Más de 3.000 personas se unieron para proteger el banco marisqueo de Noia, convocados por su Cofradía, la de Portosín y Mexilloeiros Olvimar en protesta contra la autorización otorgada por la Xunta para verter 889.885 metros cúbicos de aguas residuales en la ría de Muros y Noia, que es, consideran, «el mayor banco marisquero del mundo».
Además de representantes del sector pesquero y grupos ecologistas como Greenpeace, la manifestación contó con la presencia de líderes políticos, como Ana Pontón, líder del BNG; Valentín González Formoso, secretario xeral del PSdeG, y Martiño Noriega, entre otros representantes de Anova.
Las Cofradías de Pescadores de Noia y de Portosín han liderado una concentración con la esperanza de que se revoque la autorización de la Xunta de Galicia para verter casi 900.000 metros cúbicos de agua de la antigua mina de volframio y estaño de San Finx en la ría de Muros e Noia. Francisco Pérez, presidente de la Agrupación do Marisqueo a Pé de la Cofradía de Noia, declaró que la manifestación fue «todo un éxito» no sólo por el número de asistentes, sino también por la participación de «gente de otros sectores como la hostelería y el comercio en la comarca».
Pérez ha destacado que las cofradías «no se rendirán» en su reivindicación al Gobierno autonómico y que ya han tomado medidas por la vía administrativa y penal contra la decisión de la Xunta. Además, señaló que Aguas de Galicia no está respondiendo a las demandas del sector pesquero de la ría y «sigue ateniéndose al proceso administrativo» en base a requisitos que, según él, «no cumplen las medidas de seguridad necesarias».
Vertido de aguas residuales procedentes de la antigua mina de San Finx
Durante la manifestación convocada por la Cofradía de pescadores de Noia, Portosín y Mexilloeiros Olvimar para protestar contra la autorización de la Xunta para el vertido de aguas residuales procedentes de la antigua mina de San Finx en la ría de Muros y Noia, se han dado varias intervenciones, como las del patrón mayor de Noia, Santiago Cruz, y de Liliana, una bióloga marina.
Liliana ha alertado sobre los altos valores de diferentes metales pesados, como cadmio, cobre y mercurio, detectados en la prueba piloto de tratamiento de las aguas de la explotación minera, considerando que ha sido un «absoluto fracaso». La bióloga ha asegurado que la presencia de estos metales en el agua de la ría de Muros e Noia, que es el mayor banco marisquero del mundo y del que se extrae el 70% de los bivalvos gallegos, no provocará la desaparición de estas especies, pero las hará «no aptas para el consumo humano», ya que los bivalvos filtran todo el agua que les rodea para alimentarse.
«Bomba ecológica que tendrá consecuencias catastróficas»
En cuanto a la reacción de los políticos ante la manifestación, la portavoz del BNG, Ana Pontón, ha instado al presidente Alfonso Rueda a modificar la autorización del vertido al que se refiere como «una bomba ecológica que tendrá consecuencias catastróficas para toda una comarca».
Además, Pontón ha criticado al Partido Popular por ponerse en contra de los 5.000 trabajos directos en la marisqueo y la pesca de bajura que están vinculados con las cofradías locales, para apoyar los intereses de una compañía australiana que opera desde paraísos fiscales. Según ella, la compañía solo busca aprovecharse de los recursos naturales de Galicia.
La portavoz del BNG ha asegurado que su partido siempre ha defendido los intereses de Galicia y su gente, en contraposición al Partido Popular que, según ella, siempre ha trabajado en favor de aquellos que buscan sacar provecho de la región.
Da empleo a 35.000 personas
A su vez, el secretario xeral del PSdeG, Valentín González Formoso, se ha unido a la manifestación en contra del vertido de las aguas residuales de la mina en la ría de Muros e Noia. El socialista considera que la Xunta debería detener este plan y evitar el riesgo ambiental que puede causar en la comarca de Noia, que es el «mayor banco marisquero del mundo».
Formoso también ha destacado la importancia de la extracción marítima en Galicia, que proporciona empleo a más de 35.000 personas de forma directa. Además, ha exigido al gobierno gallego que tenga en cuenta la «contestación social» de la manifestación y no apueste por una mina que, en su opinión, representa un riesgo ambiental innecesario para el país.