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Los barcos de cerco se harán a la mar el 1 de marzo con la costera de la anchoa tras el descanso durante parte del invierno. Una costera, la del bocarte que se está adelantando, al igual que la del bonito, que de mediados de julio, ahora comienza en junio, mientras otras pesquerías como el verdel se están retrasando. El presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Cantabria, César Nates, ha analizado cómo se encuentra el sector y qué esperan de este 2023 . En este sentido, Nates ha explicado que en los últimos dos años los barcos no han sido capaces de agotar la cuota de verdel asignada porque éste se comporta de forma diferente. “El verdel se pega al suelo y no hay manera de sacarlo”, ha explicado.
Sobre las previsiones para este ejercicio, Nates dice que será el año de la incertidumbre porque si durante 2022, con las ayudas al combustible habilitadas por el gobierno central, el gasto se incrementó en un 70%, este año, sin ayudas, “puede ser catastrófico”. Según ha contado durante la entrevista, un barco medio gastó el año pasado unos 40.000 euros más en gasoil debido al incremento de los precios y a pesar de que los consumidores pagan más por el pescado, “ese incremento no se ha refleja en lo que cobran los pescadores”. A esa incertidumbre se suma también algo inédito que se producirá este año 2023 ya que la Unión Europea no ha consignado cuota de chicharro, también conocido como jurel. “Al no poder pescarlo, hay embarcaciones que en 2022 salieron al jurel y ahora irán a bocarte. Esto provocará una distorsión que no sabemos cómo va a afectar” ha detallado Nates. Los científicos realizaron esa recomendación ante la delicada situación de la especie.
A punto de cumplir un año al frente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Cantabria, César Nates que tomó el relevo de Miguel Fernández, nos ha contado que la flota de cerco en Cantabria ha perdido 10 barcos en 10 años, un 25%, pasando de 40 a 30. En su opinión se trata de un problema de relevo generacional ya que los armadores que se jubilan no encuentran quien asuma su puesto cuando sus hijos no asumen esa continuidad. A pesar de esto, el 30% de la anchoa que se subasta en el Cantábrico ha sido capturada por embarcaciones de Cantabria.