La Asociación de Industrias del Bacalao (AIB) critica a algunos industriales noruegos, a los que acusó de «distorsionar el mercado europeo del bacalao» al importar el pescado de Rusia para luego reprocesarlo y exportarlo al resto de Europa.
En un comunicado, AIB acusa a algunos industriales noruegos de «falta de ética» y de «competencia desleal» debido a «la continua importación de bacalao ruso a Noruega, exento de derechos de aduana, que luego es reprocesado y exportado a Europa».
La asociación portuguesa señala que esta práctica, aunque legal según la legislación noruega, «es profundamente injusta para la industria portuguesa y europea» y considera que «es imperativo que esta situación se corrija urgentemente».
Por ello, pide al Gobierno noruego que «reevalúe su política y evite que su sector industrial actúe como canal de salida del bacalao ruso» y a la Unión Europea que «refuerce la vigilancia y aplique normas más estrictas sobre el bacalao procesado en Noruega».
En la misma línea, llama a los industriales noruegos a promover «buenas prácticas para rechazar estas estrategias injustas y contribuir a la transparencia y al equilibrio del mercado».
Como resultado de la insatisfacción ante este desafío para el sector, AIB y sus asociados decidieron no participar en el seminario “El futuro del bacalao”, que se celebra hoy en Lisboa y es promovido por el Norwegian Seafood Council (NSC).
«La decisión se debe a la necesidad de adoptar una postura firme e institucional frente a esta distorsión del mercado que pone en riesgo la sostenibilidad del sector y desconsidera las sanciones europeas contra Rusia», explicó la asociación con sede en Gafanha da Nazaré.
La AIB considera que, con la compra de bacalao a Rusia por parte de Noruega, estas empresas están financiando la economía rusa, «que actualmente es una economía de guerra», mientras otras industrias europeas, incluidas las portuguesas, «cumplen estrictamente las sanciones impuestas a Rusia».
«La importación de bacalao ruso por parte de Noruega y su posterior exportación a la Unión Europea tiene graves consecuencias», como la distorsión del mercado y la inflación artificial de los precios, la competencia desleal y la ruptura de la confianza y las asociaciones.
Citada en el documento, la presidenta del consejo directivo de la AIB, Luísa Melo, afirmó que la acción de hoy no fue tomada a la ligera y que se trata de «una clara protesta contra la falta de ética y la competencia desleal que practican algunos industriales noruegos».
“Portugal y Noruega deben estar del mismo lado, colaborando en la búsqueda de soluciones estructurales que garanticen el futuro de la industria. Ambas partes se enfrentan a problemas comunes, como la reducción de las cuotas de pesca y la necesidad de asegurar la sostenibilidad de los recursos”, destaca la asociación.
AIB fue creada en 1993 y representa a más del 80% de las empresas industriales de bacalao de Portugal, que tienen 2.500 empleos directos y una facturación anual de más de 500 millones de euros.