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martes, marzo 25, 2025
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El sector pesquero solicita «un blindaje» del FEMPA para mantener recursos autónomos

La pesca europea hace un llamamiento al Parlamento Europeo para que defienda el FEMP y no modifique la asignación de fondos porque sin recursos autónomos, la pesca y la acuicultura no podrán garantizar la sostenibilidad, la seguridad alimentaria y el desarrollo económico.
Por estos motivos, la pesca europea hace un ñlamamiento al Parlamento Europeo para que defienda el FEMP. Mientras Bruselas se prepara para reescribir las reglas del presupuesto plurianual de la Unión Europea, el sector de la pesca y la acuicultura ha alzado la voz para evitar ser sacrificado en el altar de las simplificaciones financieras.

El riesgo concreto es que el Fondo Europeo para Asuntos Marítimos, Pesca y Acuicultura (FEMP), único instrumento dedicado al sector, se incorpore a una gran estructura de financiación multisectorial. Una elección que, según las principales asociaciones europeas, comprometería seriamente la capacidad del sector para responder a sus desafíos más complejos y, en consecuencia, el futuro mismo de la pesca y la acuicultura en la Unión.

La AIPCE-CEP, la Copa-Cogeca, la EAPO, Europêche, la ETF y la FEAP no se andan con rodeos: el sector necesita «un fondo autónomo y reforzado, con recursos específicos y procedimientos simplificados», explicó Daniel Voces en el transcurso de la World Maritime Week de Bilbao. Es una petición que surge de la urgencia de proteger un sector que no sólo representa una cadena de suministro económico, sino una garantía real de seguridad alimentaria, resiliencia económica y sostenibilidad ambiental para millones de ciudadanos europeos.

El debate actual sobre el Marco Financiero Plurianual (MFP) ha puesto de relieve una cuestión que afecta al presente, pero sobre todo al futuro, de la pesca de la UE. Los líderes de las asociaciones del sector han escrito directamente a los líderes de las instituciones de la UE: Ursula von der Leyen, António Costa y Donald Tusk. El mensaje es claro: la pesca y la acuicultura no son sectores que deban tratarse con una lógica generalista, sino mundos con necesidades específicas, enraizadas en los territorios costeros y rurales de Europa.

Hoy en día, las flotas pesqueras, los productores y procesadores de acuicultura se enfrentan a una combinación de desafíos que corren el riesgo de comprometer la competitividad y la propia supervivencia de las empresas. El problema es que los costes de gestión son cada vez más elevados, agravados por la competencia internacional y la dificultad de reclutar nuevas generaciones de trabajadores. La pesca costera en pequeña escala, que representa la columna vertebral de muchas economías locales, lucha por garantizar salarios decentes, mientras que la presión regulatoria y la competencia por el uso del espacio marítimo limitan las oportunidades de desarrollo.

Sin embargo, la contribución de este sector es fundamental. Los productos de la pesca y la acuicultura europeos se encuentran entre las fuentes de alimentación más saludables y respetuosas con el medio ambiente, gracias a una cadena de suministro que trabaja cada día para reducir su huella de carbono y mejorar la sostenibilidad de sus suministros. Defender el sector significa, por tanto, invertir en la seguridad alimentaria europea y en la lucha contra el cambio climático.

Las asociaciones piden una respuesta política decidida y responsable. La propuesta es mantener y fortalecer el FEMP como fondo independiente, aumentando las asignaciones para apoyar los objetivos ambientales y climáticos, acompañar la transición hacia prácticas bajas en emisiones y fomentar la innovación y el atractivo del sector, especialmente para los jóvenes. Sin un fondo específico, advierten los representantes, se corre el riesgo de desperdiciar los esfuerzos realizados hasta la fecha en términos de sostenibilidad, calidad y resiliencia.

El mensaje lanzado por las organizaciones europeas no concierne sólo a quienes trabajan en el mar o en instalaciones de acuicultura, sino que toca de cerca a todos los ciudadanos europeos. La pesca y la acuicultura no son sólo industrias, sino identidad cultural, cohesión social y protección de territorios a menudo marginales. Son sectores que garantizan alimentación sana, empleo y futuro.

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