La granja marina de engorde de atún rojo que tiene previsto instalar frente a Getaria la empresa Itsas Balfegó, una compañía creada por la catalana Balfegó y el centro de investigación AZTI, comenzará su fase de pruebas el próximo 1 de julio. Si se cumplen los planes previstos, ese día entrarán en dos grandes jaulas sumergibles en el mar 50 túnidos a los que se les alimentará durante dos o tres meses mientras se verifica la viabilidad económica y funcional del proyecto.
El siguiente paso, según Juan José Navarro, director adjunto de Balfegó, será el de comenzar con el engorde de miles de atunes. Si la fase de pruebas concluye satisfactoriamente, la empresa tiene previsto que en 2025 pasen por la granja cien toneladas de atunes rojos, una cantidad que en 2026 ascenderá a 300 toneladas.
Las jaulas comenzarán a instalarse entre marzo y abril a unas 3,688 millas náuticas del puerto de Getaria. El único trámite que queda por superar es el de la autorización de la administración de Costas del Gobierno central, que llegará «en breve plazo», según el responsable de Balfegó.
La colocación de la instalación de engorde será rápida. Se estima que los trabajos durarán alrededor de treinta días y están presupuestados en 2,1 millones de euros. El proyecto tiene como objetivo «iniciar la actividad de engorde de atún rojo vivo en Euskadi procedente de capturas realizadas por barcos de pesca en el Cantábrico». Para ello, plantea transferir las capturas en vivo realizadas por pesqueros de cerco «haciendo pasar los ejemplares vivos desde la red de cerco hasta una jaula de transporte flotante en alta mar» para ser trasladados hasta la instalación de engorde, dos jaulas de 50 metros de diámetro.
En su interior, los atunes serán alimentados exclusivamente con pescado azul y «en ningún caso se les administrará alimento compuesto procedente de harinas o aceite de pescado, ni ningún tipo de aditivo o medicamento». Tras unos meses de engorde, se llevará a cabo la extracción de los atunes a cargo de la flota vasca «mediante el sacrificio individualizado de cada ejemplar».
2,1millones
de euros es el presupuesto para la instalación de las dos jaulas de engorde a 3,688 millas náuticas del puerto de Getaria.
La actividad de engorde de atún rojo es habitual en otras latitudes, pero no en el Cantábrico, donde ha prevalecido el arte del cebo vivo, que trae consigo inconvenientes como la necesidad de subir los ejemplares a bordo con un gancho que daña su musculatura. La conveniencia de capturar ejemplares de mediano o pequeño tamaño, así como la duración de las mareas y la capacidad de refrigeración y procesado de los barcos, han provocado que las capturas de este arte no sean óptimamente valoradas. «A causa de esto -señala el proyecto- los armadores de barcos de cebo vivo durante la última década han venido cediendo temporalmente sus cuotas de pesca a otras artes que permiten la generación de un mayor valor añadido y un mejor retorno económico».
Las severas condiciones del Cantábrico, poco favorables al desarrollo de la acuicultura, han obligado a los autores del proyecto a idear una novedosa solución para capear posibles temporales. Para sortear la acción del oleaje, las jaulas, a las que se les colocará una cubierta, podrán sumergirse unos 50 centímetros, lo suficiente para que sus ocupantes queden protegidos de las turbulencias de la superficie. La inmersión se llevará a cabo introduciendo agua de mar dentro del flotador que rodea el perímetro de cada jaula. Cuando lo peor haya pasado, se introducirá aire en el flotador para que la instalación ascienda.
Para sortear la acción del oleaje, las jaulas podrán sumergirse unos 50 centímetros
Otro de los inconvenientes que se ha tenido en cuenta es el de las malas condiciones de navegación durante los últimos meses de otoño y en invierno, que pueden impedir el transporte de la alimentación desde el puerto hasta las jaulas. Para solventar esta dificultad se prevé que el engorde se realice desde la captura de los atunes, prevista para junio y julio, hasta el mes de octubre, cuando los ejemplares sean sacrificados. «Dada la estrategia del proyecto y debido a que las condiciones oceanográficas habituales en invierno impedirían con toda probabilidad llevar a cabo las tareas de alimentación y sacrificio, se optará por un sacrificio concentrado en pocos días, evitando desarrollar la actividad de engorde durante el invierno, obligando a ultracongelar el producto tras su sacrificio y organizar una entrada en el mercado como producto congelado o descongelado», dice el proyecto.
El texto señala que «la producción de atún rojo de engorde supone la generación de un nuevo producto en Euskadi, inexistente hasta la fecha». «A nivel técnico, la acuicultura con jaulas sumergibles deberá permitir el desarrollo de esta actividad en el Cantábrico a pesar de las condiciones menos favorables», principalmente en invierno. A nivel cultural, «se permitirá la creación de un producto de primerísima calidad gastronómica en Euskadi, que hará posible seguir con el desarrollo de la gastronomía como un importantísimo activo cultural, turístico y económico». A nivel social, añade el proyecto, «además de la creación de empleo que genera la actividad, debe también contribuir a mejorar las condiciones de trabajo de la flota extractiva, de forma que vuelva esta actividad más atractiva, permitiendo la fijación de los puestos de trabajo en los puertos pesqueros y en zonas menos industrializadas y pobladas».El destino del producto puede ser tanto el mercado nacional como la exportación a mercados asiáticos, que son grandes consumidores de atún rojo. «En Asia existe un vasto mercado necesitado de productos pesqueros de calidad», señala el proyecto.En cuanto a los aspectos ambientales, los promotores de la iniciativa sostienen que, «al capturar la misma cuota con menos ejemplares de mayor tamaño, se está produciendo un efecto beneficioso para la especie del atún rojo, permitiendo que los ejemplares pequeños y medianos contribuyan con su reproducción durante más años».