La ralentización industrial, que también afecta a las empresas guipuzcoanas, y la ausencia de tráfico de contenedores, que está subiendo en España gracias a las rutas alternativas que esquivan el conflicto del mar Rojo, están lastrando al Puerto de Pasaia este año. El tráfico portuario en la dársena guipuzcoana volvió a caer en mayo, siguiendo el mal arranque del primer trimestre pese al ligero respiro de abril.
Las mercancías cargadas y descargadas en Pasaia han descendido un 7,3% en los cinco primeros meses, afectando a las principales mercancías, y situando al puerto pasaitarra como el quinto de todo el Estado con peor balance. Unas cifras que contrastan con la media estatal, que sube un 3,5%, o con dársenas próximas como Bilbao, donde el tráfico total va creciendo en el acumulado un 11,1% por el tirón de los hidrocarburos. Santander o Vigo también arrojan guarismos en verde.
El descenso en Pasaia se debe al leve enfriamiento de la actividad industrial, con clientes de empresas guipuzcoanas como Alemania, Francia e Italia en una coyuntura poco boyante. De hecho, el último dato de PIB vasco destacaba que Gipuzkoa lidera el crecimiento de la economía vasca tras aumentar la tasa un 1,9% hasta marzo, pero tiraban de ella sectores como los servicios o el turismo, y se hablaba de «parón en la industria». La propia patronal vasca Confebask, en sus últimas estimaciones, hablaba de que el sector industrial, clave en Gipuzkoa, estaba algo «plano». Las exportaciones tampoco han empezado el año con fuerza.
Cifra mágica
Este contexto está afectando al Puerto de Pasaia, muy vinculado a la actividad industrial y la siderurgia, pero que pese a todo confía en revertir en el segundo semestre de año la situación y alcanzar unos tráficos similares a los del año pasado, cuando rozó los 3,5 millones de toneladas, cifra mágica que determina si se cumplen los objetivos. Para ello, sí que Pasaia debe mejorar sus números, ya que al actual ritmo marcado hasta mayo no se lograría el objetivo. El tráfico portuario de 2023 fue bueno, con un crecimiento del 5,5% y llevó las aguas a su cauce tras un 2022 menos satisfactorio debido al estallido de la guerra de Ucrania y su posterior impacto en la industria y la economía, y la huelga de transporte de marzo que afectó mucho a la dársena. Hasta mayo se han descargado en sus muelles 1.405.513 toneladas, 111.000 menos que las 1.516.676 registradas hasta el quinto mes en 2023. En lo que respecta solo a mayo, también hay un descenso de 86.000 toneladas respecto al mismo mes del pasado ejercicio, según los datos de Puertos del Estado.
Pasaia es el quinto puerto de toda España con cifras más bajas y no se beneficia del conflicto del mar Rojo
La caída se da en los distintos tipos de mercancías que transitan por Pasaia, como el tráfico ro-ro (cualquier tipo de buque que transporte cargamento rodado, ya sean automóviles, camiones o vehículos industriales), que también sufre en los cinco primeros meses del año una caída del 7,6%, al pasar de los 275.475 toneladas a las 254.237 de este curso. La mayor bajada, del 22,6%, se da en los graneles sólidos, que caen de 414.000 toneladas a 321.000. También la cifra total de importaciones cae un 11,2%, desde las 978.000 toneladas a casi 869.000. Lo mismo ocurre con las exportaciones, que caen un 2,3%, con 487.000 toneladas. También ha bajado la entrada de buques, con 367 entradas en los primeros cinco meses. En lo que respecta a la lonja de pescado de Pasaia, también se ha notado cierto bajón a raíz de la moratoria francesa a la pesca de febrero y marzo en algunos caladeros para proteger a los delfines del Golfo de Bizkaia.
La tendencia negativa no se da en el conjunto de puertos del Estado, donde el tráfico total portuario ha crecido en lo que va de año un 3,5% en tasa interanual. La situación de violencia en el mar Rojo contra Israel e intereses occidentales, motivada por la Guerra de Gaza, obliga al desvío de rutas marítimas tradicionales y ha aumentado el tráfico de mercancías en los puertos españoles, especialmente en la transportada en contenedor y en tránsito. En Pasaia no hay tráfico de contenedores, por lo que no se beneficia. Estos picos de actividad, tras un 2023 de retrocesos, están siendo gestionados por unos puertos en distintos puntos de España preparados tanto en infraestructuras como en servicios.