El consejo científico alerta de una preocupante falta de reclutamiento de juveniles y de la elevada presión pesquera sobre un recurso clave para las flotas del norte de Europa.

El futuro inmediato de la caballa en el Atlántico nororiental se tiñe de incertidumbre. El Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés) ha emitido una recomendación contundente: reducir en un 70% las capturas en 2026 respecto a los niveles actuales.

Señales de alarma en el recurso

“El semáforo está en rojo tras varios años sin apenas reclutamiento de nuevas generaciones de caballa y con una presión pesquera intensa”, advirtió el Instituto de Investigación Marina de Noruega al valorar el informe. Según los científicos, la biomasa reproductora del stock se encuentra en una situación de vulnerabilidad y corre el riesgo de no recuperarse si no se adoptan medidas urgentes.

Un pez clave para Europa

La caballa es una de las especies más importantes para las flotas del norte de Europa, en especial para Noruega, Islandia, Islas Feroe, Reino Unido y la Unión Europea, que cada año negocian un complejo reparto de cuotas. Su valor económico es enorme: se trata de uno de los pelágicos más demandados tanto en el mercado fresco como en el transformado, con gran salida en Asia y África.

El consejo de ICES añade más presión a unas negociaciones internacionales ya tensas, donde los países costeros llevan años enfrentándose por la asignación de cuotas y la gestión sostenible del stock.

Una gestión en entredicho

El fuerte recorte recomendado abre un escenario delicado. En la actualidad, las capturas reales superan con frecuencia el total admisible de capturas (TAC) aconsejado por los científicos, debido a la ausencia de un acuerdo vinculante entre todos los países implicados.

Organizaciones ecologistas han alertado de que esta sobrepesca “pone en serio peligro la sostenibilidad de la especie y la estabilidad económica de las comunidades costeras que dependen de ella”.

Próximos pasos

Ahora, corresponde a los gobiernos y a la Comisión Europea negociar si aplican el consejo científico en la fijación de las posibilidades de pesca para 2026. El reto será equilibrar las demandas del sector con la necesidad de preservar el stock de caballa, un recurso cuya salud biológica es vital para la pesca europea y global.