El gerente de la OPP-72 intervino en la asamblea del CC RUP y el MAC en Las Palmas para advertir de las consecuencias de las medidas comunitarias en las flotas costeras.
La ciudad de Las Palmas de Gran Canaria acogió esta semana la asamblea conjunta del Consejo Consultivo de las Regiones Ultraperiféricas (CC RUP) y del Consejo Consultivo de Mercados (MAC), un encuentro clave en el que representantes de diferentes flotas trasladaron sus inquietudes a la Comisión Europea sobre el futuro de la pesca.
En este marco, Nicolás Fernández, en representación de la Organización de Productores Pesqueros OPP-72, intervino para lanzar un mensaje crítico hacia la política pesquera comunitaria y su efecto en el sector artesanal. El dirigente no dudó en dirigirse a la directora general de Asuntos Marítimos y Pesca de la Comisión Europea, Charlina Vitcheva, a quien reprochó la falta de sensibilidad hacia las realidades de las pequeñas flotas costeras.
“El sector artesanal está pagando un precio demasiado alto por decisiones adoptadas sin tener en cuenta nuestras particularidades. Necesitamos normas realistas, que garanticen la sostenibilidad pero también la viabilidad de las comunidades que dependen de la pesca”, advirtió Fernández.
Un sector en riesgo de desaparición
Durante su intervención, el responsable de OPP-72 alertó de que muchas embarcaciones artesanales se encuentran al límite, afectadas por restricciones de esfuerzo pesquero, cierres de caladeros y elevados costes de explotación. Según denunció, estas medidas han generado un desequilibrio que favorece a las grandes flotas en detrimento de quienes ejercen una pesca de bajo impacto y con gran arraigo territorial.
Fernández insistió en que la Comisión debe diferenciar entre modelos pesqueros, de modo que la regulación no termine por condenar a las pequeñas embarcaciones, esenciales para la cohesión social y económica de muchas localidades costeras.
Llamamiento al diálogo
El gerente de la OPP-72 subrayó la necesidad de abrir un diálogo real con el sector artesanal, reclamando que Bruselas escuche a quienes trabajan en el mar antes de diseñar nuevas políticas.
“No pedimos privilegios, pedimos justicia. La pesca artesanal aporta empleo, cultura y sostenibilidad, pero no resistirá si se la trata con los mismos criterios que a las grandes industrias”, señaló.
El contexto comunitario
La intervención de Fernández se produjo en un momento en el que la Comisión Europea avanza en la implementación de su Agenda Azul y en nuevas regulaciones de control y sostenibilidad, que generan inquietud entre las flotas más pequeñas. Las RUP y los mercados europeos son especialmente sensibles a estas políticas, al depender en gran medida de actividades que combinan tradición y subsistencia con retos de modernización.
La presencia de Charlina Vitcheva en Las Palmas dio oportunidad a los representantes del sector para exponer sus preocupaciones de manera directa. Aunque la responsable comunitaria defendió la necesidad de garantizar el cumplimiento de los objetivos ambientales, Fernández insistió en que no puede hacerse a costa del sacrificio de la pesca artesanal.
Petición de apoyo específico
Finalmente, la OPP-72 reclamó que la Unión Europea articule fondos de apoyo diferenciados, adaptados a la realidad de la pesca artesanal, y que se establezcan mecanismos de protección que reconozcan su valor cultural y social.
La asamblea del CC RUP y el MAC concluyó con la constatación de que la pesca artesanal sigue siendo uno de los eslabones más frágiles del sector, y que su futuro dependerá de la capacidad de las instituciones europeas para diseñar políticas más inclusivas.
