La crisis sanitaria ha afectado a toda la industria de los productos del mar con una serie de repercusiones en cascada en la industria, concluyen los resultados de un estudio de tres años realizado por científicos del Ifremer, recogidos en un comunicado de prensa. Aguas arriba, la actividad pesquera en Francia ha disminuido un 10% respecto a la media de los dos años anteriores, con un descenso de la producción estimado en un 13% (-49.000 toneladas).
Además, «el análisis de la facturación mensual de las 34 subastas a lo largo del año 2020 a escala nacional muestra una caída de 30 millones de euros (M€) en el importe de las ventas durante el periodo del primer encierro, entre marzo y mayo de 2020», observan los investigadores. Por término medio, la facturación de las lonjas oscila entre 50 y 60 millones de euros. Sin embargo, Bretaña registró pérdidas superiores al 18%, mientras que Dieppe experimentó un aumento del volumen de negocio, gracias a la subida del precio de las vieiras en el último trimestre de 2020.
En sentido descendente, aunque «las importaciones se restringieron en gran medida», los consumidores se decantaron por el marisco fresco importado y preenvasado durante la primera contención (+41%) a expensas del pescado fresco servido por el vendedor (-27%). La pandemia parece haber amplificado tendencias muy arraigadas (compras más fáciles, rápidas e informativas).