La plataforma digital PescadeGalicia.gal, donde se puede consultar la evolución de la comercialización pesquera en las 65 lonjas de la comunidad, confirmaran, de no haber ninguna variación en el cómputo definitivo, una fuerte caída tanto en las capturas como en el valor de los pescados y mariscos comercializados. El principal culpable, junto a descensos en posibilidades de pesca o la climatología adversa tiene su causa en la pandemia del coronavirus que ha llevado a un cierre de la restauración.
Si en 2019 la flota gallega que descarga en estos 65 puntos de las tres provincias costeras 250 especies distintas por 158.167 toneladas en total, al término del pasado ejercicio, según este portal, la cantidad de pescados y mariscos, en concreto de 252 pescados diferentes, que se comercializaron en primera venta el recién culminado ejercicio bajó 149.657 toneladas, un 5,4 % menos.
Aunque ante esta situación y la gran labor desarrollada por los profesionales del mar, sector esencial que se desvivió por llevar alimentos a las mesas incluso en lo peor del confinamiento, el golpe al valor, al negocio generado por ese esfuerzo descendió en mucha mayor medida que las capturas: de hecho, si hace dos ejercicio se cerró con una comercialización valorada en algo menos que 464,9 millones de euros, la que ofrece el portal de la Xunta sobre la facturación en el pandémico 2020 se limitó a 407,3 millones, un 14,1 % por debajo.
Se les volatilizaron un total de 57,6 millones en un año.
Por especies, la más capturada y vendida en lonja fue, un año más, el jurel, nuestro xurelo, aunque cayendo de 38.568,5 toneladas de 2019 a las 31.836,5 del pasado 2020. Un precio medio mayor en sólo once céntimos por kilo, de 0,83 euros, motivó que el valor en lonja cayese mucho menos, de 27,7 a 26,4 millones de euros facturados.
Otra gran estrella es siempre la merluza, aunque aquí ocurrió a la inversa: la cantidad comercializada en primera venta el pasado ejercicio, 25.987 toneladas, no bajó tanto de las 27.423,7 de 2019; en cambio, se facturó a 3,81 euros de promedio, frente a los 4,09 de hace dos años, lo que redujo los ingresos de 112,1 a 99,1 millones.
En los lirios, en cambio, se pescó y facturó más: en 2020 fueron casi 20.000 toneladas y 15,1 millones los euros, frente a 19.129 toneladas y trece millones y medio de €.
En la xarda común –no la pintada– los por encima de 9.732.265 kilos consiguieron 10.509.540 euros en las lonjas, cuando hace un par de años habían sido 5.988.847 los kilogramos, que vendidos a mayor valor medio, lograron 9.489.966 €.
Los rapantes se mantuvieron en cifras similares, Rapantes , con 6.213 toneladas y 25,6 millones de euros.
Cuidado con el pulpo, porque si en 2019 se capturaban 2.129.527 kilos por un valor de 16 millones, en 2020 apenas se logró la mitad, 1.017.887 kilogramos, por 7,8 millones. ¿Y los percebes? Mucho menos, 225.559 frente a 310.550 kilos, pero con mayor valor medio, 34,20 contra 29,83 euros, redujo el impacto económico, 7,t millones el año pasado, 9,3 el precedente
Descenso en Europa
Igualmente, las lonjas europeas han experimentado su facturación por la pandemia, siendo Vigo la que más baja con un descenso del 50 por ciento de sus descargas. Vigo ha descendido desde aproximadamente 72.000 toneladas a los 36.000 este años. Por su parte A Coruña y Pasaia han descendido un 8 por ciento. Por su parte, Avilés ha subido las descargas un 40 por ciento, producto de la llegada a este puerto de barcos de la flota de anchoa y bonito.
El cierre de los mercados de restauración, la imposibilidad de salida a caladeros exteriores, las medidas restrictivas por el Covid han imposibilitado llevar a cabo una actividad normalizada durante muchos días. Todo ello unido a las dificultades logísticas para la exportación obligaron a los buques a permanecer atracados durante casi ocho semanas en primavera.
Descensos en las lonjas francesas
Igualmente, las lonjas francesas experimentan fuertes descensos en descargas y en el valor de las especies comercializadas. La subasta de pescado de Guilvinec impactada por las dificultades de salir a la mar y de logística. El declive llega al volumen comercializado con un (-17,04% ), con un total de 12.584 toneladas) como en valor (-18,98% ) y en valor con 51,16 millones de euros.
Como resultado, las descargas cayeron un 20% en marzo, 59% en abril y 54% en mayo. Esto siguió a un mal comienzo debido al mal tiempo de principios de año.
El año fue mejor para la pesca a pequeña escala y especialmente para la pesca costera (35 arrastreros). «La flota dirigida a la langosta noruega pasó bien la olas», dice el CCI Metropolitano de Bretaña Occidental, . De hecho, los barcos apenas se detuvieron para alimentar a los mayoristas de pescado y las tiendas de pescado. Además, el precio medio bajó sólo un 2,16%, hasta 4,07 euros por kilo.
Mientras tanto, el precio del pescado de alta mar se mantiene por debajo de lo que era en 2019, incluyendo el comienzo de 2021. El Guilvinec espera con impaciencia la modernización de su subasta de pescado para mejorar la calidad y la productividad, y así aspirar a una mejor relación calidad-precio