Las especies desembarcadas en los puertos europeos están muy por debajo del rendimiento máximo sostenible. Valga como referencia que los desembarcos pesqueros franceses procedentes de poblaciones «estimadas en buen estado o no sobreexplotadas» fueron del 56% en 2020, según anunció el instituto francés Ifremer. Y eso que este es el mejor resultado desde la creación de estos indicadores y refleja una clara mejora a largo plazo. Sin embargo, esta cifra sigue estando por debajo del objetivo de la Política Pesquera Común, que consistía en alcanzar el 100% de las poblaciones al máximo rendimiento sostenible para 2020 y luego retrasado a 2023.
Se trata de la mejor puntuación desde que el Ifremer entregó su Diagnóstico sobre los recursos pesqueros desembarcados por las pesquerías francesas a principios de año y de la primera vez que se supera la marca del 50%. La presentación de la edición 2021 de este diagnóstico, basado en los desembarcos de 2020 tiene un descenso del 9%
Todavía Europa no está dentro de los límites de la política pesquera común, que pretendía que el 100% de las poblaciones estuvieran en el rendimiento máximo sostenible (RMS) en 2020. Pero si se observa la tendencia a largo plazo, hay una clara mejora. La suma de las capturas de las poblaciones en buen estado (52% en 2020) y de las que pueden reconstruirse o están en recuperación (4%) está muy por encima de lo que era en 2010 (18%) y aún más en 2000 (9%). Esto en lo que se refiere a Francia
Por el contrario, las poblaciones consideradas sobreexplotadas y/o sobreexplotadas y degradadas han visto caer su total del 32% de los desembarcos al 11%. El único punto negro importante es el cambio del estatus de la sardina del Golfo de Vizcaya (también presente en el Mar Céltico) al de población colapsada, lo que hace que esta categoría, bastante confidencial desde principios de la década de 2000, alcance el 10% de los desembarques totales.
Aparte del caso particular de las sardinas, que parece ser más un fenómeno medioambiental que el resultado de un esfuerzo pesquero excesivo, y de las reevaluaciones que puedan realizarse a medida que se afinen los datos, la mejora sigue siendo el punto a destacar según IFREMER. Tres razones existen para ello: el progreso de las evaluaciones científicas, el hecho de que los políticos sigan cada vez más estos consejos y la mejora de las prácticas de los profesionales, a pesar de las medidas a veces muy severas. La recuperación de la población de atún rojo es un ejemplo, al igual que la de la merluza del Atlántico.
Además, en Francia, de las cerca de 300 especies presentes en los desembarcos, de las que unas 50 representan casi el 95% de los desembarcos, la parte de las poblaciones no evaluadas o no clasificadas ha pasado del 37% al 23% del total. De las 106 restantes, tomadas individualmente, casi el 40% están en mal estado (colapsadas, sobreexplotadas, degradadas), pero representan tonelajes muy bajos (excepto la sardina). Y también en este caso hay que tener en cuenta las tendencias a largo plazo: 63 poblaciones en buen estado o recuperables en 2020 frente a 15 en 2000, y 22 sobreexplotadas en lugar de 52.
El documento también ofrece un desglose por zonas. En el Mar del Norte y la Mancha Oriental, el cambio del carbonero de sobrepesca a sobrepesca y degradado altera ligeramente la situación, pero las poblaciones en buen estado también están aumentando. La sardina está un poco en el punto negro en el Canal de la Mancha y el Mar Céltico, pero también aquí una mayor proporción de las poblaciones está en buenas condiciones. El Golfo de Vizcaya se beneficia del reverdecimiento de la merluza y el gallo, mientras que el lenguado se ha sobreexplotado y degradado.
Y el Mediterráneo sigue a la zaga, con un gran número de poblaciones no evaluadas (el 61% de los desembarcos) y sólo un tercio de las capturas procedentes de poblaciones recuperables, incluido el atún rojo, que se ha recuperado en gran medida, pero para el que aún falta perspectiva para declararlo en buen estado.