Angulas Aguinaga trata de convertirse en una multinacional de la alimentación. Para ello abandonan el negocio de la pescadería, que ha formado su portafolio tradicional y se consideran una empresa de FMCG (Fast Moving Consumer Goods o productos de consumo inmediato) procedente del mundo de la pesca. Así se van a enfocar en exportar su modelo de negocio, basado en la innovación y en las marca.
La empresa ha pasado de facturar 149 millones en 2016 a cerrar el 2021 con 286 millones de euros, un 14% más que el año anterior. También cabe destacar la evolución del negocio internacional, que ha pasado de representar el 11% de la actividad de la empresa en 2016 al 35% en la actualidad.
Su plan estratégico preveía una facturación de 450 millones en 2025. ¿Mantienen estos objetivos?
Como otras muchas han sufrido dos años y medio de Covid que han marcado un antes y un después y en donde un consumidor que, con la situación económica actual, empieza a contener el gasto y está tomando decisiones claras al seleccionar sus compras. Esto es algo que pone más presión encima para mantener la estructura financiera de la compañía.
Para afrontar ello la empresa llevó a cabo la eliminación de costes superfluos yuna inversión con mayor foco. El segundo es la innovación en un escenario de crisis en el que se va a producir una diferenciación clara entre consumidores que van a apostar por marcas de fabricante y otros que van a ir a las blancas. «Las referencias que se encuentren en el medio son las que sufrirán».
Y, si no queda más remedio, la empresa subirá precios. «La inflación no empezó con Ucrania. Ya en julio del año pasado comenzamos a notar el incremento de costes de materias primas y en septiembre tuvimos que aplicar una subida. Nos hemos visto obligados para mantener la estructura financiera y nuestro modelo de negocio. Nuestra línea roja para subir precios está en tener margen para mantener toda la actividad de la compañía. Es el último recurso», señalaba ignacio Muñoz a El Economista.
Entre sus últimas novedades estuvo el lanzamiento de Krissia Protein +, barritas con un 23% más de proteína en línea con la tendencia de un mejor cuidado personal desde la alimentación. En esta marca también presentaron un packaging sostenible sin plástico exterior. Son innovaciones que el consumidor está dispuesto a pagar porque aportan un valor añadido, como, por ejemplo, con La Gula del Norte Bol, un formato de consumo on the go.
Su misión es revolucionar la alimentación desde el conocimiento del consumidor. «Hemos sido bastante efectivos en desarrollar soluciones adaptadas a sus necesidades. Y estas soluciones provenientes de nuestras líneas de pescado se pueden vender en otras secciones del supermercado, como la de platos preparados. No es que ahora vayamos a vender chorizos», decía Ignacio Muñoz.
Así compraron una patente de huevo frito congelado que ya comercializan en el canal Horeca. Entienden que se trata de una solución muy sana y de conveniencia más allá del pescado. Es un claro ejemplo de la línea que quieren seguir.
En 2020 adquirieron en Italia la marca Riunione, una comercializadora de salmón, actividad que han seguido desarrollando y bajo cuyo paraguas ahora también vendemos productos de su portafolio como mejillones, pulpo o untables. El año pasado, esta apuesta se vio reforzada con la adquisición de Deligusti, especializada en marinados. Se trata de una categoría con poco mercado en España, pero que nos sirve para integrar familias de productos en Italia, donde se consume más y donde los marinados de Riunione ahora ya son nuestros. Se trata de replicar el mismo modelo de negocio que en España.
En enero de 2021 compraron Copesco & Sefrisa que, con su marca Royal, era el líder en salmón y bacalao, categoría en la que no tenían presencia, que completaba suportafolio y aceleraba nuestro posicionamiento en pescadería.