El sector europeo de la acuicultura del mejillón ha experimentado un declive económico en las últimas dos décadas, y muchos apuntan al aumento de las importaciones de mejillón procedentes de Chile como una de las principales causas de esta caída. Un reciente estudio de Leonardo Salazar, del Centro Interdisciplinario de Investigación en Acuicultura (INCAR) del Departamento de Economía de la Universidad de Concepción (Chile), pretendía comprobar empíricamente si la competencia chilena ha tenido efectivamente un impacto decisivo en los precios del mejillón en el mercado de la UE.
Utilizando un enfoque analítico riguroso, Salazar aplicó un modelo autorregresivo vectorial cointegrado (CVAR) a los datos de los mercados de importación de mejillones de Italia, Francia y España. El objetivo era comprobar si existe liderazgo de precios y cómo se integra en los distintos mercados nacionales de la UE.
Los resultados del análisis fueron esclarecedores. Se constató que los precios de las importaciones procedentes de Chile, junto con los de otros grandes exportadores como Italia, Bélgica, España, Irlanda y los Países Bajos, son interdependientes y se ajustan mutuamente dentro de un mercado que parece estar plenamente integrado. En otras palabras, los precios se ajustan proporcionalmente con el tiempo a los de los demás países del mercado.
Especialmente significativo es el papel de los precios del mejillón chileno en el mercado francés, a menudo los más bajos entre los principales países importadores. Esta constatación sugiere que los precios en Francia podrían servir de referencia para el resto del mercado europeo.
Por lo tanto, este estudio proporciona una confirmación empírica de que la creciente presencia de mejillón chileno en Europa puede haber contribuido a la presión a la baja sobre los precios, influyendo significativamente en la dinámica del mercado. Además, se observó que los precios del mejillón chileno tienden a marcar una tendencia seguida por otros países miembros de la UE, consolidando aún más la idea de un mercado europeo unificado del mejillón.
Las implicaciones de estas conclusiones son de gran alcance. Si bien la competencia internacional puede beneficiar a los consumidores a través de precios más bajos, también plantea retos importantes para los productores locales que deben competir en un mercado mundial cada vez más integrado.Este escenario plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de las prácticas acuícolas locales y el impacto económico en las comunidades que dependen de esta industria.
El análisis de Salazar no sólo ilumina la dinámica actual del mercado, sino que también abre el camino a debates más profundos sobre cómo la Unión Europea puede equilibrar las necesidades de los consumidores con las de los productores locales, promoviendo prácticas de mercado justas y sostenibles.