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Del 3 al 7 de marzo, Bruselas se convirtió en el corazón de la acción oceánica europea. Los Días Europeos del Océano superaron las expectativas y reunieron a más de 1.800 participantes, entre ellos investigadores, responsables políticos, jóvenes líderes y partes interesadas del sector de la pesca y la acuicultura.
El debate ha dado lugar a una semana intensa, que promete rediseñar el futuro de la economía azul europea, haciendo que el mar y las aguas interiores ocupen un lugar cada vez más central en la visión estratégica de la Unión Europea. En el centro del debate se encuentra el tan esperado Pacto Europeo de los Océanos, un nuevo marco de políticas que pretende garantizar ecosistemas marinos saludables, productivos y resilientes. Un reto que involucra directamente a toda la cadena de suministro de la pesca y la acuicultura, que siempre han sido elementos clave de la cultura y la economía de las costas europeas. El objetivo es claro: construir una Europa que sepa sacar valor de sus mares, respetando su equilibrio y fomentando la prosperidad de las comunidades costeras.
El pacto representa un punto de inflexión concreto, que combina una gobernanza coherente e inversiones específicas para apoyar el desarrollo sostenible de los recursos marinos. Una promesa importante que pretende aumentar el volumen de negocio anual de la economía azul europea mucho más allá de los 600.000 millones de euros actuales. Pero para que esta visión se haga realidad, Europa pide la contribución de todos: pescadores, piscicultores, procesadores, innovadores y comunidades locales están llamados a participar activamente en los Diálogos sobre Pesca y Océanos, para garantizar que todas las voces sean escuchadas a la hora de redactar las nuevas reglas del mar.
Además del Pacto, la Estrategia Europea de Resiliencia del Agua completa el panorama. Un plan que pretende responder a la creciente escasez de agua y abordar los retos climáticos, mejorando la competitividad del sector europeo del agua e integrando los principios de la economía circular también en la cadena de suministro del pescado y la acuicultura. El agua ya no es sólo una cuestión ambiental: es una prioridad estratégica e industrial, con oportunidades concretas de crecimiento para quienes saben innovar. Durante la semana, el Foro Misión Océano y Aguas demostró cómo Europa está acelerando la innovación azul.
El foro presentó soluciones concretas para restaurar los ecosistemas acuáticos, incluido el «gemelo digital del océano», una herramienta revolucionaria que promete estar operativa para 2030. En este escenario cambiante, la Comunidad de Parques Azules de la UE ha subido el listón: al menos el 10 % de las áreas marinas europeas deberán estar estrictamente protegidas para 2030, una medida que podría cambiar las reglas de la pesca y la acuicultura, al tiempo que estimula prácticas sostenibles y garantiza beneficios tangibles a largo plazo. ¿Qué significa todo esto para la industria de los productos del mar? Innovación, resiliencia y responsabilidad. La invitación de la Unión Europea es clara: apostar por nuevos modelos de negocio, inversiones en tecnologías verdes, formación y colaboración entre los sectores público y privado.
La acuicultura y la pesca sostenible están en el centro de la transición, como una forma de crear empleo y valor, sin comprometer la salud de los ecosistemas marinos. La industria pesquera europea se enfrenta a una decisión crucial. Aquellos que sean capaces de aprovechar las oportunidades de la nueva gobernanza de los océanos, centrándose en la innovación y la sostenibilidad, liderarán el cambio.