La Unión Europea ha dado este martes el último paso para aprobar el segundo plan multianual de pesca para especies demersales –las que viven cerca del fondo del mar– en el Mar del Norte, con la votación en el pleno de la Eurocámara de las nuevas normas comunitarias que buscan «prevenir la sobrepesca» y asegurar la sostenibilidad del entorno marítimo en este área, así como «mejorar la cooperación» entre países.
Así, las nuevas reglas, que han sido aprobadas por 520 votos a favor, 131 en contra y 9 abstenciones, fijarán rangos mínimos y máximos para que los Estados miembros acuerden las cuotas anuales de pesca, en base a los «dictámenes científicos» con mejor disponibilidad, y permitirán «suspender y/o reducir la pesca de una especie particular si el asesoramiento científico indica que el stock está en peligro».
Los países que se vean afectados por una misma situación, como un cambio abrupto en una reserva pesquera, podrán aunar esfuerzos y presentar recomendaciones conjuntas a la Comisión Europea, que a su vez propondrá una solución en base a esa propuesta. El principal objetivo es reforzar la cooperación entre los Estados miembros, y mejorar la situación de los pescadores y sus familias.
La nueva legislación también establece que la Política Pesquera Común deberá prevalecer en los acuerdos con terceros países sobre las reservas pesqueras «de interés común» en el Mar del Norte, como ya sucede con Noruega, con vistas a la salida de Reino Unido del bloque comunitario.
«En relación a terceros países, el plan estipula que en los acuerdos sobre reservas de interés común, las normas de la Política Pesquera Común deben prevalecer. Esto ya se aplica a las reservas compartidas con Noruega, pero pronto se aplicará también a aquellas compartidas con Reino Unido», ha asegurado la responsable de la tramitación parlamentaria de esta normativa, la eurodiputada socialdemócrata Ulrike Rodust.
La Comisión Europea propuso en 2016 un plan multianual para garantizar la pesca sostenible de especies demersales en el Mar del Norte, que incluía la fijación de límites en las capturas autorizadas basados en las recomendaciones científicas.
El plan, que afecta a Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Países Bajos, Suecia y Reino Unido, cubre más del 70% de todo el sector en el Mar del Norte y un valor de pesca de más de 850 millones de euros, según datos de 2012.