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sábado, diciembre 21, 2024
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Javier Garat: ‘Desde un despacho en Bruselas es muy fácil tomar medidas que no afectan a tu bolsillo’

Texto: Juan Manuel Moreno

La pesca española ha solicitado un plan de choque para hacer frente a la subida del gasóleo. Por ello se piden ayudas inmediatas a la Comisión Europea, después que muchas flotas iniciaran el paro. La subida histórica pone en riesgo de viabilidad al sector. De ahí que Europa Azul haya decidio entrevistar a Javier Garat que lleva ligado a la defensa de los intereses de los pescadores desde 2001. Es secretario general de Cepesca, presidente de Europêche, y presidente de la Coalición Internacional de Asociaciones Pesqueras (ICFA), entre otras muchas responsabilidades y méritos. Se trata de uno de los andaluces más influyentes en Bruselas en asuntos pesqueros y es una de las voces más autorizadas del sector.


-La pandemia ha servido para demostrar el carácter esencial de la pesca ¿qué sensación deja esa realidad?

Por un lado se ha producido un reconocimiento mundial de la importancia del sector pesquero como esencial y estratégico. El sector siguió con la actividad asumiendo los riesgos sanitarios, sin el equipamiento y la información que ahora tenemos. Sufriendo casos de barcos confinados y obligados a parar.Los españoles debemos estar muy orgullosos de nuestro sector pesquero. Los ciudadanos hemos podido seguir alimentándonos bien gracias al mar y al campo, y ni al mar ni al campo se les está tratando bien. Frustra mucho que después de este sacrificio y de este reconocimiento social, lleguen las negociaciones en la Unión Europea, para establecer cuotas o para desarrollar políticas, por ejemplo, y los aspectos socioeconómicos queden olvidados y piensen exclusivamente en los aspectos medioambientales.


El ecologismo se abre cada vez más hueco en el principio de la triple sostenibilidad. Ahí están el Pacto Verde, la Estrategia de Biodiversidad, los objetivos de descarbonización, el paquete ‘Fit for 55’, la propuesta para gravar el gasóleo pesquero, el reglamento de control… Hay muchas iniciativas legislativas que, en lugar de facilitar la actividad esencial al sector pesquero, nos ponen cortapisas.
Iniciativas que están influenciadas por campañas de ecologistas, animalistas, veganos, grupos de presión que quieren que se deje de consumir pescados y mariscos. Algo que sería una auténtica barbaridad desde el punto de vista de la salud, porque están totalmente demostrados los beneficios para la salud de los productos pesqueros y porque tendría un fuerte impacto en el gasto público sanitario.


Hay qué hacer mucha pedagogía aún de los bienes de los productos del mar.


Hay mucha demagogia, mucho sectarismo, mucha ideología y mucho desconocimiento de la realidad y esto lleva a la confusión de los consumidores. Por supuesto, hacen falta más campañas informativas y nosotros ponemos nuestro granito de arena como sector, pero es fundamental que se impliquen las administraciones. Y, por supuesto, desde la educación. Un ejemplo de esto es el proyecto Educasano, impulsado por nuestros colegas de Vigo imitando el modelo japonés, consistente en introducir en el sistema educativo una asignatura que atendiera a la formación de hábitos saludables incluyendo los beneficios de pescados y mariscos.


El confinamiento supuso un repunte del consumo de productos pesqueros, ¿cómo lo valora?


De los doce años anteriores antes de la pandemia se desprende que el consumo de pescado en hogares descendió un 20%, algo que es una barbaridad.

Durante el confinamiento, con el canal Horeca cerrado, el consumo en hogares ha subido. Hemos tenido tiempo de estar con la familia, de meternos en la cocina, de encargar el pescado y cocinar en familia. Ojalá esos hábitos recuperados durante el confinamiento sigan ahí. Pero me da la sensación, porque aún no tenemos los datos, que el consumo en hogares no ha compensado el cierre del canal Horeca, es decir, que no hemos recuperado el consumo anterior. Por tanto, es muy importante aumentar las campañas que fomenten el consumo de los productos del mar.

«Los españoles deben estar orgullosos de su sector pesquero»

¿Le constan denuncias de importaciones de pesca ilegal para atender el aumento de la demanda en pandemia?

Las importaciones son muy importantes para España y la UE, las necesitamos para atender nuestra demanda. En primer lugar, nuestras empresas con inversiones en terceros países cumplen con los mismos estándares que cumplimos nosotros aquí. Y desde luego, también hay operadores de terceros países que hacen bien las cosas. Lo que hay que impedir es la importación de productos ilegales y de prácticas que no cumplen los requisitos mínimos de ámbito social. Nos referimos, por ejemplo, a respetar el convenio 188 de la Organización Internacional del Trabajo, que se hizo para garantizar unos estándares mínimos de condiciones sociales a bordo de los barcos. Y sabemos que hay producción en situación de semiesclavitud, de trabajos forzosos, con unos costes de producción muy inferiores a los nuestros. Y al final, el pescado que se captura así, también entra en nuestros mercados, debido a acuerdos europeos con terceros países, a contingentes arancelarios existentes… y ahí es donde la UE debería ser mucho más severa en aras de nuestra competitividad. Aquí tenemos que ser los mejores del mundo, tenemos los estándares más altos del mundo, nos ponen mil trabas y requisitos, y a los que vienen de fuera no les están exigiendo tanto como a nosotros.


¿Pasará lo mismo con los pescadores tras el Brexit? ¿Considera que se han hecho demasiadas concesiones de difícil marcha atrás en la negociación?

En la negociación del Brexit con el Reino Unido, sin duda, hemos perdido. También sus pescadores consideran que han perdido. Pero nosotros hemos perdido porque a día de hoy tenemos menos posibilidades de pesca que antes del Brexit. Es cierto que nuestras capturas históricas y nuestra presencia en aguas británicas es inferior que la de otros países europeos que han sufrido un impacto mayor. Pero esto no ha terminado, ahora estamos en un periodo transitorio de cinco años y medio donde se ha acordado que todo permanezca más o menos igual pero con menos cuota, pero cuando este plazo acabe se pueden revisar las condiciones de acceso. Y eso supone que pueda haber menos barcos pescando allí. Ahí la Unión Europea deberá poner en valor el acceso al mercado europeo, y si nos limitan el acceso a sus aguas habrá que limitarles el acceso a nuestro mercado, que para ellos es clave.
Mientras Michel Barnier fue el jefe de negociación se defendieron muy bien nuestros intereses, pero cuando se cambió al equipo de la negociación, en los momentos finales, llegaron las cesiones. Incluyendo una sorpresa mayúscula, que fue la cesión sobre el bacalao de Svalbard, que a nuestros bacaladeros le ha hecho mucho daño.

Otro ejemplo de esa debilidad negociadora hacia el exterior que contrasta con el rigor a nivel interno es el plan para el Mediterráneo.


No negamos que haya especies explotadas en estas aguas, y aunque no nos gustaba ese plan se puso en vigor. En el tiempo que lleva vigente este plan se han reducido los días de pesca un 20%, ahora se ha añadido un 6% adicional, se han cerrado un montón de zonas de forma permanente para la pesca de arrastre, y se han establecido una serie de zonas con cierres espacio-temporales para proteger juveniles de distintas especies, y ahora con el nuevo acuerdo de TAC se ha metido un tope de captura para la gamba roja y unas medidas para el palangre de fondo.
Todo esto para nosotros es claramente excesivo. Nuestro planteamiento, y el gobierno español lo defendió, gesto que aplaudimos, es que ya hemos hecho todos los sacrificios y esfuerzos que están poniendo al límite a nuestras empresas familiares y a pescadores, estamos hablando prácticamente de pesca de subsistencia, y tras estos sacrificios aún no hay una evaluación científica del impacto de todas las medidas ya aplicadas. Creemos que los primeros resultados indican una tendencia de mejora de las poblaciones de peces, pero necesitamos saber cómo está la situación en su conjunto. No obstante, sin hacer esa evaluación siguen metiéndonos recortes adicionales. Después de perder 13.800 jornadas en 2020 por el Covid, superamos el 25% con creces. Que a cualquier empresa le quiten el 25% de su producción es una barbaridad.

El comisario Sinkevicius ha visitado puertos españoles pero sigue sin sensibilizarse.

A pesar de las visitas y comentarios directos que el propio sector le ha manifestado a pie de puerto, sobre cómo este reglamento les está llevando al límite, a pesar de eso no hay sensibilidad. Desde un despacho en Bruselas es muy fácil tomar medidas que no afectan a tu bolsillo. Si visitas los puertos y hablas con la gente, te das cuenta de que no estamos hablando de cosas sin fundamento, sino de la economía real, de gente que necesita la actividad para comer. Está muy bien estar comprometidos con la biodiversidad, pero hay que hacerlo en equilibrio con los recursos naturales y con la seguridad alimentaria, y para ello necesitamos seguir pescando y que nos den facilidades.
La evolución de los últimos años en el sector pesquero español se ha dado un cambio radical en cuanto a ese compromiso de sostenibilidad ambiental. Es algo que a mí personalmente me han reconocido los ministros de Agricultura, de Transición Ecológica y directores de WWF y de Seo Birdlife. Y esto es algo que no vemos luego reconocido en las políticas pesqueras.

“Hay mucha demagogia, sectarismo y desconocimiento contra la realidad del sector pesquero”


Sinkevicius dice: “más peces, más negocio”. ¿Cómo de cerca o de lejos está esto de la supuesta triple sostenibilidad que debe marcar la Política Pesquera Común?


La política de los últimos años ha estado claramente focalizada en lograr los objetivos medioambientales, y el ámbito socioeconómico se ha olvidado por completo. Ahora se está logrando que se empiece hablar de la dimensión social de la pesca desde alguna ONG y en la Comisión Europea, pero si ponemos esto en una balanza, lo medioambiental tiene mucho más peso.
Sin embargo, la pesca artesanal tampoco se considera suficientemente valorada.
Yo siempre digo que necesitamos todo. La diversidad y la flota artesanal, la de altura, la de bajura, todas. Hay que cuidar toda la flota. En 2020 se capturaron casi 800.000 toneladas de pescados y mariscos. La flota artesanal en España captura entorno a 150.000 toneladas, el resto lo captura el resto de flota de bajura, los cerqueros, los palangreros, los arrastreros, la flota de altura que pesca en aguas españolas y europeas, y la flota que pesca en terceros países y en alta mar. Es una cantidad muy grande la que se pesca fuera de la flota artesanal. Algunos, tipo Greenpeace, pretenden acabar con la pesca no artesanal, y esto sería insostenible. Además, el arrastre es el motor socioeconómico de la mayoría de los puertos de bajura que tenemos en España.

¿Por ello han constituido la Alianza Europea de Pesca de Fondo (EBFA)?


Claro. Contamos ya con asociaciones de 14 estados miembros de la UE, y tiene como objetivo contar la realidad de cómo es el arte de arrastre hoy, frente a las malintencionadas informaciones, y evitar que las próximas novedades legislativas europeas vayan contra la pesca de arrastre. Están diciendo que estamos en ecosistemas marinos vulnerables, que pescamos en fondos con poseidonias, con corales… y la realidad es que eso está completamente prohibido desde hace tiempo. Nuestros barcos de arrastre solo pueden pescar en fondos arenosos y de fango, donde el impacto ecológico es muy inferior. Yo lo comparo con el arado en la tierra. Si un tractor ara en un campo de cultivo no solo no pasa nada malo, sino que es necesario. Y si lo hace en un campo de flores preciosas se las cargará. En el mar es igual. Pescamos en fondos de arena, donde se capturan especies que de otra manera no estaría en nuestros platos: langostino, gamba roja, gamba blanca, galera, fletán negro, puntillitas… o especies que se pueden capturar con otras artes pero en cantidades muy pequeñas. Acabar con el arrastre tendría un impacto brutal en nuestra dieta, en nuestra cultura.


Villauriz aludió a la posibilidad de incluir nuevos criterios sociales en el reparto de cuotas. ¿Qué expectativas y preocupaciones tienen de la ley de pesca sostenible prevista para 2022?

No tenemos ningún inconveniente en actualizar la ley de pesca sostenible. Lo que nos preocupa de esta ley es que no quede bien clarito por escrito la garantía de la seguridad jurídica, para tenerla necesitamos certezas de que los repartos de cuotas hechos hasta la fecha no van a ser revisados.
A lo largo de la historia se han hecho repartos que sí contemplaban la cuestión social, quizás no tanto la parte ambiental y que ahora se está introduciendo, y se hicieron esos repartos de acuerdo a la ley. Y a partir de esas cuotas son las empresas pesqueras las que deciden qué operaciones realizar para afrontar la temporada, ventas, compras… inversiones que condicionan el futuro de estos pescadores.
Por ello, planteamos que los nuevos criterios que se establezcan se hagan para los nuevos repartos pero no para los que ya están establecidos. El Gobierno nos dice que podemos estar tranquilos porque esa es su intención, pero los gobiernos y las personas cambian, y si no queda claro por escrito luego estamos sujetos a interpretaciones. Necesitamos estabilidad y seguridad jurídica, si esto no se garantiza: malo.


¿Cómo se prevé el panorama a medio plazo en los acuerdos con terceros países?


En el caso de Guinea-Bissau nos han impuesto una parada biológica en enero completamente inesperada y ha provocado el amarre de varios barcos, algo que consideramos que se saltaba el acuerdo pesquero con la UE.
También necesitamos que se realicen campañas de investigación por parte de España, hay un compromiso para hacerlo, para conocer las poblaciones en países como Angola o Congo, que pueden ser importantes para nosotros.
Además tenemos el acuerdo con Marruecos, con esa sentencia del Tribunal General de la UE, que anulaba el acuerdo, que está recurrida y sus efectos están paralizados. Hay riesgo real de parar la actividad pero creemos que los tiempos van a coincidir con los plazos de la renegociación del protocolo actual, pero lo que vaya a ocurrir ahí es una gran incógnita, es algo delicado y estará condicionado por la sentencia.

En Andalucía, aquí entre las nuevas problemáticas del sector va adquiriendo fuerza la presencia del cangrejo azul, ¿puede llegar a ser algo grave?


Está en el estuario del Guadalquivir, donde se encuentran las larvas de las principales especies del Golfo de Cádiz. Hay que analizar los datos, pero en 2020 las capturas de langostinos fueron 144.000 kilos, y en 2021 han sido 75.000, casi la mitad. No se puede decir que sea solo por el cangrejo azul pero está siendo ya un factor destacado. Estamos ante una especie invasora que arrasa con todo y al estar en una zona de reserva y sin depredador, se está haciendo cada vez más dominante.

El relevo generacional otro problema añadido

Garat expresa el trabajo que está llevando a cabo Cepesca «porque es un problema global en España. La escasez de tripulantes y la falta de relevo generacional ha motivado el amarre de barcos. El problema es real y está ahí. En estos tres años pusimos en marcha el Plan estratégico del ámbito social, con dos objetivos complementarios. Por un lado, atraer talento español, conseguir que los jóvenes conozcan el sector pesquero y quieran trabajar en él, y por otro, que se facilite la contratación extranjera eliminando trabajas burocráticas existentes.
Por otro lado, se han modificado las titulaciones otorgando mayores atribuciones a los titulados. Y hemos impulsado la formación profesional dual, combinando más intensamente teoría y práctica, y reduciendo el proceso a dos años. En cuanto a la contratación de extranjeros, ahora en abril hará tres años que llegamos a un acuerdo extraordinario con el gobierno para facilitar su contratación. Pero desgraciadamente este acuerdo está bloqueado porque existe un título en España, el de marinero-pescador, que no tienen muchos otros países y que aquí es imprescindible para la contratación a bordo. Esos problemas de contratación afectan a la flota española que faena en aguas lejanas». También quiere destacar la importancia del turismo gastronómico. «Tenemos un territorio de talento y tenemos una cultura gastronómica excelente basada en las exquisiteces del mar y del campo. La realidad es que nuestros productos pesqueros son de máxima calidad y desde hace mucho tiempo suponen un atractivo turístico adicional cada vez más potente. Este año tenemos a Sanlúcar de Barrameda como Capital española de la gastronomía en 2022, seguro que esto supondrá también un acicate más para dar a conocer nuestros productos del mar y atraer visitantes»

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