Los ácidos grasos omega-3 pueden desempeñar un papel clave en el mantenimiento de la salud pulmonar, según los resultados de un reciente estudio financiado por los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. (NIH). Los resultados del estudio, publicados en julio de 2023 en la revista American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, revelan una relación significativa entre los niveles elevados de ácidos grasos omega-3 en la sangre y la mejora de la función pulmonar a lo largo del tiempo.
El estudio se llevó a cabo en dos fases: una parte observacional longitudinal en la que participaron 15.063 estadounidenses y en la que se analizaron los niveles de ácidos grasos omega-3 en sangre y el deterioro de la función pulmonar a lo largo del tiempo. Los resultados mostraron que unos niveles más altos de ácidos grasos omega-3 se asociaban a una menor tasa de deterioro de la función pulmonar.
En concreto, el ácido docosahexaenoico (DHA), un tipo de omega-3 abundante en pescados grasos como el salmón, el atún y la sardina, se asocia con beneficios especialmente significativos para la salud pulmonar.
En la segunda fase del estudio, se analizaron los datos genéticos de más de 500.000 participantes europeos, lo que confirmó la asociación entre niveles más altos de ácidos grasos omega-3 y una mejor función pulmonar.
Lo que dicen los investigadores
La directora de la División de Ciencias de la Nutrición de la Universidad de Cornell, Patricia A. Cassano, una de las autoras del estudio, destacó la importancia de seguir investigando el papel de la dieta en la prevención de las enfermedades pulmonares crónicas. El ácido docosahexaenoico, junto con otros ácidos grasos omega-3, es conocido por sus propiedades antiinflamatorias, que podrían contribuir a la salud pulmonar.
El director de la División de Enfermedades Pulmonares del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, James P. Kiley, subrayó la importancia de incluir ácidos grasos omega-3 en la dieta, sobre todo teniendo en cuenta que muchos estadounidenses siguen sin seguir las directrices dietéticas actuales, que recomiendan al menos dos raciones de pescado a la semana.
