La acuiculura asiste a una subida sin precedentes de los costes de producción que le hace dudar de sus viabilidad. Así, la post-pandemia y el cambio climático, entre los desencadenantes de la tormenta perfecta que amenaza a un sector de más de 500 millones de euros. Todos los elementos necesarios para producir especies acuáticas se han encarecido con respecto al año pasado, algunos con incrementos nunca vistos hasta la fecha. Los productos acuícolas no se benefician del IVA superreducido que sí se aplica a otros elementos de la cesta de la compra.
Así, el sector de la acuicultura en España no es ajeno a la tendencia alcista que están registrando las materias primas a lo largo del año 2021 y que está teniendo un impacto directo en la economía de todo el planeta. Una subida que se nota en todos los elementos que son necesarios para poder llevar a cabo esta actividad, con aumentos generalizados en las variables de la gran ecuación que implica hacer llegar pescados, mariscos y algas de crianza al punto de venta. En declaraciones de Javier Ojeda, gerente de Acuicultura de España, “el escenario en el que nos encontramos ahora es algo inédito para un sector como el nuestro. No existe referencia de una evolución alcista tan pronunciada y prolongada en el tiempo como esta”. El epílogo de la pandemia sanitaria desatada por el Covid19 y los fenómenos climáticos extremos han tenido un efecto directo en la disponibilidad de los bienes consumibles de este sector.
Todos los países han visto su capacidad productiva mermada por la necesidad de implementar medidas de contención para el coronavirus y para atender a los afectados, pero a continuación ha tenido lugar un rebote de las economías que ha tensado las cadenas de suministro. En la cadena de valor que une a los proveedores de materias primas con las empresas productoras de pescados y mariscos se han encarecido los insumos para disponer de lo necesario para llevar a cabo la actividad además del incremento de los fletes de transporte. A esta circunstancia, hay que añadir los efectos en la capacidad productiva de las materias primas provocados por accidentes climáticos relacionados con el cambio climático, como las lluvias torrenciales en España o la ola de calor extremo que ha asolado Canadá y el oeste de Estados Unidos, en verano de 2021.
Una subida que se prologongará
Criar especies acuáticas marinas y fluviales con los parámetros de excelencia en los que se enmarca el sector acuícola español implica el consumo de los elementos necesarios para el desarrollo y comercialización de los peces, mariscos y algas. Los bienes consumibles imprescindibles para que los ciudadanos sigan teniendo a su disposición en el punto de venta habitual estos alimentos, han experimentado subidas en el marco del alza generalizada de los costes de producción.
Además de la evolución alcista del año 2021, las distorsiones en las capacidades productivas y en el transporte, que antes se encontraban a pleno rendimiento, auguran que el crecimiento de los costes seguirá en el año 2022. Así lo constatan entidades como el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Un alza que llega a un sector productivo con los márgenes muy ajustados tras la pandemia y los aumentos del presente año. De media, supone un gasto extra de 45-50 cts/kg repercutido en los costes de producción.
Para producir sus pescados y mariscos, las empresas del sector acuícola español necesitan:
- Energía eléctrica:
- Que ha sufrido una subida en 2021: +33%.
- Gasóleo:
- Subida experimentada 2021: +13,1%.
- Subida estimada 2022: +5%.
- Piensos elaborados a base de cereales, harinas de pescado, aceites vegetales, leguminosas, aceites de pescado (más de la mitad del coste total de producción):
- Subida media experimentada 2021: de +7 a +20%.
- Subida media estimada 2022: de +7 a +15%.
- Productos veterinarios:
- Subida experimentada 2021: de +4% a 15%
- Subida estimada 2022: de +5% a 15%.
- Material de envasado y transporte (pallets, envases, etiquetas, marchamos):
- Subida experimentada 2021: de +3% a +6%.
- Subida estimada 2022: de +5% a 10%.
Acontecimientos como la llegada de la pandemia han puesto de manifiesto la necesidad de tener un sector alimentario resistente y saneado. Así ha quedado plasmado en las directivas europeas que regulan la actividad agroalimentaria del viejo continente. Para poder satisfacer las necesidades de alimento de la población, es imprescindible que las empresas alimentarias sean eficientes y rentables. Hoy tienen que hacer frente al incremento generalizado de los elementos necesarios para su actividad sin margen comercial para asumirlos.