Un estudio internacional ha descubierto que los bosques de algas, formados principalmente por macroalgas pardas como el kelp, pueden almacenar cantidades significativas de carbono en los océanos, ayudando a regular los niveles de CO2 en la atmósfera
El cambio climático es uno de los retos más acuciantes de nuestro tiempo y afecta a todos los aspectos de la vida en la Tierra. Si bien la reducción de las emisiones de carbono es una prioridad mundial, existen soluciones naturales que pueden desempeñar un papel crucial en la mitigación del cambio climático. Entre ellas, los bosques de algas se perfilan como poderosos aliados.
La importancia de los bosques de algas
Un estudio internacional ha descubierto que los bosques de algas, formados principalmente por macroalgas pardas como el kelp, pueden almacenar importantes cantidades de carbono en los océanos, ayudando a regular los niveles de CO2 en la atmósfera. Según la investigación, estos bosques transportan cada año unos 56 millones de toneladas de carbono a las profundidades oceánicas, donde puede permanecer atrapado durante siglos o milenios.
Los bosques de algas marinas figuran entre los ecosistemas costeros más extensos y productivos, comparables a los bosques terrestres en cuanto a velocidad de crecimiento y capacidad de secuestro de carbono. Sin embargo, a diferencia de los bosques terrestres, los de algas marinas han sido históricamente desatendidos en las estrategias de «carbono azul» que incluyen los ecosistemas marinos y costeros en los cálculos de secuestro de carbono.
La investigación, realizada por un equipo internacional de científicos, incluidos los del Centro de Ciências do Mar do Algarve (CCMAR) y el Centro de Investigação Marinha e Ambiental, utilizó modelos oceánicos avanzados para rastrear el destino del carbono almacenado por las algas. Los resultados, publicados en Nature Geoscience, muestran que el 15% del carbono capturado por los bosques marinos se transporta cada año a aguas oceánicas profundas.
Este descubrimiento abre nuevas oportunidades para mitigar el cambio climático y subraya la necesidad de proteger, gestionar y restaurar estos bosques marinos. Su pérdida o degradación interrumpe el proceso de captación y transporte del carbono atmosférico en las profundidades marinas, reduciendo su eficacia como sumideros de carbono a largo plazo.
Protección y restauración: una necesidad urgente
Los bosques de algas marinas se enfrentan a una serie de amenazas, como el cambio climático, la contaminación y la sobrepesca. Estas presiones están provocando el declive de las poblaciones de algas en muchas regiones del mundo. Por lo tanto, es esencial tomar medidas para proteger y restaurar estos bosques, asegurando que puedan seguir desempeñando su papel crucial en el secuestro de carbono y el apoyo a la biodiversidad marina.Proteger y restaurar los bosques de kelp no sólo ayuda a combatir el cambio climático, sino que también ofrece numerosos beneficios ecológicos, como el apoyo a la biodiversidad y la protección de los hábitats marinos.Invertir en la conservación de estos ecosistemas es una estrategia ganadora para un futuro más sostenible.