Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Stirling ha arrojado luz sobre los importantes beneficios que la acuicultura a pequeña escala puede aportar a las comunidades rurales africanas, especialmente en Zambia
A través de una amplia investigación, se descubrió que la integración de la piscicultura en las prácticas agrícolas no sólo diversifica los medios de subsistencia, sino que también desempeña un papel crucial en el aumento de la seguridad alimentaria y la mejora del estado nutricional de las poblaciones.
La adopción de la acuicultura ha demostrado ser un factor de cambio para los agricultores locales, permitiéndoles no sólo diversificar sus fuentes de ingresos sino también enriquecer significativamente la variedad de su dieta. Esta transformación representa un avance notable en la forma en que las comunidades rurales pueden asegurar sus medios de subsistencia, yendo más allá de la generación de ingresos para crear un sistema agrícola más resistente y sostenible.
El estudio descubrió que los hogares que se dedican a la acuicultura tienen el doble de probabilidades de satisfacer sus necesidades alimentarias gracias a un mayor acceso físico y económico a los alimentos. La venta de pescado permite a los agricultores permitirse una dieta más variada y nutritiva, mientras que el consumo directo de pescado de sus propios estanques proporciona una valiosa fuente de proteínas y micronutrientes esenciales.
Los resultados del estudio subrayan la importancia de la acuicultura como estrategia clave para combatir la inseguridad alimentaria y nutricional en el continente africano. La incorporación de estanques dentro de un sistema agrícola integrado permite una diversificación de la producción que beneficia no sólo a los hogares implicados, sino a comunidades enteras, promoviendo la creación de sistemas agrícolas sostenibles y autosuficientes.
Este estudio constituye un punto de referencia para los responsables políticos y los organismos de desarrollo comprometidos con la mejora de las condiciones económicas y nutricionales de las regiones en desarrollo. Ofrece orientaciones claras sobre cómo ir más allá de los métodos agrícolas tradicionales adoptando enfoques más integrados, destacando la necesidad de considerar el impacto en la seguridad alimentaria y la calidad de la dieta tanto como en la productividad.