La acuicultura es indispensable para la producción de alimentos, consiguiendo que haya pescado para todos, al mismo tiempo que fomenta la creación de empleo. De hecho, el sector acuícola ofrece diversidad de perfiles profesionales: biólogos, veterinarios, buceadores, ingenieros acuícolas, técnicos en calidad, perfiles administrativos, entre otros. El 85 % de los empleos se generan en el entorno local, lo que contribuye de manera directa al desarrollo de áreas rurales como en el caso concreto de Castilla y León, donde la acuicultura ha impulsado notablemente la economía local. Las mujeres representan el 25%, porcentaje que aumenta hasta el 63 % en la industria de transformación y donde también tienen un papel significativo es en el área de investigación.
Acuicultura de España, iniciativa que aglutina al sector acuícola español dedicado al cultivo sostenible de pescados y algas en mares y ríos, presenta los datos de empleo del sector acuícola, un índice que permite demostrar cómo la acuicultura es clave en el desarrollo socioeconómico de las comunidades locales.
En España, la acuicultura genera más de 10.200 empleos directos, además de los empleos indirectos derivados de la actividad y que beneficia a miles de familias y municipios en todo el territorio nacional. En este contexto, la acuicultura no solo refuerza la producción de alimentos, consiguiendo que haya pescado para todos, sino que también fomenta la creación de empleo en toda la cadena de valor (transformación, distribución, turismo, hostelería…) consiguiendo aumentar la población activa, especialmente en zonas donde las oportunidades de trabajo son limitadas.
A nivel mundial, en 2022 se estima que 22 millones de personas trabajaban en el sector de la acuicultura, representando el 36 % de la mano de obra global en pesca y acuicultura. El 85 % de los empleos en acuicultura en España se generan en el entorno local, lo que contribuye de manera directa al desarrollo de infraestructuras y servicios en áreas rurales y de la costa. Concretamente, en regiones como Castilla y León, donde se concentra el 25 % de la producción nacional de trucha arcoíris, la acuicultura ha impulsado notablemente la economía local. Además, esta actividad permite el crecimiento de la población en áreas rurales y la diversificación económica.
Perfiles laborales
Los perfiles laborales en la acuicultura son muy variados. Además de trabajadores especializados en las granjas acuícolas, el sector ofrece oportunidades a profesionales muy diversos, desde biólogos, veterinarios, buceadores, ingenieros acuícolas, técnicos en calidad hasta perfiles administrativos, o en digitalización y tecnologías de la información, entre otros. Estos empleos no solo se limitan a las áreas productivas, sino que abarcan la investigación, la innovación, el control de calidad y la comercialización, lo que convierte a la acuicultura en un sector dinámico y con un alto potencial de innovación/desarrollo.
Por otro lado, en España, las mujeres representan el 25% de los trabajadores dedicados a la acuicultura, porcentaje que aumenta hasta el 63 % en la industria de transformación de productos acuícolas y pesqueros (procesamiento, envasado y comercialización de productos), un porcentaje significativo que subraya la importancia de su participación en este sector. Sin embargo, uno de los principales desafíos del sector es lograr un equilibrio real en la inclusión de las mujeres; por ello, es necesario seguir fomentando la igualdad de género en el sector. Donde sí destaca especialmente el papel de las mujeres es en la investigación e innovación relacionadas con el sector acuícola, donde desarrollan un amplio abanico de actividades científicas y tecnológicas, desde la dirección de proyectos de I+D+i y el control de calidad de los productos acuícolas, hasta el asesoramiento técnico y la realización de análisis. Gracias al desarrollo de la acuicultura, surgen nuevas oportunidades para aumentar la presencia de las mujeres en roles más especializados, lo que favorece una mayor diversidad y sostenibilidad a largo plazo.
Es importante destacar que los productos procedentes de la acuicultura ya suponen el 57% del consumo de pescado a nivel mundial, superando por primera vez a la pesca extractiva, según los últimos informes de la FAO. Por lo tanto, la acuicultura se ha convertido en una actividad fundamental para la economía mundial y se consolida como una fuente significativa de empleo, contribuyendo de manera directa e indirecta a revitalizar las zonas rurales, donde se establecen las granjas.
En palabras de Javier Ojeda, gerente de APROMAR: “El crecimiento sostenible de la acuicultura es una oportunidad única para dinamizar la economía de las comunidades locales, generar empleo y mejorar las condiciones de vida en zonas tanto rurales como costeras”. Y añade: “Nuestro sector trabaja para continuar creciendo y contribuir con ello al desarrollo sostenible de la economía y la protección del medio ambiente; no obstante, precisa de políticas públicas que promuevan esta estrategia de crecimiento”.