El Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la Unión Europea (UE) celebrará el lunes y el martes en Vigo una reunión informal centrada en el sector pesquero, en la que debatirá sobre la urgencia y los obstáculos para la descarbonización de la flota.
La presidencia española de turno de la UE ha impulsado un Consejo informal específico sobre pesca con el objetivo de analizar la “necesidad” de acelerar la transición hacia una pesca con menos emisiones de carbono. En las propias sesiones el secretario general de CEPESCA manifestó que presentará el Comité Económico y Social Europeo (CESE), tras ejercer de ponente del dictamen exploratorio sobre la descarbonización de la flota pesquera, un documento del que emanan múltiples mensajes. Como este: “El CESE pide un calendario de descarbonización adecuado y realista en que los avances tecnológicos, logísticos y legislativos vayan de la mano. Lo contrario resultará en un incremento desproporcionado de costes –que convertirían al pescado en un artículo de lujo–, en pérdidas empresariales, en precariedad y en desempleo”. O este otro: “El reto va a ser cómo mantener vivo el sector pesquero y su contribución a la seguridad alimentaria. Es fundamental disponer de un apoyo institucional y de medidas de financiación y crediticias específicas que lleguen a todos los Estados miembros y a sus flotas”.
¿Cómo eliminar los buques de combustión interna para el año 2050, sin ayudas específicas ni flexibilidad en los plazos, sin arrasar al mismo tiempo con el sector? Este será el objeto de debate del Consejo de ministros informal de Pesca de la Unión Europea, que celebrará dos sesiones en Vigo este martes. Encuentro que no genera grandes expectativas en la pesca extractiva, que sí aspira a poner en valor su actividad ante los ojos de los Veintisiete. “Tenemos una oportunidad de oro para mostrar nuestro buen hacer. Podrán ver el funcionamiento de la lonja, cómo trabajan en ella 5.000 personas y cómo todo se ejecuta bajo los máximos estándares de calidad y seguridad”, defiende el presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo, Javier Touza. Él prefiere ver las cosas “en positivo”, sin aparcar por ello la defensa del sector. “Es importante que vean el impacto de sus decisiones, muchas arbitrarias, y cómo repercuten en el día a día de todas las personas que se dedican a la pesca”.
La elección de Vigo ha estado motivada porque se trata del puerto con más descargas pesqueras de España, y por su ubicación en Galicia, primera comunidad autónoma pesquera en la que amarran la mitad de los más de 8.600 buques de la flota española.
Los titulares de Pesca celebrarán una mesa de debate el martes, presidida por el ministro español de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, con la participación del comisario europeo de Pesca y Medio Ambiente, Virginijus Sinkevičius.
También está prevista la participación en la reunión del presidente de la comisión de Pesca del Parlamento Europeo, Pierre Karleskind, y de las asociaciones europeas que representan a los pescadores, a las organizaciones de productores pesqueros y a las mujeres del mar.
Pero en los consejos informales, no decisorios, los ministros aprovechan para hablar de forma distendida sobre asuntos de actualidad y combinan la reunión con visitas, como las que están previstas el lunes, jornada en la que no hay programada atención a los periodistas.
Para el debate central, la presidencia española ha remitido a los Gobiernos un documento en el que les plantea que se posicionen sobre cuáles son las alternativas viables para garantizar la sostenibilidad de la flota de la UE, formada por 61.116 buques, con una media de 30 años, de los que 8.657 son españoles, según fuentes gubernamentales.
España es la primera potencia pesquera de la UE, pero no en número de buques, y su flota atraviesa un momento de encrucijada por la falta de relevo generacional, las normativas ambientales y la inflación.
La presidencia ha considerado que es conveniente acelerar la descarbonización, precisamente, porque la subida de precios del gasóleo han mostrado la “vulnerabilidad” y la dependencia de fuentes energéticas de la flota, según las fuentes.
Pero la presidencia quiere promover una reflexión sobre los “obstáculos” para esa transición ecológica de la pesca y sobre si son suficientes los fondos destinados al sector, con especial atención a la Política Pesquera Comunitaria (PPC) y a los límites a la capacidad que establece.
La PPC regula la flota con un régimen por el que cada vez que “entra” un barco en la actividad “sale” otro o su equivalente en potencia/arqueo, para que no haya sobrepesca.
Tampoco da ayudas a la construcción de buques, lo que el sector considera una traba a la modernización y a incorporar navíos más seguros.
En este sentido, la presidencia española defenderá que se otorguen fondos europeos para la construcción de barcos “acordes con el siglo XXI”, según fuentes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
El diseño de los barcos de menor escala, por ejemplo, dificulta que en ellos se invierta en energías alternativas más limpias, lo que también ocurre con la acuicultura, en la que predominan las microempresas.
Además, España ha enmarcado esta discusión en los objetivos del Pacto Verde europeo, proyecto estrella de la Comisión Europea que pretende que la UE sea una economía neutra en emisiones de dióxido de carbono en 2050.
El debate de Vigo tendrá lugar un día después de que expire el acuerdo pesquero con Marruecos, este lunes, y una semana después de que se haya desbloqueado en el Parlamento Europeo, en Estrasburgo, Francia, la tramitación de la Ley europea para la Restauración de la Naturaleza, que rechazan los agricultores y los pescadores.
La agenda de los ministros incluye, el lunes, una visita al buque escuela de cooperación “Intermares”, cuya gestión comparte el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación con el Ministerio de Defensa, y el martes, de madrugada, a la lonja de Vigo.
