Organización de Productores Artesanales de Cantabria
  • ACERGA, Asociación de Armadores de Cerco de Galicia
  • Cooperativa de Ribeira – Sta. Eugenia, Asociación de Productores Pesqueros

En conjunto, OPPs Cantábrico agrupa 339 barcos en activo, repartidos en 48 puertos pesqueros del norte de España. Estas embarcaciones operan en nueve modalidades de pesca, siendo las principales el cerco y los artes menores, y capturan una amplia variedad de especies: anchoa, sardina, caballa, jurel, atún blanco, atún rojo, tintorera, bacalao, merluza, rape o pez espada, entre otras.

La Asociación destaca también por su apuesta por la certificación ambiental. Varias de sus pesquerías de referencia —sardina, anchoa y atún blanco— cuentan con el sello MSC, que avala prácticas de pesca sostenibles y una gestión responsable de los recursos.

Un motor económico y social para las costas del norte

Más allá de los datos técnicos, OPPs Cantábrico puso en valor en Bruselas el peso socioeconómico de su flota:
sus asociados desarrollan una actividad pesquera artesanal, con la sostenibilidad como guía, y alcanzan una producción anual de 107.000 toneladas, valorada en 248 millones de euros, generando más de 5.000 puestos de trabajo directos e indirectos en las comunidades costeras.

Ese arraigo territorial y ese modelo de pesca de proximidad son, a juicio de la Asociación, argumentos fundamentales que la Comisión Europea y el Parlamento deben tener en cuenta cuando se diseñan nuevas normas, se negocian las cuotas o se fijan los criterios para repartir los fondos pesqueros.

“Coordinar para ser escuchados”

El espíritu de OPPs Cantábrico es precisamente coordinar actuaciones comunes de las organizaciones miembro, para consensuar posiciones y defender objetivos compartidos en materia de gestión, comercialización y sostenibilidad.

La misión a Bruselas ha servido para reforzar esa voz conjunta en el corazón de las instituciones europeas, en un momento en el que se multiplican los debates sobre áreas marinas protegidas, reducción de esfuerzo, transición energética y nuevas exigencias ambientales.

La Asociación considera que solo desde la unidad y el diálogo permanente con la Comisión y el Parlamento será posible encontrar soluciones que compatibilicen la protección del medio marino con la viabilidad de las empresas, la estabilidad del empleo y la continuidad de la cultura pesquera en el Cantábrico.

Con este viaje, OPPs Cantábrico envía un mensaje claro: la flota del norte está dispuesta a seguir avanzando en sostenibilidad y buenas prácticas, pero reclama seguridad jurídica, reglas proporcionadas y decisiones basadas en la mejor ciencia disponible, sin olvidar nunca el impacto sobre los pescadores y las comunidades que viven del mar.

España e Irlanda estrechan su colaboración para evitar el recorte de la caballa en el Consejo de Ministros de la UE

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El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, se ha reunido con el ministro de Estado para Pesca de Irlanda, Timmy Dooley, para reforzar la cooperación bilateral en asuntos pesqueros y avanzar hacia posiciones comunes ante el próximo Consejo de Ministros de la Unión Europea (UE) que se celebrará la próxima semana en Bruselas.

Planas ha destacado la oportunidad del encuentro en un momento clave para las negociaciones europeas, en particular las relativas al Marco Financiero Plurianual (MFP) y a la revisión de la Política Pesquera Común (PPC). Planas ha compartido con Dooley el «Informe de simplificación de la PPC» elaborado por España, que ya ha recibido el apoyo de Bélgica, Francia, Italia, Países Bajos y Portugal.

Ambos ministros han compartido posición respecto a las negociaciones con los Estados costeros. En esta línea, han confiado en que la Comisión Europea se mantenga firme para evitar que se fijen cuotas unilaterales que afecten a la UE y a la recuperación de algunas poblaciones de peces como la caballa y bacaladilla.

Planas ha agradecido el apoyo de Irlanda al recurso presentado por España ante el Tribunal de Justicia de la UE, así como su compromiso de garantizar que las decisiones comunitarias sobre el sector pesquero deben tener en cuenta los impactos socioeconómicos y los estudios de la mejor ciencia disponible.

Ha puesto de relieve la necesidad de progresar en las posibilidades de pesca en el Mediterráneo para 2026, atendiendo a criterios de sostenibilidad ambiental, social y económica, ya que “estos aspectos son esenciales para garantizar el equilibrio entre la conservación de los recursos marinos y la viabilidad del sector”.

Planas ha trasladado al Gobierno irlandés el pleno apoyo de España ante su próxima Presidencia del Consejo de la UE en el segundo semestre de 2026.

“Redes de España”: cuando las redes viejas se convierten en motor de economía azul circular

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Cepesca impulsa, junto a las cofradías y el CTAG, un proyecto que recuperará al menos 100 toneladas de artes en desuso para darles una segunda vida en la automoción y otras industrias

El sector pesquero español quiere demostrar, con hechos, que también es parte de la solución ambiental. Y lo está haciendo no solo en el mar, con medidas de gestión cada vez más exigentes, sino también en tierra firme, donde ha comenzado a transformar un residuo problemático —las redes y artes al final de su vida útil— en una oportunidad industrial y social. Esa es la esencia de “Redes de España”, una iniciativa que la propia Unión Europea presenta como ejemplo replicable de economía azul circular. Committee

El proyecto, coordinado por la Confederación Española de Pesca (Cepesca) junto con la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores (FNCP) y el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG), persigue un objetivo muy concreto: recuperar al menos 100 toneladas de redes y artes desechadas de aquí a 2026 y transformarlas en materia prima para nuevos productos, entre ellos componentes para el sector de la automoción. La iniciativa cuenta además con la colaboración de la Plataforma Tecnológica Española de la Pesca y la Acuicultura (PTEPA) y de la asociación Amicos, dedicada a la atención e inclusión de personas con discapacidad intelectual, autismo, parálisis o daño cerebral y sus familias.


De obligación ambiental a oportunidad económica y social

En un contexto de creciente presión sobre los océanos por la contaminación marina y los plásticos, el tratamiento de las redes en desuso es a la vez un reto y una obligación. Hasta hace poco, gran parte de estos materiales acababan almacenados sin destino claro o terminaban en vertedero, desaprovechando un recurso con alto potencial de reciclaje.

“Redes de España” plantea un cambio de paradigma: convertir esa obligación de gestión de residuos en una cadena de valor circular, donde el sector pesquero se sitúa en el origen del proceso, pero no es el único beneficiado. Industrias tan alejadas en apariencia como la automoción encuentran en las redes recicladas un insumo de calidad para fabricar nuevas piezas con menor huella ambiental.


Innovación regulatoria: trazabilidad neta por neta

Uno de los elementos más novedosos del proyecto es su dimensión regulatoria y de trazabilidad. Con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, a través del programa Pleamar, y la cofinanciación de la Unión Europea mediante el Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura (FEMPA), se ha diseñado una regulación técnica específica que permite seguir el rastro de cada red recuperada: desde el momento en que se deposita en el puerto hasta su entrada como materia prima en una planta industrial. European Economic and Social Committee

Este sistema pretende convertirse en modelo replicable para otros Estados miembros, en línea con la Directiva sobre plásticos de un solo uso y con los principios de responsabilidad ampliada del productor. Es decir, se busca que los fabricantes de materiales plásticos y los agentes de la cadena asuman también su parte en la gestión del residuo, de forma ordenada y certificable.


Menos carga para los pescadores, más eficacia en el reciclaje

Otra de las claves del éxito de “Redes de España” está en su diseño práctico. El proyecto no exige a las tripulaciones complejas tareas de separación de materiales ni operaciones adicionales que resten tiempo a su trabajo en el muelle. Según la propia descripción del programa, la única condición para el pescador es plegar y etiquetar la red, sin necesidad de desmontar sus componentes, y sin ningún coste extra para el armador o la cofradía.

Esta simplicidad operativa es uno de los factores que lo diferencian de otros programas de reciclaje y que explica su potencial de expansión. Si el modelo funciona en España con un esfuerzo asumible para el sector, será más fácil que otros países lo adopten, contribuyendo a construir un estándar europeo para la gestión circular de artes de pesca.


Puertos piloto y formación en primera línea

El despliegue de “Redes de España” se apoya en una red de puertos clave donde ya se han realizado actividades formativas y de sensibilización: Sanlúcar de Barrameda, Isla Cristina, Burela, Celeiro y Almería. En cada uno de estos enclaves, el proyecto ha contado con la implicación directa de cofradías, organizaciones de productores y otros agentes sociales del territorio.

La iniciativa va más allá de la formación técnica sobre cómo gestionar las redes: incorpora una perspectiva de género y un trabajo específico con colectivos en riesgo de exclusión, fomentando su participación en las nuevas cadenas de valor creadas alrededor del residuo marino. Ahí cobra protagonismo la asociación Amicos, que integra a personas con discapacidad en procesos ligados a la recogida, clasificación o apoyo logístico, reforzando así la dimensión social del proyecto. European Economic and Social Committee


Economía azul circular “made in Spain”, exportable a toda la UE

“Redes de España” encarna la idea de economía azul circular que la Comisión Europea y el propio Comité Económico y Social Europeo vienen defendiendo: aprovechar los recursos marinos de forma sostenible, reducir al mínimo los residuos y generar nuevas oportunidades industriales y de empleo de calidad alrededor de esa transición ecológica. European Economic and Social Committee

Desde la perspectiva comunitaria, la iniciativa demuestra que:

  • El sector pesquero puede liderar proyectos de innovación ambiental, y no solo adaptarse a exigencias externas.
  • Es posible articular alianzas sólidas entre pesca, centros tecnológicos, ONG sociales y administraciones.
  • La trazabilidad y la responsabilidad ampliada del productor pueden pasar del papel a la práctica, con sistemas verificables y exportables a otros países.

Un mensaje al debate europeo sobre plásticos y residuos marinos

Firmado por Javier Garat Pérez, secretario general de Cepesca, el artículo que describe “Redes de España” en el portal del Comité Económico y Social Europeo subraya que la pesca no es únicamente una actividad a la que se le exigen esfuerzos ambientales, sino también un actor proactivo en la construcción de soluciones: desde la gestión de las redes en desuso hasta la reducción de basuras marinas y la contribución a la economía circular europea.

En un momento en el que la UE debate nuevas obligaciones en materia de plásticos, residuos y descarbonización, el proyecto lanza un mensaje nítido: cuando se combinan innovación tecnológica, visión regulatoria y compromiso social, la economía azul puede ser verdaderamente transformadora. Y España, con su flota, sus puertos y su tejido industrial, aspira a situarse en la vanguardia de ese cambio.