Los pescadores andaluce están preocupados por la invasión de la alga asiática, dado su asentamiento en el litoral con la amenaza que supone para los caladeros de pesca, según publica El Ideal. Por ello, la UGR alerta de que las altas temperaturas podrían descontrolar su avance e insta al Gobierno a declararlo especie invasora
Cada vez con más frecuencia las mallas lastradas de la pesca de arrastre devuelven decenas de kilos de alga asiática a los pescadores de Motril, que echan sus aparejos al mar. La planta invasora que amenaza el litoral andaluz, especialmente Cádiz, y el Estrecho de Gibraltar, se hace fuerte y se asienta en Granada. Aunque las consecuencias para el litoral granadino no alcanzan la calamidad que viven los marineros gaditanos, los pescadores de Motril están preocupados y ven como esquilma los caladeros.
De acuerdo con Julio de la Rosa, investigador del departamento de Botánica de la Universidad de Granada, ya se puede hablar de que el alga asiática se ha implantado en el litoral. «Esta especie invasora viene de arribazón a través de la corrientes marinas desde Almería y Cádiz. Puntualmente, sí que está afincada en algunos sitios de nuestro litoral, pero no es un desarrollo preocupante como en el Estrecho», señala De la Rosa.
Las zonas en las que se habrían encontrado evidencias de su existencia se localizan, principalmente, en los relieves rocosos cercanos a La Rábita. La semana pasada las jornadas de pesca fueron infructuosos para la cofradía de Motril. Los marineros que acudieron a la zona de La Rábita y encontraron de nuevo toneladas de la invasora asiática. De acuerdo con la versión de los tripulantes del barco, desde la superficie hasta los 360 metros, el agua estaba inutilizada. «El litoral tiene de extensión 75 kilómetros escasos y topar con los arribazones de las algas nos está empezando a generar pérdidas», lamenta Ignacio López, vicepresidente del Mediterráneo de la Federación Andaluza de Pesca.
«El alga asiática se cría entre 0 y 40 metros. La semana pasada echamos las redes en La Rábita y desde la superficie hasta una profundidad de 360 metros la zona estaba inutilizada», explica López. «La regularidad con la que nos encontramos con esta especie es preocupante», añade.
Los pescadores motrileños empiezan a sufrir la consecuencia en sus bolsillos. «Las algas generan un daño ecológico importante en los ecosistemas. Destruyen el hábitat y tapiza los fondos marinos. Afecta a los animales autóctonos», dice López.
«Se empiezan a percibir pérdidas económicas. Empleamos gasolina para ir a los caladeros y salimos con la manos vacías cuando topamos con las algas. El coste se encarece porque nos vemos obligados a buscar otros caladeros y rotar la actividad». El director del Aula del Mar, Pedro Sánchez, apunta que aún no hay proyecto de investigación en marcha en Granada para buscar soluciones a este mal y controlar su expansión, pero destaca que una mesa de expertos ha remitido las conclusiones sobre especies invasores que afectan al litoral a la administración.
Sánchez apunta que prevenir su expansión es muy difícil y mantiene que una buena opción sería subvencionar a los pescadores para que lleven los restos que intercepten a tierra de forma controlada. El director del Aula del Mar advierte que el crecimiento del alga será exponencial y que esta incómoda planta que se instala en el litoral «aparecerá poco a poco» en la costa. «Estamos en invierno, con temperaturas más cálidas el crecimiento puede ser explosivo», anuncia.
Sánchez insta al Gobierno a declarar esta especie como invasora para poder tomar medidas contra su «diáspora». «Las administraciones no están haciendo absolutamente nada por solventar a un problema que se detectó en Andalucía hace cuatro años», sentencia. A este alegato se unen los marineros de Motril, que ven peligrar el sustento que mantiene a sus familias. Los pescadores denuncian que carecen de medios suficientes para sustraer las algas. «No tenemos capacidad en los barcos para almacenar las algas y tendríamos que dejar de pescar para hacerlo. Además, no hay zonas habilitadas para hacer acopio», sostienen. «Sólo tomarán medidas cuando lleguen a la orilla y sean molestos para el turismo», concluyen.
La cofradía de pescadores detectó esta planta a principios de octubre y remitieron la muestra a la UGR. Los investigadores esclarecieron que se trataba del alga invasora. En aquel momento, fuentes de la delegación de Medio Ambiente aseguraron que no había evidencias suficientes para afirmar que la especie asiática esté viviendo en las costas granadinas.
Declaración como especie invasora
El Gobierno central anunció en septiembre de 2019 que catalogaría esta alga de origen asiático como especie exótica invasora. El ejecutivo contrató a los expertos para elaborar un análisis de riesgo, paso previo a comenzar el trámite administrativo para la inclusión del organismo en el catálogo de especies exóticas invasoras, que se hará por la vía de urgencia. La consejera de Agricultura,Carmen Crespo, ha reiterado su petición al ministerio su declaración como especie invasora. Desde el Ejecutivo apuntaron que a principios de este año se producirá esta designación que permitiría «trabajar a todos» para erradicarla planta que tanto está afectando al turismo y a la pesca