La campaña se ha alargado un mes más que en 2024 y se ha vendido el bonito entre 0,50 y 0,60 €/kg más que el año pasado situando el precio medio en 4,5 a 4,6 euros kilo; el sector defiende su gestión sostenible mientras alerta sobre el futuro del verdel frente a la presión de Noruega y Feroe.
La costera del bonito del Norte (Thunnus alalunga) toca a su fin en Euskadi con un balance claramente favorable para la flota de bajura. Según los datos manejados por las cofradías guipuzcoanas, la flota vasca ha sido capaz de consumir en torno al 68,71% de la cuota disponible, un nivel de ejecución que el propio sector interpreta como una demostración de gestión responsable y de la buena localización del recurso durante gran parte del verano. Los arrantzales han pescado 17.868.758 kilos sobre una cuota total de 26.004.730 kilos “La consecución del 68,71% de la cuota demuestra, una vez más, la gestión sostenible que viene haciendo el sector pesquero vasco”, subrayó Emeterio Urreisti, presidente de la Cofradía de Getaria, que quiso poner el dato en contexto europeo: “Irlanda ha agotado su cuota y Francia ni siquiera consiguió aproximarse al tope de capturas con sus redes de arrastre pelágico, no selectivas para nosotros”.
Amaia Barredo, consejera de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca del
Gobierno Vasco, considera que la “recién finalizada campaña del bonito ha sido muy
buena, tanto en lo relativo a capturas como a tamaño, calidad y precio”. Según Barredo
“aunque loa flota vasca no haya capturado el total de la cuota asignada, el TAC es de las
más grandes de los últimos 25 años. El porcentaje puede parecer engañoso pero las
capturas son muy importantes”.
La campaña de bonito de la flota vasca ha tenido una duración de 5 meses y medio
desde que empezó a mediados de mayo con las primeras descargas de la flota de Bermeo
en el puerto de Avilés. Ayer jueves finalizó y la última descarga de la semana pasada
tuvo como escenario el puerto de Getaria. Alguno de los barcos participantes pesca
ahora, durante este mes de noviembre, sardina y chicharro.
De los kilos capturados (17.868.785 kilos) por las flotas autonómicas del norte peninsular,
la flota vasca ha capturado 10.759.127 kilos, es decir, el 60,20% de las capturas
realizadas por la flota de todo el Estado. “Un año más se constata la importancia de la
pesquería del bonito para la flota vasca y la relevancia de las capturas de nuestros barcos
en el total estatal” destaca Amaia Barredo.
De los 10.759.127 kilos capturados por la flota vasca, 7.626.484 kilos han sido
desembarcados en lonjas de Euskadi: el 71%. Los 10.759.127 kilos capturados y
desembarcados por la flota vasca han supuesto un valor, en primera venta, de
42.935.247,56 euros con un precio medio de 4,00 euros/kilo. “Un buen precio al pescar
un bonito de buen tamaño entre 10-12 kg” recalca Barredo quien estima que “tanto para
la flota de cacea de Bermeo como para la de cebo vivo, una técnica más habitual en
Gipuzkoa, la pesca ha sido buena. Los dos sistemas de pesca han tenido una campaña
muy positiva” estima Amaia Barredo.
Más tiempo en la mar y mejor precio
A diferencia del pasado año, la campaña de 2025 se ha prolongado aproximadamente un mes más, lo que ha permitido escalonar las descargas y evitar saturaciones bruscas en las lonjas. Ese ritmo de ventas se ha traducido en precios sensiblemente superiores a los de 2024, moviéndose en la franja 4,5 a 4,6 euros kilos al subir de 0,50 a 0,60 euros por kilo este años frente a los 4 euros kilo del pasado año, un nivel que las cofradías consideran “correcto” para una campaña con captura notable gracias a los acuerdos alcanzados entre flotas.
La prolongación de la costera no ha impedido, sin embargo, que en los últimos días se apreciara el cansancio de la pesquería: “Durante el día de ayer, 12 barcos de la flota guipuzcoana atracaron en Getaria sin capturas, después de haber encontrado las aguas muy frías que imposibilitaron realizar descargas”, explicó Urreisti. Ese enfriamiento de las aguas —habitual en los compases finales de la campaña— suele dispersar los cardúmenes y hace más costosa la localización del pescado.
Un marco de cuotas que da oxígeno
La cuota estatal de bonito para España en 2025 quedó fijada en 26.004.730 kilos, dentro de una gestión trienal 2024-2026 que otorga a la Unión Europea un TAC total de 35.815,9 toneladas. Ese TAC llegó a incrementarse un 25%, lo que ha permitido que, aun con una buena campaña, no se haya llegado al agotamiento total. Dicho de otro modo: había margen suficiente y la flota vasca ha sabido aprovecharlo sin tensionar el recurso.
Ese es precisamente el argumento que el sector quiere trasladar: un porcentaje de ejecución del 68 % no es un fracaso, sino la prueba de que se pesca lo que el mercado puede absorber y lo que el recurso permite en condiciones sostenibles. Más aún si se compara con otros Estados miembros que, o bien agotaron rápidamente su cupo (caso de Irlanda), o bien no lo alcanzaron pese a usar artes menos selectivas (caso de Francia con el arrastre pelágico).
Buen año también para verdel y anchoa
El cierre de la costera de bonito coincide con un registro positivo de capturas de verdel (caballa) y anchoa, dos especies clave para la bajura vasca, que en 2025 sí agotaron las cuotas disponibles. Ese buen comportamiento ayuda a equilibrar la campaña anual de las embarcaciones y a repartir los ingresos más allá del pico estival del bonito.
No obstante, el sector ya mira a 2026 con preocupación. La futura asignación de los totales admisibles de captura (TAC) de verdel es una incógnita y las cofradías temen que los barcos pequeños, muy dependientes de esta especie de primavera, “tengan un futuro muy complicado si se reduce la pesca del verdel”. Urreisti fue claro: “Necesitamos que Europa nos defienda ante la actitud acaparadora de Noruega e Islas Feroe con esta cuota”.
Sostenibilidad el eje.
Tras varios ejercicios en los que el bonito ha mostrado buena disponibilidad en aguas del Cantábrico-Noroeste, las organizaciones vascas quieren capitalizar este 2025 como ejemplo de que la bajura local cumple con las reglas, pesca con artes selectivas (anzuelo y cacea) y ajusta el esfuerzo cuando las condiciones oceanográficas —como esas aguas más frías— lo exigen.
El hecho de que la campaña se haya podido alargar un mes respecto a 2024 y que, aun así, no se haya precipitado el cierre por agotamiento del cupo, refuerza la idea de que la planificación funciona y de que el tramo final puede utilizarse para “rascar” algo de cuota sin que el mercado lo castigue con precios bajos.
La sombra, apuntan las cofradías, está en Bruselas y en las futuras negociaciones de caballa/verdel. Si la UE no logra contener el apetito de Noruega y Feroe en esa especie, las pequeñas embarcaciones vascas —que ya operan al límite de su rentabilidad— podrían ver muy comprometido su primer trimestre de 2026. Y un mal inicio de año, recuerdan, se nota luego en toda la campaña.
Por lo demás, el sector se permite cerrar la costera de bonito con un mensaje de satisfacción: “ha sido una buena campaña y, sobre todo, una campaña ordenada”. Que en pesca, casi siempre, es la mejor noticia.
Resumen
Refuerzo del relato de pesca vasca sostenible y selectiva.
68,71% de la cuota estatal ejecutada por la flota vasca.
Precios mejores que en 2024 (0,50–0,60 €/kg más que en 2024 situando un precio medio de 4,5 a 4,6 euros kilo).
Un mes adicional de actividad respecto al año pasado.
Correcto comportamiento de verdel y anchoa.
