La relación entre la Unión Europea (UE) y el Reino Unido se prepara para un nuevo capítulo con la celebración del primer encuentro bilateral en suelo británico desde el Brexit. Más allá de temas cruciales como la defensa, la energía o la cooperación educativa, la pesca se perfila como uno de los asuntos más delicados de la agenda.
Desde la salida del Reino Unido de la UE en 2020, las tensiones sobre el acceso a las aguas y los derechos de pesca no han dejado de emerger, con episodios de bloqueos, sanciones y prolongadas negociaciones. Ahora, este 19 de mayo, la mesa de diálogo buscará establecer las bases de un acuerdo que dé estabilidad y seguridad al sector pesquero, tanto para los Estados miembros como para las comunidades pesqueras británicas.
“No aceptaremos ninguna renuncia a nuestros derechos de pesca”
La eurodiputada francesa Stéphanie Yon-Courtin, miembro del grupo Renew Europe y vicepresidenta de la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo, ha lanzado un mensaje claro y contundente antes de la cumbre:
“Europeos y británicos deben sentar las bases de un acuerdo que dé seguridad a nuestra pesca. No podemos aceptar ninguna renuncia a nuestros derechos.”
Yon-Courtin ha insistido en la importancia de mantener los compromisos adquiridos en el Acuerdo de Comercio y Cooperación (TCA, por sus siglas en inglés), que establece las condiciones de acceso a las aguas y recursos pesqueros post-Brexit. Según la eurodiputada, cualquier intento de renegociar a la baja los derechos de acceso de la flota europea sería un retroceso inaceptable para las regiones costeras que dependen de esta actividad.
Un sector estratégico para ambas partes
El sector pesquero, si bien representa un porcentaje modesto del PIB, tiene un alto valor simbólico y social tanto en el Reino Unido como en numerosos países europeos. Regiones como Normandía, Bretaña, Galicia o las islas del Mar del Norte ven en la pesca no solo una fuente de empleo, sino un elemento identitario.
La incertidumbre sobre futuras licencias, las cuotas de captura y las restricciones medioambientales en zonas de pesca compartidas han sido motivo de fricciones constantes entre Londres y Bruselas. Por ello, los representantes europeos subrayan la necesidad de avanzar hacia un marco de cooperación estable, predecible y basado en la reciprocidad.
Perspectivas de la cumbre
El encuentro del 19 de mayo es visto como una oportunidad clave para relanzar el diálogo bilateral en diversos ámbitos. Aunque no se esperan acuerdos inmediatos, la inclusión de la pesca como tema prioritario es un paso importante para reducir tensiones y evitar nuevos conflictos en el futuro.
En un contexto global marcado por desafíos medioambientales y de sostenibilidad, la gobernanza de los recursos marinos se presenta como un reto común que exige soluciones compartidas.
“El respeto mutuo y la defensa de los intereses de nuestras flotas deben ir de la mano con la responsabilidad de preservar los recursos pesqueros para las futuras generaciones”, concluyó Yon-Courtin.
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