Los datos y análisis del Panorama alimentario bianual 2022 de la FAO muestran que se espera que la producción mundial de la pesca y la acuicultura aumente un 1,2 por ciento en 2022, a pesar de las presiones de la inflación y la ralentización de la economía mundial.
La producción total de la pesca y la acuicultura aumentará a nivel mundial un 1,2 por ciento en 2022 (+2,6 por ciento para la acuicultura y -0,2 por ciento para la pesca de captura) hasta alcanzar los 184,1 millones de toneladas, según el último análisis de las Perspectivas alimentarias semestrales de la FAO.
El Panorama alimentario semestral es el informe de la FAO sobre los mercados alimentarios mundiales. Su versión más reciente muestra que las condiciones del mercado se están suavizando a medida que nos acercamos a 2023. Sin embargo, el aumento de la variabilidad climática, los conflictos y las tensiones geopolíticas, las sombrías perspectivas económicas, el alza de los costes de los insumos agrícolas y las restricciones a la exportación continúan planteando desafíos a la estabilidad del mercado mundial de productos alimentarios básicos.
Aunque se espera que la producción mundial de pesca y acuicultura aumente globalmente un 1,2 por ciento en 2022, las continuas limitaciones de la oferta y la elevada inflación podrían provocar un fortalecimiento de los precios, mientras que la ralentización de la economía mundial probablemente aumentará la sensibilidad de los precios.
Se espera que la producción total de la pesca y la acuicultura alcance los 184,1 millones de toneladas. Se prevé que la producción de la acuicultura crezca un 2,6 por ciento, manteniéndose ligeramente por detrás de su tasa de crecimiento a largo plazo (3,7 por ciento entre 2015-2020), ya que los productores lidian con los altos costes de los insumos y las incertidumbres del mercado, como las altas tarifas de flete y la reducción del poder adquisitivo de los consumidores.
Los elevados precios del combustible, la reducción de las cuotas de las principales poblaciones y las malas condiciones meteorológicas en algunos caladeros clave han contribuido a la ralentización de la pesca de captura, que, según las previsiones, caerá un 0,2% en 2022. De cara a 2023, se prevé que la producción de la acuicultura siga aumentando, mientras que la de la pesca de captura se mantendrá prácticamente estable.
El índice de precios del pescado (IPP) de la FAO se situó en 119 puntos en septiembre de 2022, 16 puntos menos que en junio de 2022, cuando los precios generales del pescado alcanzaron máximos históricos debido a la reactivación de la demanda tras la caída de la pandemia. Sin embargo, los precios de septiembre de 2022 se mantuvieron fuertes en comparación con los de septiembre de 2021, lo que demuestra una subida de 20 puntos en el FPI.
Desde entonces, los precios de los productos acuícolas han vuelto a caer a niveles anteriores, debido principalmente a la reducción de los costes de los piensos. La ralentización de la economía mundial ha reducido el poder adquisitivo de los consumidores y es probable que aumente la sensibilidad a los precios en un futuro próximo. La escasez de suministros ha mantenido altos los precios de la pesca de captura, con cuotas limitadas para las principales pesquerías de pescado blanco y pequeños pelágicos que ejercen una presión al alza sobre los precios.
El volumen del comercio
Sin embargo, los precios más altos darán lugar a un aumento sustancial del valor del comercio. Gran parte de este crecimiento procederá de los precios récord del salmón en la primera mitad del año y de los altos precios sostenidos del pescado blanco y los pequeños pelágicos. En conjunto, se prevé que el valor del comercio mundial aumente de 174.800 millones de dólares en 2021 a 193.500 millones en 2022, lo que representaría un incremento del 10,7%. El valor del comercio se había desplomado en 2020, en gran parte debido a la reducción de los volúmenes, antes de aumentar un 16% en 2021 con la reapertura de las economías. En particular, China (continental), Chile, Ecuador y Noruega representarán la mayor parte de este aumento.
Indicadores de mercado para 2023
Los analistas de la FAO destacaron la factura mundial de importación de alimentos, la evolución del mercado de fletes marítimos y la factura mundial de importación de insumos agrícolas como indicadores clave del mercado para el próximo año.
Muchos países económicamente vulnerables están pagando más mientras reciben menos alimentos.
Los analistas prevén que la factura mundial de importación de alimentos, que ascendió a 1,94 billones de dólares el año pasado, alcance otro récord en 2022. El aumento interanual será probablemente menos pronunciado que el del año anterior, debido a la caída del poder adquisitivo de los importadores en un momento en que los precios de los alimentos están en máximos históricos. Resulta preocupante que muchos países económicamente vulnerables estén pagando más mientras reciben menos alimentos.
Se prevé que la factura mundial de las importaciones de insumos agrícolas (IIB) alcance un máximo histórico de 424.000 millones de dólares en 2022, lo que representa un aumento de casi el 50% con respecto a 2021 y más del doble del nivel registrado en 2020. Este fuerte aumento se debe casi en su totalidad a la subida de los costes de los insumos, mientras que el crecimiento de los volúmenes importados sigue siendo moderado.
Los autores del informe también destacan los cambios en los protocolos de flete marítimo, y afirman que éstos influirán en los mercados mundiales de alimentos. A pesar del dinamismo general del comercio de cereales y oleaginosas, así como de las dificultades logísticas en algunas zonas, las tarifas de flete para el transporte de mercancías secas a granel experimentaron un descenso significativo en los últimos seis meses, ya que las tensiones geopolíticas, las restricciones a la exportación y los temores de recesión mundial pesaron sobre la confianza del mercado y frenaron la actividad de fletamento.