Se percibe en el sector acuícola español una tendencia firme hacia la innovación con rigor, y el proyecto SACRIFISH emerge como su último símbolo. Impulsado por APROMAR, este ambicioso estudio busca validar científicamente las técnicas de aturdimiento y sacrificio aplicadas en granjas de especies como la trucha arcoíris, dorada y rodaballo, con el fin de garantizar mayor bienestar animal en el momento final del proceso productivo.
El proyecto propone medir la eficacia de métodos habituales como el agua con hielo o electricidad, pero desde un enfoque científico riguroso. Se evaluará la pérdida de conciencia mediante técnicas avanzadas como el electroencefalograma (EEG), analizando simultáneamente indicadores de estrés fisiológicos o visuales en las tres especies mencionadas.
Las actividades incluyen:
- Evaluaciones visuales y hormonales del estrés.
- Pruebas neurofisiológicas del grado de conciencia.
- Análisis de muestras en laboratorio.
- Elaboración de un informe con recomendaciones para estandarizar los protocolos, alineados con criterios de la EFSA.
Plazos, presupuesto y procedimiento
APROMAR ha abierto el concurso para entidades interesadas hasta el 5 de septiembre de 2025, a las 14:00 h (CET), vía correo electrónico ([email protected]). El presupuesto previsto oscila entre 100 000 y 150 000 €, antes de impuestos, e incluye todos los costes del proyecto. La fecha máxima de ejecución está fijada para el 31 de diciembre de 2025.
Contexto y vocación de mejora
Desde APROMAR se reconoce que, aunque en España se aplican actualmente «las mejores técnicas disponibles» —como el sistema de agua con hielo—, estas no están exentas de limitaciones. La asociación defiende que, si bien son aceptables, no representan la solución definitiva para asegurar el bienestar del pez, y que es necesario avanzar mediante innovación respaldada por evidencia científica.
Un salto cualitativo para el sector
SACRIFISH representa una apuesta por transitar desde prácticas tradicionales hacia sistemas más respetuosos y eficientes, que tomen en cuenta tanto el bienestar animal como factores operativos, sanitarios y económicos. Si se valida su eficacia, podría facilitar la adopción generalizada de métodos más humanitarios en la acuicultura española, elevando los estándares del sector y respondiendo a una creciente demanda de transparencia y responsabilidad.
