El buque Arctic Sunrise no ha podido participar en el acto paralelo del Congreso de los Océanos de la ONU en Niza, tras la polémica acción en el Golfo de León. La decisión, calificada de política e inaceptable por la ONG, ha generado un nuevo foco de tensión ambiental y diplomática.
Greenpeace, sin permiso para atracar en Niza
El emblemático buque Arctic Sunrise de Greenpeace no podrá entrar en el puerto de Niza durante la celebración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC), prevista del 9 al 13 de junio. La prohibición, comunicada oficialmente por el Ayuntamiento de Niza y la Prefectura, se produce días después de que activistas de la ONG lanzaran rocas en una zona marina protegida del Golfo de León para bloquear la pesca de arrastre de fondo.
La embarcación iba a sumarse a una flota de más de una treintena de navíos científicos y ecologistas invitados a la ciudad para acercar la ciencia marina y la conservación al público general. Entre ellos figuran prestigiosos barcos como el Thalassa del IFREMER, el Meteor alemán o la goleta Tara. Todos ellos están abiertos al público y a las delegaciones internacionales que asisten a la conferencia. El Arctic Sunrise, sin embargo, solo podrá permanecer fondeado fuera del puerto.
Una acción polémica con consecuencias
El veto se produce tras una controvertida operación llevada a cabo por Greenpeace el 21 de mayo, cuando desde el Arctic Sunrise se arrojaron una quincena de grandes piedras en el fondo marino del Golfo de León. El objetivo, según la organización, era impedir la pesca de arrastre de fondo en un área donde esta práctica está prohibida pero, según la ONG, sigue produciéndose de forma ilegal.
La ministra francesa de Transición Ecológica, Agnès Pannier-Runacher, expresó su rechazo a la acción y señaló que no se puede permitir que una ONG «se tome la justicia por su mano», entrando en una zona protegida para lanzar rocas al mar, por más que fuera con la intención de proteger el ecosistema. La investigación del incidente ha sido asumida por la Fiscalía de Perpiñán.
Greenpeace denuncia una exclusión política
Para el director ejecutivo de Greenpeace Internacional, Mads Christensen, la exclusión del buque es “una decisión política absolutamente inaceptable”. La ONG subraya que la acción fue simbólica y necesaria ante la inacción frente a la pesca ilegal en zonas supuestamente protegidas.
Christensen lamenta que, mientras se celebra una cumbre centrada en la protección de los océanos, “los verdaderos defensores del mar son apartados”. No obstante, los miembros de Greenpeace sí podrán asistir al congreso, aunque no representados por su embarcación más reconocida.
Exclusión también de la ‘parada azul’
No es la primera vez que el Arctic Sunrise queda excluido de los actos en Niza. Ya fue vetado de la gran parada de barcos celebrada el pasado domingo en aguas próximas a la ciudad, con motivo del Día Mundial de los Océanos. El organizador del evento, Yvan Griboval, aseguró que no quiso “correr el riesgo de una protesta en plena celebración”, descartando motivaciones políticas en su decisión.
Una tensión que marca el inicio de la UNOC
La controversia en torno al Arctic Sunrise llega en un momento clave, cuando los océanos se encuentran en el centro de los debates globales. La cumbre UNOC de este año tiene como lema “Salvar nuestros océanos, proteger nuestro futuro” y reúne a jefes de Estado, científicos, organizaciones internacionales y actores de la sociedad civil en busca de compromisos efectivos para la protección marina.
El incidente subraya la complejidad del equilibrio entre acción directa y diálogo institucional en la lucha por la conservación de los océanos. Mientras los gobiernos preparan estrategias, Greenpeace continúa con sus gestos de presión para exigir medidas concretas. En Niza, el debate sobre el futuro del mar ya ha comenzado, y lo hace con un sabor amargo para quienes se consideran sus defensores más firmes.
