La crisis climática continua podría causar al turismo en arrecifes la pérdida de ingresos de más del 90%, mientras que se prevé que algunos países de África Occidental vean disminuir la población de peces en un 85%, según un análisis pionero de los impactos climáticos, país por país, en los sectores oceánicos claves, publicado coincidiendo con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25) en Madrid.
Así se desprende del informe ‘Los impactos que se esperan de la crisis climática sobre la economía oceánica’, elaborado por encargo del Panel de Alto Nivel para una Economía Oceánica Sostenible, compuesto por 14 primeros ministros y presidentes, en el que se evalúa los impactos climáticos globales y locales que afectan a tres de las fuentes más grandes de ingresos y trabajos basadas en el océano: turismo en arrecifes de coral, pesca de captura salvaje y acuicultura marina.
El análisis del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, en inglés) detalla los graves y amplios impactos que la crisis climática tendrá sobre el océano y la economía oceánica y solicita una respuesta vanguardista, cooperativa y equitativa a nivel mundial para manejar los impactos de la crisis climática sobre la economía oceánica.
En el mismo, se alerta de que el turismo en arrecifes se verá gravemente afectado por la crisis climática. En el análisis país por país, se detalla que, si no se toman medidas, provocará pérdidas de ingresos de más del 90% en todas las regiones para el año 2100, aumentando a un promedio de 95% en Egipto, Indonesia, México, Tailandia y Australia, hogar de las cinco industrias más grandes de turismo en arrecifes.
Advierte, en este sentido, de que incluso si se toman medidas para disminuir las emisiones de carbono, aún se espera que la industria sufra pérdidas económicas de hasta un 66%.
Por medio del uso de nuevos modelos para evaluar los impactos a niveles de país y región, el análisis se basa en estimaciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de que las disminuciones causadas por el clima en la salud del océano, costarán a la economía mundial 428.000 millones de dólares (más de 385.400 millones de euros) y 1,9 billones de dólares (1,78 billones de euros) para el año 2100.
Enfatiza que, mientras que la gravedad varía significativamente en los distintos países y escenarios climáticos, los que se verán más afectados serán los países en desarrollo que se encuentran a lo largo de la línea del ecuador. Han sido, además los que menos han contribuido a la condición actual del sobrecalentamiento global y, a menudo, se basan en el turismo en arrecifes y poblaciones de peces para mantener el sustento local y garantizar la seguridad alimentaria.
También se advierte en el estudio de la extensión a la cual los peces migrarán hacia aguas más frías a medida que el océano se calienta y se hace más ácido según los escenarios climáticos futuros. Esto amenazará a las comunidades pesqueras en algunas regiones y aumentará la probabilidad de que existan conflictos relacionados con los recursos cambiantes.
En sus conclusiones, se destaca la urgencia de tomar medidas para frenar las emisiones mundiales de carbono, junto con un planteamiento adaptativo a la gestión de los recursos oceánicos para combatir el aumento esperado en las inequidades socioeconómicas. De hacerlo, se subraya, no sólo se mejoraría la resiliencia y el futuro de estas industrias vitales, sino que también se mejoraría las ganancias.
Así, se enfatiza la importancia de la gestión adaptativa de la pesca y de nuevos acuerdos cooperativos a través de las fronteras nacionales, regionales e internacionales para garantizar que las especies sean bien manejadas a medida que cambian los hábitats apropiados.
Aunque se destaca que muchos países podrían mantener o mejorar las ganancias y capturas en el futuro a través de este planteamiento, el análisis resalta que ni las mejores reformas a la pesca podrán compensar los escenarios más negativos de la crisis climática.
ACUICULTURA MARINA SOSTENIBLE
En estas circunstancias, defiende que el desarrollo de la acuicultura marina sostenible y resistente al clima podría ser una parte importante de la solución para algunos países. Para ayudar a preservar la industria del turismo en arrecifes, aboga por mejorar la resiliencia de los ecosistemas oceánicos a través de la conservación y restauración y otras medidas, como disminuir el impacto climático del turismo.
Steve Gaines, co-autor del análisis y representante del Grupo de Expertos de Alto Nivel –conformado por investigadores y analistas políticos con experiencia–, ha recordado que ahora se empieza a entender «toda la fuerza con la que el sobrecalentamiento global continuo golpeará a nuestras industrias oceánicas claves» y ha subrayado que es «escalofriante».
«Para evitar una crisis económica inminente, una devastación generalizada de las comunidades, hambruna y conflictos por los recursos en las décadas venideras, debemos restaurar la salud del océano de manera inmediata. Eso significa tomar medidas rápidas y ambiciosas para frenar la crisis climática, al mismo tiempo de aliviar las otras enormes presiones que ponemos al océano. Afortunadamente, las acciones osadas hoy en día, podrían tener enormes beneficios para la mayoría de los países», ha alertado.
Por su parte, el presidente de Ghana, Nana Akufo-Addo, ha recalcado que es «vital» replantearse cómo manejar los recursos marinos «a medida que las especies entran y salen de nuestras aguas, no sólo para nuestra producción sostenible de alimentos y nuestra prosperidad, sino que para nuestra propia supervivencia a mediano plazo».
El primer ministro de Jamaica, Andrew Holness, ha enfatizado que «casi un cuarto» de la economía jamaicana se basa en el turismo para subrayar que es «imperativo» tomar medidas «rápidas» para evitar estos impactos «catastróficos» a sus arrecifes de coral.
Finalmente, Eric Schwaab, vicepresidente senior de Oceans, Environmental Defense Fund y miembro de la Red de Asesoría del Panel de Alto Nivel, ha alertado de que «la magnitud de las pérdidas será sustancial si no somos capaces de tomar medidas sobre la gestión de pesca y la crisis climática en conjunto».
«Si limitamos las emisiones de carbono y hacemos un seguimiento rápido a la gestión sostenible y adaptativa de la pesca, el océano aún podrá ser una fuente importante de alimentos, nutrientes, sustento y bienestar para miles de millones de personas alrededor del mundo», ha zanjado.