La costera de bonito del 2020 tendrá su cierre más prematuro de toda su historia. Tras haberse consumido el 92 % de cuota, la Secretaria de Pesca de Madrid ordenó ayer el cierre de la campaña para el miércoles a las 00.00 horas. El fuerte ritmo de capturas ha hecho que esta costera sea la más corta de la historia.
Los arrantzales estaban avisados porque en las dos últimos costeras, cuando alcanzaba el 90 % de cuota consumida, el Ministerio de Pesca ordenaba el «cierre precautorio».
A lo largo de dos meses y medio de capturas, la flota ha desembarcado un total de 15.032 toneladas, un 92,44 % con lo que sólo quedaban disponibles 1.230 toneladas de un total de 16.262 toneladas de tope.
El pasado año las capturas se prolongóaron hasta el 23 de agosto, misma fecha que el 2018. En 2017 se alargó hasta el 13 de octubre, y la del 2016, el 5 de octubre. Más o menos la fecha hasta donde solía prolongarse el 2015 y todos los anteriores, porque entonces no había cuota.
La explicación de los motivos por los que Madrid mantenía abierta la costera con el cupo por encima de un 90 por ciento seguía sin conocerse, aunque se barajaba la opción de haberse conseguido un intercambio de cuotas con algún otro país que posibilitaban mantenerse en los caladeros unos días más.
719 toneladas en dos días
La costera de bonito se ha desarrollado a un fuerte ritmo de capturas. Del 3 de julio al 4 de agosto descargaba diariamente una media de 278 toneladas. A partir del 4 disminuyó y, hasta el 12, el promedio diario bajó a 178 toneladas. El miércoles pasado había consumido el 86,02 % de la cuota. De no deberse a un error en el registro, del viernes al sábado se restaron otras 719 toneladas, lo que resultaría una media de 359 diarias.
5 millones de kilos de anchoa
Las buenas cifras de pesca y ventas contrastan con la inactividad a la que se puede ver el sector pesquero por la ausencia de especies alternativas. No obstante, todavía existen la esperanza de conseguir algunos suplementos de bonito que les permitan mantenerse en la mar alguna semana más. No obstante, los arrantzales dibujan un escenario difícil una vez que para el miércoles no podrán pescar la especie. «Si consiguen unas cuotas suplementarias sería necesario que lo hagan rápido, para no estar parados mucho tiempo que nos impedirían volver a la mar», señalaba ayer el presidente de la Federación de Cofradías de Gipuzkoa, Eugenio Elduayen. Una situación de incertidumbre que temen ponga en jaque a muchos pescadores. El caso es que los arrantzales disponen de 5 millones de kilos de anchoa para poder pescar, en las próximas semanas. Este volumen, junto a chicharo y sardina posibilitan estar unos meses activos para la flota de cerco. «Los barcos de anzuelo lo tienen más difícil al quedarse sólo con cuotas de merluza y poco más», decía Elduayen.
En principio, los pescadores del Cantábrico disponen de esa anchoa que va a ser como un balón de oxígeno. De hecho, en los últimos días se han producido importantes desembarcos de anchoa, en la zona de Celeiro (Lugo).
No obstante, con el ritmo de desembarcos producido, se ha demostrado que las reducciones de cuota aprobadas están jugando en contra del sector pesquero. España tiene asignadas un total de 16.262toneladas de cuota nacional determinadas por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico, que destina a la Unión Europea algo más de 33.000 toneladas. La solución pasa por ampliar el cupo que se nos deja pescar, pero eso es harto difícil. En principio, la cuota se revisa cada tres años y toca hacerlo este ejercicio, por lo que esta temporada será casi imposible que se les permita ampliar las faenas una vez cubierta la cuota. «Francia, Irlanda, Portugal y nosotros pescamos la especie y va a ser difícil que nos cedan cuota», señalaba Elduayen
En el sentir de los arrantzales existía alegría por el buen ritmo de capturas y precios, pero malestar porque el buen estado del recurso ha dejado mucho volumen de la especie en la mar.
Precios satisfactorios
Eso sí, los precios han sido satisfactorios para el conjunto de estos barcos. El bonito mediano, el que ve de 4 a 7 kilos, se ha pagado entre 3,40 euros el kilo y 3,50 euros, mientras que el bonito grande -de 7 a 11 kilos- oscila entre 3,60 y 4 euros kilo. Las ventas están siendo realizadas, mayoritariamente, al sector conservero, mientras que en una proporción menor al canal en fresco. «Al final nos vamos a quedar con un precio medio de los 3,5 euros-kilo, una cantidad muy similar a los dos últimos años, pero queda muy lejós de los 3,8 euros-kilo de hace tres años». Con todo, apunta que «después de todas las penalidades que se han registrado en tierra, con el Covid-19, no podemos quejarnos. Esto ya ha sucedido en los años anteriores y tenemos que asumirlo. No nos queda más remedio».
Sólo seguirán los pelágicos europeos
Con la comunicación decierre de la Secretaria de Pesca del cierre precautorio de la campaña, sólo podrán pescar la especie los grandes arrastreros pelágicos europeos.A partir de ese momento, ningún barco de bandera española, tanto profesional como recreativo, podrá pescar Thunnus Alalunga. Con todo, los arrantzales sólo tendrán unos días de margen para comercializar las cantidades que tengan a bordo con la orden de cese de la pesquería. En principio, el consumidor podrá comprar bonito del norte fresco a lo largo de esta semana por la duración de las mareas que permite que se vaya desembarcando la especie tras la orden de cierre de las faenas. El caso es que la selectividad que hacen los arrantzales con la pesca a caña del bonito no tiene nada que ver con la que aporta la flota arrastrera europea. Pero a los pescadores del Cantábrico no hay cosa que más moleste que ellos tengan la costera cerrada cuando los arrastreros pelágicos de Francia e Irlanda siguen con las faenas, en el más absoluto descontrol por parte de las autoridades europeas hacia estos grandes barcos. En principio, el Gobierno Vasco ha solicitado un control europeo sobre las capturas de esta flota con el fin que no rebasen las cuotas asignadas. Por siu parte, el grupo ecologista Eguzki critica la presencia de barcos arrastreros pelágicos cerca de la costa. «Hemos llegado a contabilizar hasta ocho buques irlandeses, aunque probablemente el total de barcos será superior». Según cuenta Eguzki, «hemos visto un hermoso pez espada ensangrentado, con la aleta dorsal rota, con el a aspecto de haber recibido un apaliza, aunque en realidad su estado se debía al maltrato recibido a consecuencia de las redes pelágicas. Esas redes que se lo tragan todo, sea especie comercial, no comercial o protegida». La pesca con redes pelágicas está prohibido tanto en España con en las aguas de la costa vasca.