España llegará a su «día de la dependencia del pescado» 2018 este fin de seman, día 26 de mayo. Desde esa jornada todo el pescado que acceda a España será de importación. La New Economics Foundation (Nef) expresa el escaso grado de autosuficiencia y de la dependencia de las importaciones la fecha en la que comenzamos, teóricamente, a depender de los peces de otros lugares porque nuestro suministro interno está agotado. Esta entidad calcula desde hace ocho años los niveles de «dependencia de pescado » de la Unión Europea, así como de sus Estados miembros.
En la Unión Europea (UE), es el 9 de julio, el día en que finaliza la autosuficiencia de pescad. La UE, por lo tanto, depende de casi la mitad del pescado que consume en aguas no pertenecientes a la UE, y se ha mantenido bastante estable desde 2007. Muchos Estados miembros con costas importantes son altamente dependientes, señala el Nef, como el Italia (6 de abril), Alemania (4 de mayo), Portugal (5 de mayo), Francia (21 de mayo) y España (26 de mayo).
Esto de muestra que los grandes Estados de la UE son los más dependientes. España, Francia, Italia, Portugal y Alemania, están en el ranking de dependencia de los peces, a pesar su importante acceso a las aguas de la UE. Como consecuencia, para satisfacer la demanda de la UE, la UE debe centrar sus esfuerzos en
restaurar sus propios ecosistemas marinos para asegurar que su consumo no es a expensas de las poblaciones de peces en otras partes del globo.
También existe una alta dependencia de la acuicultura de peces silvestres para la producción de de harinas y aceites de pescado. Por ello, los cálculos de dependencia incluyen la acuicultura, excluyéndola, en Europa sería 25 de mayo. el día de dependencia. «Restaurar las poblaciones de peces de la UE al nivel del rendimiento máximo sostenible generaría ganancias significativas en la autosuficiencia de muchos Estados miembros», concluye Nef. La UE ganaría casi tres meses de autosuficiencia.
Por ejemplo, más del 50 por ciento de las importaciones de pescado y mariscos a la UE proceden de países en desarrollo, un 38 por ciento en el caso de España, por lo que la NEF destaca que los países tienen «una gran responsabilidad» a la hora de asegurar de que sólo se proveen de productos procedentes de fuentes sostenibles y responsables.
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