Los datos disponibles de las evaluaciones científicas de los recursos del Mediterráneo indican una situación preocupante por el nivel de sobrexplotación en el que se encuentran, aunque la situación está mejorando ligeramente en los últimos años. Actualmente se plantea desde diversas instancias la necesidad de cambiar la manera de gestionar los recursos ya que, hasta la fecha, la información científica no se ha incorporado a la gestión de los recursos pesqueros del Mediterráneo con la excepción de los grandes pelágicos.
Sería conveniente, para mantener el carácter pesquero de muchas poblaciones mediterráneas, que el ajuste de esfuerzo que es necesario hacer se realice en tiempo de pesca y no en tamaño de flota como hasta ahora. Para que la reducción de esfuerzo no tenga que ser demasiado drástica se debería complementar con mejoras de la selectividad, zonas de reserva permanente y planes de cogestión a escala local.
Por otra parte se resalta que medidas con un similar efecto biológico pueden tener un impacto socioeconómico muy diferente que debe ser considerado. Las pesquerías mediterráneas se basan en la comercialización de pescado fresco por lo que es importante considerar no sólo el efecto biológico sino el efecto sobre el mercado y los precios de la distribución de los días de pesca a lo largo del año. También se debería regular la transferibilidad de derechos de pesca entre embarcaciones para evitar que se produzca una concentración excesiva de derechos de pesca y se acelere la reducción de flota lo que cambiaría drásticamente la estructura de la pesca en el Mediterráneo.
Las nuevas medidas encaminadas a mejorar la gestión se deberían aplicar todos los recursos mediterráneos. En este sentido, además de afectar a los recursos demersales explotados por la flota de arrastre, se deberían adoptar también medidas encaminadas a mejorar la situación de los pequeños pelágicos y la flota artesanal.
La política común de pesca de la Unión Europea para el Mediterráneo ha influido en el estado actual de los sus recursos. La legislación europea para el Mediterráneo ha sido, en general, menos exigente que la legislación nacional y ha permitido derogaciones como la de la profundidad mínima de pesca de arrastre de 50 metros en algunas zonas lo que no contribuye a la sostenibilidad de las pesquerías. Es necesario que se comprendan las singularidades del
Mediterráneo y se realice una gestión apropiada de sus recursos para no repetir errores pasados.
En este sentido, la obligación de desembarque no reducirá la mortalidad sobre las especies objetivo, aumentará el impacto sobre el ecosistema marino y generará problemas de gestión en tierra y de control en el mar. Sería deseable que fuera sustituida por planes de gestión de los descartes adaptados a cada pesquería que tuvieran en cuenta mejoras en la selectividad y cierres espaciotemporales.
Las especies reguladas por tallas mínimas en el anexo III del reglamento Mediterráneo deberían ser revisadas ya que no necesariamente contribuyen a reducir la mortalidad de juveniles particularmente aquellas las especies que no son objetivo de la pesquería y que tienen bajas tasas de supervivencia al ser devueltas al mar.
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Las pesquerías mediterráneas se caracterizan por su elevada diversidad de especies y sistemas de pesca. Por ello, los modelos desarrollados para pesquerías uniespecíficas no son los más adecuados para su evaluación y gestión. No es posible alcanzar simultáneamente el rendimiento máximo sostenible en pesquerías mixtas. En este sentido sería conveniente encontrar nuevos indicadores científicos para definir el estado de explotación óptimo de los
recursos demersales del Mediterráneo que tenga en cuenta su carácter multiespecífico o, al menos, alcanzar soluciones de compromiso con un alto consenso. Esta necesidad de encontrar nuevos indicadores no debe ser en ningún caso una excusa para no avanzar en mejorar la sostenibilidad de las pesquerías mediterráneas.
Bajo nivel de fondos FEMP
Se constata el bajísimo nivel de aplicación de los fondos FEMP. Es necesario simplificar y agilizar los trámites para que estos recursos no se pierdan. Del mismo modo la gestión de las administraciones públicas y los centros de investigación se está burocratizando a ritmo creciente perdiendo eficiencia lo que agrava los problemas generados por los ajustes presupuestarios y falta de reemplazo de los trabajadores jubilados.
Se señala que algunos temas que podrían incorporarse en la futura agenda de trabajo del Foro podrían ser los problemas de la investigación marina y pesquera en nuestro país, las pesquerías artesanales, la pesca recreativa o la formación de profesionales en el ámbito de lapesca. También se destaca que la pesca es solo uno de los múltiples usuarios del litoral Mediterráneo por lo que sería conveniente analizar si es posible ampliar esta agenda de trabajo para estudiar otros problemas en el ámbito marino que deben incorporarse al debatesobre el futuro del Mediterráneo.
El Foro científico para la pesca española en el Mediterráneo considera que este ente es «indispensable» como punto de encuentro y de intercambio de información fiable y contrastada, entre los diferentes actores de la pesca en el Mediterráneo. Esta colaboración es fundamental para facilitar el trabajo conjunto de todos y asegurar el mejor futuro posible para las pesquerías mediterráneas que atraviesan un momento crucial ya que se está discutiendo un
nuevo modelo de gestión que plantea escenarios inciertos. Con este objetivo se acuerda nombrar al profesor de la Universidad de Alicante José Luis Sánchez Lizaso presidente del Foro mientras que la siguiente reunión se celebrará el próximo año en Almería organizada por la asociación de productores de esta localidad. Por su parte el Instituto Agronómico Mediterráneo de Zaragoza del CIHEAM se ha comprometido a gestionar la página web y la lista de distribución de información.
La gestión de las pesquerías mediterráneas se basa en medidas técnicas que se mantienen estables aunque los recursos fluctúen. Es necesario introducir una gestión adaptativa en la que las medidas de gestión se modifiquen en función de las fluctuaciones de los recursos y la mejor información científica disponible en cada momento. Esta gestión adaptativa no puede basarse en un sistema de TACs y cuotas por la diversidad de sus pesquerías.