Produce autoriza faenas desde el 7 de noviembre con el límite más bajo que se recuerda para el norte-centro; IMARPE completará esta semana una Operación EUREKA y, con sus resultados, el Gobierno fijará la cuota definitiva. La industria de harina y aceite de pescado advierte de tensión inmediata en la oferta, aunque confía en una revisión al alza si la biomasa lo avala.
El Ministerio de la Producción (Produce) de Perú ha autorizado el inicio de la segunda temporada de pesca de anchoveta 2025 en la zona norte-centro con una cuota provisional de 500.000 toneladas, efectiva desde el 7 de noviembre. El propio ministerio ha precisado que se ejecutará de forma inmediata una Operación EUREKA —un muestreo acústico-rápido— y que, con el informe de IMARPE, se establecerá la cuota definitiva de captura para esta temporada. La resolución fue publicada en edición extraordinaria de El Peruano durante el fin de semana. Gob Perú+2Diario de Chimbote+2
La cifra sorprendió por lo baja a armadores, traders y fabricantes de harina y aceite de pescado, habituados a arranques con varios millones de toneladas. Medios sectoriales internacionales hablan de un mercado “short”, es decir, desprovisto de volumen suficiente para atender contratos inmediatos, y señalan que el Gobierno podría subir el límite una vez se validen los datos biológicos de esta semana.
El contexto ayuda a entender la reacción. En la segunda temporada 2024 el Gobierno abrió con 2,5 millones de toneladas —se desembarcó alrededor del 95 %—, y en 2023 el arranque fue de 1,68 millones, con capturas cercanas a 1,2 millones por condicionantes oceanográficos. En la primera temporada 2025, cerrada en julio, se ejecutó más del 80 % de un tope de 3 millones antes de clausurar por alta incidencia de juveniles. Frente a ese historial reciente, 500.000 t operan como un “paraguas precautorio” hasta que IMARPE entregue evidencias de biomasa y estructura de tallas.
Para la cadena global de harinas y aceites marinos, el anuncio tiene efectos inmediatos: sube la presión sobre precios spot y primas de embarque en un tramo del año en el que compradores internacionales suelen posicionarse para el primer trimestre. Si la cuota final sube con el nuevo dictamen científico, parte de esa tensión cederá; si no, el déficit se trasladará a stocks y a la demanda de sustitutos (harinas vegetales) en formulaciones de piensos para acuicultura.
Produce ha enmarcado la decisión en la gestión adaptativa de una pesquería que es la mayor del mundo en volumen, y que requiere ajustar esfuerzo y tiempos a las condiciones del Mar de Grau. IMARPE, por su parte, venía de completar en octubre un crucero hidroacústico de evaluación de anchoveta y pelágicos cuyo cierre alimenta ahora la Operación EUREKA previa a fijar el Límite Máximo Total de Captura Permisible (LMTCP) definitivo.
En clave interna, el arranque prudente protege el reclutamiento (ingreso de juveniles) y reduce el riesgo biológico si persistieran señales locales de tallas pequeñas. En clave externa, el movimiento reposiciona a Perú frente a compradores que habían previsto flujos altos de harina para finales de 2025 y comienzos de 2026: los contratos deberán recalibrarse a la espera del dato final.
Diversas cabeceras peruanas corroboran los montos y el calendario: inicio el 7 de noviembre, cuota provisional de 500.000 t, ejecución de EUREKA del 4 al 6 de noviembre y ajuste posterior con el informe técnico. En paralelo, se recuerda que la zona sur opera con un plan propio y límites diferenciados.
En síntesis: Perú ha optado por arrancar con freno y marcha corta, con un techo transitorio de medio millón de toneladas que gana tiempo para medir con precisión la biomasa y da margen para subir —o consolidar— la cuota en cuestión de días. Hasta entonces, la industria global de harinas y aceites marinos funcionará en modo racionado y con el precio mirando de reojo a los gráficos de IMARP
