Si ya la flota bonitera sólo consiguió capturar el 50 por ciento de la cuota de atún, los barcos de Canarias , a solo dos meses de terminar la campaña en curso, se han mantenido en 538 toneladas este año, la misma cifra que en 2023, y una campaña más parece que va a ocurrir lo de casi siempre, que no se aprovechen todas las capturas autorizadas por el Ministerio de Pesca y repartidas en Conferencia Sectorial.
Así pasó en 2023 y así se apunta que volverá a ocurrir este 2024, salvo que la situación cambie tanto (lo que no sería habitual) en estos dos últimos meses del año y se logren extraer del mar, de aguas de Canarias o cercanas a las islas, las 85 toneladas que aún se pueden pescar, siempre según los datos del balance de descargas con cargo a esa cuota anual servidos a 22 de octubre pasado por la propia Federación Regional de Cofradías de Pescadores, que utiliza un registro oficial.
Esas 85 toneladas que todavía no se han llevado a las cubiertas de las embarcaciones artesanales forman parte de la cuota anual de 2024, que es de 538 toneladas, de las que, a la fecha señalada, se ha capturado el 84%, lo que representa 453 toneladas dentro de las posibilidades máximas (en 538).
Según fuentes consultadas en el sector extractivo artesanal de las islas, las de armadores de embarcaciones que sí han podido capturar las toneladas que tenían asignadas de atún rojo para este 2024, el problema de que año tras año se dejen escapar toneladas de la cuota de atún rojo, las que se pueden pescar y terminan sin ser descargadas en Canarias, tiene mucho que ver con el sistema de reparto de la cuota total para Canarias diseñado por la Consejería de Pesca, pues este asigna derechos a pesqueros muy pequeños, de litoral, sin autonomía ni seguridad para acceder a donde transitan esos cardúmenes.
Este inconveniente dificulta que las campañas puedan ser completadas hasta el 100% de la cuota asignada cada año y, sin duda, es un palo en las ruedas a la hora argumentar la histórica demanda de Canarias sobre tener una cuota anual de atún rojo para la flota artesanal de las islas en torno a las 1.100 toneladas, justo el doble de la que se dispone en estos momentos, tanto en 2024 como en 2023.
Esa petición continua de incremento de cuota, formalizada en tantas ocasiones por el consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria del Gobierno de Canarias, Narvay Quintero, sigue cayendo en saco roto en las negociaciones con el Ministerio de Pesca, en parte porque lo que ya se concede, al menos en los últimos años, no termina de consumirse en su totalidad.
Quintero expone como razones de peso que justificarían ese incremento de cuota el hecho de que Canarias pesca con artes sostenibles (la de caña y anzuelo con cebo vivo, con extracciones pieza a pieza), y es verdad, a lo que une que la flota local pertenece a una región ultraperiférica formada por islas, abierta al mar y sus recursos, y con necesidades reconocidas en la mejora de la renta de sus pescadores, tanto de litoral como de bajura, las dos flotas más importantes en el archipiélago tras la muerte, o casi, de los buques de pesca más industriales: sardinales de cerco, sin ninguno a la vista, y congeladores de cefalópodos, los adscritos a la gallega organización de armadores Anacef, ya muy pocos y solo con puerto base en las islas, en el puerto de La Luz y de Las Palmas.
Derechos a repartir entre 250 artesanales isleños
La cuota de atún rojo, la que permite las capturas de este túnido tan demandado en todo el mundo, se reparte en las islas entre unas 250 embarcaciones, es actualmente de 538 toneladas (2024) y esta cantidad se extrae de la cuota país para esa misma especie, en 7.462 toneladas el mismo año, con un aumento del 10% respecto a 2023. Este incremento no se aplicó al umbral canario, que es el mismo en 2024 que en 2023 y representa el 7,2% del total español.