La flota atunera española, que opera en los caladeros de atún tropical desde la década de los 60 del siglo pasado, defiende que las denominadas reglas de captura cuya adopción están promoviendo las Organizaciones Regionales de Pesca (ORP) que regulan esta pesquería en los tres principales océanos, no serán efectivas si no integran, además de los límites de captura para las tres especies de túnidos tropicales, criterios de reparto que atribuyan cuotas a cada país, según sus derechos históricos, y mecanismos de control y penalización en caso de incumplimiento.
La flota atunera de nuestro país, agrupada en la Organización de Productores Asociados de Grandes Atuneros Congeladores (OPAGAC), defiende este modelo de gestión integral, ya que facilita tomar decisiones de ordenación de stocks a años vista, frente a los modelos actuales de gestión. Estos últimos requieren largas discusiones entre científicos y gestores para adoptar medidas que, según la flota, en la mayoría de los casos no garantizan la sostenibilidad a largo plazo de las poblaciones de túnidos.
Asimismo, la flota valora que la gestión de los recursos contemple circunstancias externas a las propias pesquerías, tales como los efectos del cambio climático, y su impacto sobre la abundancia de los stocks y la dinámica de las pesquerías. Igualmente, la flota reconoce que las reglas de captura aportan valor añadido a la comercialización, al ser condición indispensable para el acceso a ciertos programas de certificación sostenible, tales como el de MSC (Marine Stewardship Council).
La flota apoya especialmente una gestión integral de los tres stocks de túnidos tropicales (rabil, listado y patudo) a través de reglas de control por alinearse con la propia realidad de dichos stocks, capturados de forma conjunta en cada operación de pesca. Sobre este particular es de destacar que la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) y la Comisión de Pesca del Pacífico Central y Occidental (WCPFC) han adoptado medidas integrales que limitan el esfuerzo de pesca, lo que ha garantizado la sostenibilidad de las tres especies a lo largo de los años, frente a la opción de una gestión individualizada con asignación de Totales Admisibles de Captura para cada especie, adoptada por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICAT) y la Comisión de Atún del Océano Índico (CTOI) con unos resultados que no han tenido el mismo éxito.
Esta postura de la flota atunera española ha sido expuesta por Miguel Herrera, gerente
adjunto de OPAGAC, en un taller informativo sobre las estrategias de control de
captura, organizado en el marco del proyecto “Common Oceans” de la Organización de
las Naciones Unidas para la Alimentación y el Desarrollo, en su ponencia “Beneficios y
Retos de las Estrategias de Control de Captura”.
Según Herrera, “defendemos un cambio de paradigma para superar esos largos procesos de discusión en torno a la ciencia y la gestión de los stocks que se traducen en la adopción de medidas de gestión insuficientes y cortoplacistas, en muchos casos mejorables, frente a una visión a más largo plazo. No obstante, -añade Herrera-, demandamos que, de forma paralela a la implantación de este nuevo modelo, las Organizaciones Regionales de Gestión Pesquera establezcan llaves de reparto de los derechos de pesca para todos los stocks de túnidos contemplados en las reglas de control, sin obviar el factor más importante: establecer marcos apropiados de cumplimiento y sanción para aquellas flotas que no respeten las reglas”.
Las reglas de captura se acuerdan previamente con base en los marcos para tomar decisiones respecto a la ordenación pesquera. Los componentes, generalmente, incluyen un programa de seguimiento, un método de evaluación de las poblaciones de peces, puntos de referencia (u otros indicadores de pesca) y reglas de control para la captura.