Fundación Eroski radiografía los hábitos alimentarios por comunidades y concluye que en ningún territorio se cumplen las recomendaciones básicas de fruta, legumbre, frutos secos y pescado.
La Fundación Eroski ha puesto números a una sensación cada vez más extendida: en España hablamos mucho de alimentación saludable, pero seguimos sin llegar a los mínimos recomendados. Su informe “¿Cómo comemos? Análisis del consumo de alimentos y bebidas desde una perspectiva nutricional 2022-2024” revela que el patrón real de consumo se queda corto en los grupos más saludables y mantiene un peso muy elevado de los productos que deberían ser solo ocasionales.
El estudio analiza el Panel de Consumo Alimentario del Ministerio de Agricultura para 2022 y 2024 y clasifica la cesta de la compra en cuatro niveles: alimentos de consumo diario (frutas y hortalizas, pan, cereales, patatas, aceite), frecuente (legumbres, frutos secos, lácteos, huevos, pescado y carne), ocasional (procesados, bollería, snacks, dulces, bebidas azucaradas) y muy ocasional (bebidas alcohólicas).
Mucho gasto en productos “de capricho”
En promedio, el 72,5 % del volumen de comida que compran los hogares corresponde a los grupos considerados más recomendables (diario y frecuente), frente a un 27,5 % de productos de consumo ocasional o muy ocasional. Si se mira el gasto, casi un 30 % del dinero se sigue destinando a alimentos y bebidas poco saludables.
El informe subraya una paradoja: entre 2022 y 2024 el gasto medio por persona en alimentos y bebidas aumentó un 11 %, mientras que la cantidad en kilos descendió un 2 %. Es decir, se paga bastante más por algo menos de comida, fruto combinado de la inflación y de cambios en el “mix” de compra. El encarecimiento medio se estima en torno al 13,3 %.
Pese a ello, “comer mejor” no sería necesariamente más caro. La Fundación Eroski recuerda que el precio por kilo de frutas y hortalizas —claramente infra-consumidas— es, de media, inferior al de carnes, procesados, dulces o snacks, que superan las recomendaciones de consumo.
Ninguna comunidad cumple las raciones saludables
El análisis de cuatro grupos clave para una dieta equilibrada es contundente:
- Frutas y hortalizas: se cubre solo el 65 % de las raciones mínimas recomendadas (5 al día).
- Frutos secos: el 45 % de lo aconsejado.
- Legumbres: apenas un 27 % de las cuatro raciones semanales sugeridas.
- Pescado y marisco: un 61 % de las cuatro raciones semanales recomendadas.
Ninguna comunidad autónoma alcanza los niveles marcados en estos cuatro grupos, aunque la distancia respecto al objetivo varía mucho según el territorio. EVOLUCION CONSUMO
Navarra y País Vasco, a la cabeza; Murcia y Canarias, en la cola
Fundación Eroski elabora un ranking territorial según el peso relativo de los alimentos más recomendables y su evolución entre 2022 y 2024. Encabezan la lista Navarra y País Vasco, seguidas de Castilla y León, Aragón, Galicia, Asturias y La Rioja. En estos territorios, el consumo de alimentos saludables está por encima de la media estatal, aunque todavía lejos de las guías nutricionales oficiales.
En el grupo de comunidades “en posición que requiere atención” aparecen Andalucía y Comunitat Valenciana: consumen menos fruta, verdura y pescado que la media, mientras crece el peso de la carne y de las bebidas azucaradas.
La situación es más preocupante en Región de Murcia y Canarias, donde el consumo de alimentos de recomendación diaria y frecuente está por debajo de la media y, además, la tendencia va a peor. En Murcia, el informe alerta de un aumento simultáneo en el consumo de bebidas azucaradas y alcohólicas, mientras que en Canarias crecen los postres azucarados y las bebidas dulces.
Carne por encima del pescado y menos aceite de oliva
Otro de los desequilibrios detectados está en la relación entre carne y pescado. En muchas comunidades el consumo de carne —sumada a la carne procesada y embutidos— supera con claridad al de pescado, pese a que este último está mejor posicionado en las guías de salud pública.
En territorios bien situados en el ranking, como Navarra, País Vasco o Cataluña, el estudio pide “corregir la deriva” hacia un mayor peso de la carne y alerta también de una pérdida de protagonismo del aceite de oliva frente a otros aceites vegetales.
Llamamiento a cambiar la dieta… y las políticas
La Fundación Eroski concluye que el margen de mejora es amplio y plantea recomendaciones dirigidas tanto a las familias como a las administraciones y al sector agroalimentario:
- A los consumidores, les insta a aumentar de forma clara el consumo de frutas y hortalizas, legumbres, frutos secos y pescado, y a reducir carnes procesadas, bollería, snacks, refrescos y alcohol.
- A las administraciones, les propone:
- Impulsar en la UE un sistema único de perfiles nutricionales que limite las alegaciones saludables en productos poco recomendables.
- Implantar un etiquetado frontal armonizado —como Nutri-Score— y regular la publicidad, especialmente la dirigida a menores.
- Revisar la oferta alimentaria en colegios, hospitales, centros deportivos y máquinas expendedoras.
- Usar la fiscalidad para encarecer los productos menos saludables y abaratar los más recomendables.
- Introducir educación alimentaria obligatoria en Primaria e incorporar nutricionistas en el Sistema Nacional de Salud.
- A la industria y la distribución, les reclama reformular productos, mejorar la información al consumidor y reforzar la formación del personal que atiende en tienda.
En resumen, el informe traza una fotografía incómoda: España no ha abandonado la base de la dieta mediterránea, pero la ha llenado de “ruido” calórico y azucarado. Y el mensaje de la Fundación Eroski es claro: con los mismos euros que hoy gastan, los hogares podrían comer bastante mejor… si cambian qué ponen en la cesta.
