El fomento de la recuperación de las poblaciones de peces en las zonas gestionadas sirve indirectamente a los pescadores que se nutren de la zona circundante.
Los pescadores y los defensores de la vida oceánica no son irreconciliables. Al contrario: según un estudio internacional publicado el 17 de marzo en la revista Nature, sus preocupaciones aparentemente antagónicas pueden ser, de hecho, perfectamente compatibles. Fruto de la colaboración de veintiséis científicos, demuestra que el desarrollo de zonas marinas protegidas en regiones bien delimitadas favorecería la recuperación de las poblaciones de peces y, por tanto, beneficiaría indirectamente a los profesionales de la pesca que explotan las zonas circundantes. Este estudio está firmado por: Enric Sala, Juan Mayorga, Jane Lubchenco.
«Al poner el 30% del océano en reserva, vemos en nuestros modelos que las capturas globales no disminuyen, e incluso aumentan», subraya David Mouillot, investigador de la Universidad de Montpellier y coautor del estudio «Proteger el océano para la biodiversidad, la alimentación y el clima». Según el modelo de los científicos, el santuario de las zonas estratégicas permitiría un aumento de las capturas de 8 millones.
El océano contiene una biodiversidad única, proporciona valiosos recursos alimentarios y es un importante sumidero de carbono antropogénico. Las áreas marinas protegidas (AMP) son una herramienta eficaz para restaurar la biodiversidad de los océanos y los servicios de los ecosistemas, pero en la actualidad sólo el 2,7% del océano está altamente protegido. Este bajo nivel de protección de los océanos se debe en gran medida a los conflictos con la pesca y otros usos extractivos. Para abordar este problema, aquí desarrollamos un marco de planificación de la conservación para priorizar las AMP altamente protegidas en lugares que producirían múltiples beneficios hoy y en el futuro.
Descubrimos que un aumento sustancial de la protección de los océanos podría tener un triple beneficio, al proteger la biodiversidad, aumentar el rendimiento de las pesquerías y asegurar las reservas de carbono marinas que están en riesgo por las actividades humanas. Nuestros resultados muestran que la mayoría de los países costeros tienen zonas prioritarias que pueden contribuir sustancialmente a alcanzar estos tres objetivos de protección de la biodiversidad, suministro de alimentos y almacenamiento de carbono.
Un esfuerzo coordinado a nivel mundial podría ser casi dos veces más eficaz que una planificación de la conservación no coordinada a nivel nacional. Nuestro marco flexible de priorización podría ayudar a informar tanto a los planes nacionales de espacio marino4 como a los objetivos globales de conservación marina, seguridad alimentaria y acción climática.