El programa GenDC marca un antes y un después al incorporar datos genéticos en la evaluación de los stocks, con el objetivo de lograr una pesca más sostenible, precisa y resiliente.
En un contexto global marcado por la presión sobre los ecosistemas marinos y la necesidad urgente de preservar los recursos pesqueros, la Unión Europea ha lanzado un ambicioso proyecto que promete transformar la manera en que se gestionan las poblaciones de peces. Se trata de GenDC (Genetic Data Integration for Stock Assessment and Sustainable Fisheries Management), una iniciativa financiada por el Fondo Europeo para los Asuntos Marítimos, la Pesca y la Acuicultura (FEAMPA), que propone integrar la información genética en los modelos de evaluación pesquera.
Hasta ahora, las evaluaciones de los recursos marinos se han basado en parámetros biológicos, capturas históricas y modelos poblacionales. Sin embargo, esta metodología ha demostrado ser insuficiente para distinguir entre subpoblaciones genéticamente diferentes pero morfológicamente similares. El caso del merluza del Atlántico en la plataforma del norte de Europa es paradigmático: diferentes substocks conviven en una misma zona, lo que complica una gestión adecuada si no se conoce su origen biológico exacto.
Con el merluza como especie piloto, GenDC pretende dar solución a este vacío científico y técnico. El proyecto establece protocolos estandarizados para el muestreo genético, desarrolla una base de datos accesible a través del ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar) y crea modelos de código abierto que permiten integrar la genética en los sistemas de evaluación multistock.
Según Marie Storr-Paulsen, coordinadora del proyecto, uno de los logros más importantes ha sido el muestreo genético coordinado del stock meridional de merluza en el Mar del Norte, una población en estado crítico. “Ha sido un trabajo exigente, pero demuestra que la colaboración transnacional y la voluntad política son fundamentales para avanzar en la sostenibilidad pesquera”, señaló.
Uno de los elementos clave del GenDC es su capacidad de replicación. Las técnicas y protocolos desarrollados están diseñados para ser aplicados a otras especies y ecosistemas, convirtiendo al proyecto en una herramienta escalable para toda la economía azul europea.
La integración de la genética en la gestión pesquera tiene múltiples beneficios: permite una delimitación más precisa de los stocks, mejora la calidad de las recomendaciones científicas que sustentan la Política Pesquera Común, y refuerza la protección de la biodiversidad marina, en línea con los objetivos del Pacto Verde Europeo y la Estrategia de Biodiversidad 2030.
Además, desde una perspectiva económica, la trazabilidad genética puede convertirse en un activo de gran valor para la cadena pesquera, facilitando certificaciones, mejorando la imagen de marca de los productos y abriendo puertas en los mercados internacionales más exigentes.
El proyecto también apuesta por una gestión de datos abierta y colaborativa, garantizando que científicos, autoridades y agentes del sector accedan a la información de forma transparente. Este enfoque permite construir una pesca más resistente a los desafíos del cambio climático y los impactos ambientales, sin renunciar a su viabilidad económica.
GenDC demuestra que integrar la genética en la evaluación de los stocks ya no es una utopía futurista, sino una necesidad urgente para avanzar hacia una pesca inteligente, sostenible y basada en datos fiables. La merluza es solo el principio. La revolución genética en el mar acaba de comenzar
