Los astilleros aprecian una tímido avance en la contratación de barcos, pese a la incertidumbre del momento. Esto se puede ver en el astillero de reparaciones de Navantia tiene en Cádiz con el cartel de completo, a lo que se le une la presencia de otros grupos en el resto de las factorías de la Bahía gaditana. Y más cuando aún vivimos en la incertidumbre en cuando a la situación económica y más el sector de los cruceros turísticos, sin actividad durante meses en más de medio mundo, lo que no ha impedido a las navieras mantener los planes de mejora o reparación de sus grandes buques.
Los astilleros gallegos de Armón, Freire y Nodosa también dan aire al sector con nuevas construcciones de barcos, pesqueros y oceanográficos. El naval gallego ve algo de luz con un tímido avance en la carga de trabajo. Cuatro contratos nuevos en el primer semestre del año lograron Armón y Freire, en Vigo, y Nodosa en Marín, los tres astilleros que están tirando del sector en estos momentos. “Hay un nivel de actividad aceptable, pero es necesario que los grandes constructores relancen su actividad para no perder masa crítica”, indica Enrique Mallón, secretario general de Asime, en referencia al parón de Vulcano y de Barreras y también de Metalships, los tres sin ningún barco en construcción.
La cartera de pedidos a cierre de junio de los astilleros privados gallegos -concentrados en el eje Vigo-Marín- está formado por 15 contratos, según los datos de la Secretaría General de Industria y Pyme, si bien en la práctica serían 13 ya que el informe contabiliza dos de Barreras que no están dando trabajo en Vigo: el crucero ‘Evrima’ y otro buque gemelo que no se va a hacer. Galicia contabiliza en los seis primeros meses del año algo más de 135.200 CGT , un indicador que computa toda la actividad desde botaduras, puestas de quilla hasta entregas de barcos. El nivel es bajo, el peor de los últimos años, si bien supone el 40% del total nacional, mientras que País Vasco y Asturias se reparten el 60% restante.