Un total de 26 científicos de una veintena de países europeos se han reunido en Brest, en las instalaciones del instituto francés Ifremer, para trabajar en la optimización de los métodos de seguimiento de las pesquerías comerciales. El encuentro, enmarcado en el grupo de trabajo WGCATCH del CIEM (ICES, en inglés), se ha centrado en cómo adaptar la recogida y el uso de datos a las nuevas exigencias del Reglamento europeo de control de la pesca y a la futura base de datos común RDBES del propio CIEM.
La representatividad, eje central del debate
El grupo WGCATCH (Working Group on Commercial Catches) persigue un objetivo clave: confrontar, armonizar y mejorar las metodologías que cada país emplea para estimar el esfuerzo de pesca, las capturas desembarcadas y la estructura por edades de las especies explotadas.
En Europa, las pesquerías son enormemente diversas, tanto entre países como entre regiones dentro de un mismo Estado. Esa diversidad se traduce en enfoques nacionales muy distintos para medir la actividad, lo que complica la comparación y la integración de datos.
El trabajo en Brest ha consistido precisamente en poner en común esos métodos nacionales para construir un enfoque colectivo que:
- Respete las especificidades de cada flota y región.
- Genere estimaciones más robustas y comparables.
- Mejore la representatividad de las pesquerías europeas en su conjunto.
El objetivo final es alimentar mejor las evaluaciones de stocks que realiza el CIEM y, por extensión, reforzar el asesoramiento científico que sirve de base a las decisiones de gestión pesquera en la UE.
Nuevo reglamento de control: más datos de la pequeña pesca costera
La reunión de Brest ha servido, además, para cerrar el plan de trabajo 2023-2025 del grupo y definir las líneas de trabajo para el periodo 2026-2028, marcado por un cambio regulatorio de calado: la aplicación del nuevo Reglamento de ejecución de control de la pesca en la UE.
Este marco refuerza las obligaciones de declaración y seguimiento para la flota menor de 12 metros, a través de los artículos 20 y 23, que exigirán:
- La instalación de sistemas de seguimiento de buques (VMS) en estas unidades.
- El envío de la posición al menos cada 30 minutos, con una implantación gradual a partir del 10 de julio de 2027.
El artículo 27 establece, además, las condiciones para la transmisión electrónica del diario de pesca, incluyendo a los barcos de menos de 10 metros.
En países como Francia, estos buques ya debían cumplimentar una ficha de pesca con tiempos de faena, artes utilizadas y capturas. Pero la nueva normativa implicará un volumen de datos muy superior sobre la pequeña pesca costera en toda Europa.
Los científicos están trabajando desde ahora para:
- Anticipar la recepción y tratamiento de este caudal creciente de información.
- Integrar los nuevos datos de forma eficiente en los modelos de cálculo y evaluación.
- Ajustar, si procede, los programas de muestreo científico en lonja y a bordo, en función de la calidad y completitud de los datos electrónicos.
En la práctica, si el nuevo sistema de datos resulta fiable y completo, parte del esfuerzo de muestreo tradicional podría rediseñarse o optimizarse, ganando eficiencia sin perder rigor científico.
Cuatro grandes líneas de trabajo para mejorar los datos
En paralelo a la adaptación al nuevo marco normativo, el grupo WGCATCH avanza en cuatro ejes estructurantes:
- Datos biológicos de desembarques y embarques
- Mejora de la recogida, control de calidad y uso de datos de talla, peso y edad de los peces, tanto en puerto como en campañas de observadores a bordo.
- Definición de la “pequeña pesca costera” en Europa
- Armonización de criterios y términos de referencia para este segmento, incluida la cobertura deseable de datos biológicos y de actividad pesquera.
- Capturas accidentales de cetáceos
- Inventario y comparación de los programas nacionales de seguimiento de bycatch de mamíferos marinos, con el fin de identificar buenas prácticas y huecos de información.
- Sistemas de seguimiento electrónico
- Exploración del potencial de las cámaras a bordo y de la geolocalización por VMS como herramientas complementarias para mejorar el control y la calidad de datos, sin aumentar de forma desproporcionada la carga sobre el sector.
Todos estos trabajos se orientan a un mismo resultado: mejorar la calidad y coherencia de los datos sobre las capturas comerciales europeas, condición indispensable para unas evaluaciones de stocks más fiables y, en última instancia, para una gestión más sostenible de las pesquerías.
La reunión de Brest confirma que, en la era del nuevo control comunitario, el reto ya no es solo pedir más datos, sino organizarse para aprovecharlos plenamente, garantizando que la foto que se obtiene del estado de las pesquerías sea tan precisa y representativa como exigen los desafíos actuales del sector y del medio marino.
