La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) ha dado un paso decisivo hacia la restricción de importaciones pesqueras procedentes de 46 países que no cumplan con los estándares de protección de mamíferos marinos recogidos en la Marine Mammal Protection Act (MMPA). El anuncio, realizado el pasado jueves 28 de agosto, marca 2026 como la fecha límite para que las naciones exportadoras adapten sus prácticas a las exigencias de la legislación estadounidense.
El MMPA, aprobado en 1972, prohíbe la captura intencionada y reduce al mínimo las interacciones incidentales con mamíferos marinos en aguas estadounidenses. Ahora, la NOAA pretende que estas salvaguardas se extiendan también a los productos importados, bajo la premisa de que el comercio no puede convertirse en una vía para burlar la protección ambiental.
“Queremos garantizar que el pescado que entra en los supermercados estadounidenses se capture de manera sostenible y sin poner en riesgo a delfines, ballenas o focas”, explicaron portavoces de la agencia.
Países bajo revisión
La lista preliminar incluye a 46 naciones que exportan pescado y marisco a Estados Unidos. En muchos casos, se trata de países con importantes flotas de pesca artesanal o industrial que deberán demostrar que aplican medidas comparables para reducir las capturas accidentales de mamíferos marinos.
Entre las exigencias figuran programas de monitoreo, implementación de artes selectivas y reportes detallados sobre las interacciones de las flotas con especies vulnerables.
Consecuencias económicas
El mercado estadounidense de productos del mar es uno de los más rentables del mundo. La amenaza de un veto a las importaciones puede tener un fuerte impacto en economías dependientes de la pesca, especialmente en América Latina, Asia y África.
Expertos en comercio internacional señalan que la medida podría generar tensiones diplomáticas, pero también un efecto positivo de “nivelación hacia arriba”, obligando a los países exportadores a mejorar sus estándares de sostenibilidad si quieren mantener el acceso al mercado estadounidense.
Un precedente global
Para organizaciones ecologistas, el movimiento de la NOAA sienta un precedente en la lucha contra la mortalidad incidental de mamíferos marinos, uno de los problemas más persistentes de la pesca mundial. “Se trata de un mensaje claro: el acceso a los grandes mercados estará condicionado al respeto de la biodiversidad marina”, subrayan.
En los próximos meses, la NOAA abrirá un proceso de consultas con gobiernos y sectores pesqueros. El plazo de cumplimiento, fijado en 2026, se considera un margen suficiente para que los países ajusten sus marcos regulatorios y sistemas de control.
De no hacerlo, el castigo será claro: la exclusión de un mercado valorado en miles de millones de dólares.
