Los barcos de cerco francés celebran la llegada de ejemplares de gran calibre a las costas del golfo de Vizcaya, tras semanas de espera
La temporada de la sardina ha comenzado oficialmente en Bretaña con el esperado regreso de ejemplares de buen tamaño al golfo de Vizcaya. Desde hace una semana, una veintena de barcos bolicheros operan activamente en la zona de la Pointe Bretagne, especialmente en las bahías de Douarnenez, Audierne y La Forêt, tras detectar abundantes bancos de sardinas del calibre 18-25. Después de semanas marcadas por la incertidumbre y la escasez, el retorno de sardinas de buen calibre y en cantidades significativas supone un alivio para el sector artesanal, que depende en gran medida de esta especie tanto para el mercado fresco como para la industria conservera.
Un respiro para el sector artesanal
Los bolicheros de Bretaña, que emplean artes de cerco respetuosas con el medio marino, consideran esta recuperación como un signo esperanzador para una temporada que se presentaba incierta debido a los cambios en la distribución de los bancos y a las condiciones climáticas irregulares.
La sardina es una especie clave en la economía local y en la identidad marítima bretona. Su retorno no solo impacta positivamente en la actividad pesquera, sino que también reactiva la cadena de valor, desde las lonjas hasta las conserveras, pasando por mercados y distribución.
Perspectivas prometedoras
Aunque todavía es pronto para prever el desarrollo completo de la campaña, los primeros indicios auguran una temporada prometedora, con capturas de calidad y un precio que podría mantenerse estable si la oferta continúa en estos niveles.
Desde el sector se insiste en la importancia de la gestión sostenible del recurso, que ha permitido en los últimos años cierta recuperación de los stocks tras periodos de sobreexplotación. La colaboración entre pescadores, científicos y autoridades ha sido clave para equilibrar la actividad con la conservación de la especie.
Mientras tanto, los bolicheros bretones se mantienen alerta y con las redes listas, confiando en que este regreso de la sardina a sus aguas tradicionales marque una campaña positiva tanto en lo económico como en lo ecológico.
“Llevamos una semana pescando estas sardinas de gran calidad”, explicó Yvan Le Lay, portavoz del colectivo de bolicheros, visiblemente satisfecho con el arranque de la campaña.
