Los armadores de Ondarroa han calificado de «mazazo» el cierre de 94 caladeros de pesca, según trata de imponer la UE. Según dijo Kiko Marin, de la Organización de Productores de Ondarroa, «buena parte de las zonas que se cierran están en los cantiles ( zonas habituales de pesca de los buques de artes fijos, como los palangreros y volanteros. A parte de quedar vedadas el acceso a esas zonas también para los arrastreros se van a dar problemas de cohabitación a consecuencia de esos cierres. Estos barcos van a tener que ir a otras zonas, en donde van a coincidir con otros artes», dijo Marín. No obstante, desde Europeche, Daniel Voces decía «toda esta votación es muy excepcional que no se sabe qué va a pasar ahora», reconoce el gerente de la patronal europea Europêche. Ahora la Comisión Europea tiene dos opciones: aplicarlo de forma unilateral o volver a tramitarlo y presentarlo ante los países para una nueva votación.
El anuncio de la Comisión Europea sobre el próximo cierre de un centenar de zonas de pesca, desde el norte de Irlanda hasta las costas de Portugal, ha suscitado la oposición de las organizaciones profesionales francesas. Todas ellas cuestionan el voto favorable de Francia a la propuesta de cierre.
Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, nueve de cada diez gransoleros (80 gallegos y 18 vascos) se quedarían sin caladero. En el seno de los armadores existe la sensación que «si no se aprueba el cierre ahora ya encontrarán otra fecha o lugar para cerrarlos»
La decisión de establecer estas 94 áreas partió de la DG Mare, de la UE; capitaneada por Charlina Vitcheva, que en una misiva de este mismo mes adelantó a los países la medida y les instaba a aprobarla. Las zonas se extienden desde el Golfo de Cádiz hasta la nota más al norte del caladero de Gran Sol y la intención de la CE era la de cerrarlas a la pesca para proteger los ecosistemas marinos vulnerables (VME, en inglés).
Las zonas fueron elegidas en función de las evaluaciones llevadas a cabo por el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES), aunque como denunció el sector se basaron en datos para todo el Atlántico y, en concreto, para la flota de arrastre, si bien el cierre afectaría también al palangre de fondo , lo que supondría afectar al 75% de las capturas de estas flotas.
Demanda judicial de la Xunta
La flota gallega y la Xunta se unen frente al veto a la pesca de fondo en 94 áreas de España, Portugal, Francia e Irlanda impulsado por la Comisión Europea. La conselleira do Mar, Rosa Quintana, se reunió ayer con representantes de las principales organizaciones pesqueras y también con expertos jurídicos para analizar las repercusiones de esta decisión. No se descarta acudir a los tribunales.
El presidente de la Alianza Europea de Pesca de Fondo (EBFA), el vigués Iván López, avisó de que la medida puede afectar a nueve de cada diez barcos que operan en el Gran Sol,, y sostuvo que el problema se genera por una “decisión mal tomada” frente a la que la flota y la Xunta deben “estudiar las opciones legales, las vías técnicas, las políticas y las que sean”. “No podemos permitir este atropello que es injustificado y que, sin razón aparente, pone otro calvo en el ataúd de la pesca”, señaló.
Tras criticar que la Comisión Europea no sea capaz ni “de decir si una ley va a entrar en vigor o no”, explicó que esta decisión “no se entiende si no es para cumplir los objetivos de una campaña de comunicación” en beneficio del comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius.
Por su parte, Quintana destacó que esta decisión tendría un impacto en todos los puertos gallegos, significativamente en los de Vigo, A Coruña, Celeiro, Burela y Ribeira. Ante ello, la conselleira avanzó que se estudiará en profundidad el acuerdo alcanzado y hará un seguimiento exhaustivo de los pasos que de el Ejecutivo comunitario en este sentido con el objetivo de defender, en caso de que sea necesario, por la vía jurídica los intereses de la flota pesquera gallega afectada.
La representante del Gobierno autonómico ha incidido en que la comunidad va a estudiar de la mano del sector las consecuencias de la posible entrada en vigor de esa medida y las herramientas jurídicas que tiene a su alcance para revertirla recurriéndola judicialmente.
En este sentido, la Xunta y las asociaciones de la flota también firmarán en los próximos días un manifiesto en defensa de la actividad extractiva.
La votación de los representantes de los Estados miembros para la votación de la medida impulsada por la Comisión Europea para vetar la pesca de fondo en 94 áreas de aguas comunitarias se resuelve con un resultado nulo. España e Irlanda votaron en contra, mientras que un buen número de países se abstuvieron (Francia votó a favor), lo que ha hecho recapacitar a Bruselas. Por el momento, la controvertida medida, que se votó sin debate y a mano alzada, no se ha aprobado, queda «congelada», y el sector queda a la espera de saber qué significa y cuáles serán los siguientes pasos. No obstante, desde Europeche, Daniel Voces decía “toda esta votación es muy excepcional que no se sabe qué va a pasar ahora”, reconoce el gerente de la patronal europea Europêche. Ahora la Comisión Europea tiene dos opciones: aplicarlo de forma unilateral o volver a tramitarlo y presentarlo ante los países para una nueva votación. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, nueve de cada diez gransoleros (80 gallegos y 18 vascos) se quedarían sin caladero. En el seno de los armadores existe la sensación que «si no se aprueba el cierre ahora ya encontrarán otra fecha o lugar para cerrarlos»
Alarma en el sector
La Alianza Europea de Pesca de Fondo (EBFA, por sus siglas en inglés), que representa a más de 20.000 pescadores y 7.000 buques europeos y de la que forma
parte la Confederación Española de Pesca (Cepesca), denunciaba el acto de aplicación del reglamento sobre acceso a aguas profundas presentado por la Comisión Europea al Consejo de la Unión Europea.
Este acto de aplicación prohíbe todas las actividades de pesca de fondo (arrastre, palangre, anzuelos, etc.) en 94 zonas de pesca de Francia, España, Portugal e Irlanda. A juicio de la EBFA, las consecuencias de este acto de ejecución serán dramáticas para todas las pesquerías europeas y solicita su retirada en vista de las reconocidas lagunas científicas, la falta de una consulta adecuada y de un análisis de impacto socioeconómico, así como la falta de respaldo por parte del Consejo.
Cabe señalar que, durante la votación de los Estados miembros de la UE de esta mañana, muchos de ellos -algunos de los cuales ni siquiera estaban afectados por este acto de ejecución- se abstuvieron en protesta contra la falta de consulta adecuada en el proceso y la debilidad de las evaluaciones de impacto que acompañan a esta posible decisión. La votación del Consejo se saldó sin una mayoría cualificada a favor o en contra del texto, un hecho extremadamente raro en los procedimientos legislativos.
Ahora, la Comisión debe decidir unilateralmente el futuro de este acto de ejecución. Según la EBFA, a la vista de las reservas expresadas por los Estados miembros, sería especialmente sorprendente ver a la Comisión forzar su aprobación.
Propuesta del peor escenario
De los cuatro escenarios posibles propuestos por los científicos, la Comisión eligió el másrestrictivo, proponiendo cerrar a la pesca la totalidad de los caladeros tradicionales. Además, los científicos reconocieron que la capacidad cartográfica obsoleta utilizada en los dictámenes científicos puede sobreestimar la proporción de los fondos marinos en los que se pesca y con presencia de ecosistemas marinos vulnerables (EMV) 1 .
A juicio de la EBFA, la Comisión no se ha comprometido públicamente ni tiene la ambición de resolver este problema tan antiguo. Por ello, estas limitaciones no le han impedido cerrar zonas de pesca enteras aunque los EMV no existan o sólo existan en una fracción, descuidando y amplificando las notables consecuencias socioeconómicas para los pescadores y la seguridad alimentaria. Incluso descartó, señala, la posibilidad de incluir zonas en las que la existencia de EMV se ha determinado y cartografiado mejor.
Según la EBFA, esta información no parece interesar a la Comisión, a pesar de que el análisis científico procede de un proyecto financiado por la UE para mejorar la protección de la biodiversidad (Programa LIFE) que contó con la participación de las partes interesadas, incluida la flota pesquera. Además, alerta, el acto de aplicación introducirá zonas de amortiguación que triplican la superficie de las zonas de veda en las que existen ecosistemas vulnerables sin que se justifique claramente su necesidad.
Así mismo, otras artes, como el palangre o la pesca con anzuelos, cuyos impactos, ya sean ambientales o socioeconómicos, aún no se han estudiado, también se verán afectadas por las vedas de forma desproporcionada. Ello obligará a estos buques pesqueros a desplazarse de sus caladeros tradicionales a otras zonas sin presencia de especies objetivo, lo que sin dudaperturbará las operaciones de pesca y reducirá su cuota. Según la EBFA, algunas de estas flotas severán afectadas por estos cierres hasta en un 75% de sus capturas actuales sin ninguna evaluación previa del impacto socioeconómico.
Un proceso apresurado sin la debida consulta
A la EBFA le sorprende que la Comisión Europea no haya llevado a cabo un proceso de consultadigno de ese nombre con todas las partes interesadas. En los últimos años se han mantenido conversaciones y reuniones de manera informal, pero nunca se ha dado la oportunidad al sector de evaluar adecuadamente la propuesta concreta presentada hace sólo 14 días. En este sentido, subraya, el sector es el más interesado en dar una respuesta útil y basada en datos científicos, pero ello requiere algún tiempo para conseguirlo, igual que la Comisión tardó seis años en hacer esta propuesta.
Así mismo, la EBFA no entiende por qué la Comisión decidió optar por el plazo más breve posible desde la propuesta hasta la votación, dos semanas, cuando podría haber dado más tiempo a las flotas afectadas y a los Estados miembros para estudiar y proponer cambios en el plan. En suopinión, ello demuestra que la Comisión no está a la altura de las normas de transparencia y debate abierto exigido a los demás.
Según Iván López van der Veen, presidente de la EBFA, «somos plenamente conscientes de que nuestra actividad repercute en el medio ambiente, al igual que cualquier sistema de producción de alimentos. También entendemos y apoyamos la necesidad de cerrar las zonas donde existen ecosistemas vulnerables como parte de una mejor protección de los océanos. Lamentablemente, este no es el caso de esta aplicación. Los caladeros tradicionales se cierran a la pesca más allá de
una necesidad real, sólo para alcanzar objetivos políticos sin ningún beneficio real para la naturaleza y con enormes consecuencias para los pescadores y la seguridad alimentaria».
En su opinión, “la Comisión defiende un sistema de cogestión que, cuando se trata de sus propias decisiones, lamentablemente no se aplica en la práctica. Por el contrario, se nos presenta como reaccionarios cuando lo único que queremos es una gestión y protección eficaces y basadas en la realidad y no en el objetivo de quién cierra más kilómetros cuadrados de mar a la pesca. La experiencia es aún más dolorosa al comprobar el distanciamiento de la misma Comisión cuando se trata de la minería de aguas profundas, una actividad que a Bruselas le parece perfectamente apropiada».
La Comisión Europea indigna a la flota
El ICES ha expresado su preocupación por la pesca de arrastre de profundidad en fondos fangosos porque genera plumas de sedimentos en suspensión que pueden colmar corales, esponjas y otros organismos que forman hábitats bentónicos y que se alimentan por filtración, así como destruir hábitats complejos (arrecifes de coral, refugios o madrigueras) y perturbar la estructura de los sedimentos, cambios en la topografía, aumento de la turbidez y reflujo de productos químicos (contaminantes y nutrientes).
Es por ello imprescindible que la nueva normativa establezca la obligatoriedad de estudios de impacto ambiental y mapeo para estas pesquerías y asegure que se protegen y se prohíbe la pesca en aquellas áreas donde se localicen ecosistemas marinos vulnerables, ya que, en la actualidad, el conocimiento y la localización de estas áreas es muy escaso
Marcadas en rojo, las áreas marinas de España, Portugal, Francia e Irlanda que la Comisión Europea quiere cerrar a la pesca en contacto con el fondo, artes fijas de anzuelo y de red y arrastre ICES. El Consejo Internacional para la Exploración del Mar utiliza como unidad de base una CUADRA C de unos 15-25 km2 por celda, que no representa la huella real de un buque pesquero.
Ante ello, armadores y dirigentes pesqueros de distintos países de la Unión Europea (UE) están sorprendidos por las prisas que le han entrado a la Comisión Europea y, en concreto, al eurocomisario de Pesca Virginijus Sinkevicius, han mostrado su indignicación por prohibir 94 áreas de España, Portugal, Francia e Irlanda para la pesca con cualquier arte en contacto con el fondo, aunque solo sea con los anclajes. Indignados, este lunes por la mañana participan en distintas reuniones telemáticas para intentar frenar una medida de «impacto económico limitado», según Charlina Vitcheva, directora general de Asuntos Marítimos y Pesca en la Comisión.
Justo lo contrario opinan los pescadores, que le reprochan a las autoridades comunitarias la falta estudios científicos y socioeconómicos de una medida diseñada para proteger ecosistemas marinos vulnerables, hábitats donde se haya constatado o se suponga la presencia de corales y esponjas. Se encuentran a profundidades de entre 400 y 800 metros, en los cantiles, al final de la plataforma continental, espacios donde se capturan especies como merluzas, palometas rojas, alfonsinos o cabras. Son los caladeros de pesqueros españoles de artes fijas, de anzuelo como el palangre o de redes, como la volanta, porque la mayoría de los arrastreros de fondo largan sus aparejos en otras zonas.
Además de advertir del severo impacto en flotas como los pincheiros (palangreros de fondo) los dirigentes del sector alertan de que el exceso de celo que le atribuyen a la Comisión podría desencadenar efectos colaterales perjudiciales para el medio marino. Por ejemplo, porque al echar de sus caladeros a los palangreros, estos se desplazarían a donde faenan arrastreros y barcos con redes de enmalle, sobrecargándolos. Y también se preguntan por el aval científico, pues no les constan informes sobre la repercusión de los anclajes empleados por esos barcos para sumergir las líneas de anzuelos. Del tamaño de un adoquín, es la única parte de esos aparejos que toca el fondo, y lo hace cada 50 metros, aproximadamente.
Las autoridades comunitarias justifican una norma que prevén aprobar este martes en base a una de las propuestas del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés). La Comisión se decanta por uno de los cuatro escenarios que plantean sus asesores científicos y los pescadores comparten la necesidad de preservar ecosistemas sensibles, pero solo los realmente vulnerables, aquellos donde se demuestre que es necesario, no donde se suponga que podría serlo.
Tras una primera reunión telemática entre dirigentes de organizaciones pesqueras españolas, portuguesas, francesas, irlandesas y de otros países, así como de las comunitarias que los agrupan, los representantes de la flota continúan los debates con miembros de la Comisión de Pesca y de la Dirección General de Asuntos Marítimos y Pesca.
En un misiva enviada a los directores de Pesca de los Veintisiete, Vitcheva parece dar por hecho que este martes la Comisión aprobará el veto a los artes en contacto con el fondo marino en 94 zonas que recorren las costas de cuatro países, desde el Estrecho de Gibraltar hasta la altura de Glasgow (Escocia). Fuentes del sector atribuyen las prisas que le reprochan al equipo de Sinkevicius y al gabinete comunitario que preside Ursula Von der Leyen a la intención de presentarse como «salvadores de los mares» europeos, incluso a costa de poner en peligro el suministro alimentario y miles de empleos, en la Conferencia de los Océanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), iniciada este lunes en Lisboa (Portugal).