Más de un centenar de representantes del sector y responsables públicos participaron en la jornada organizada por Opromar en el Ministerio de Agricultura y Pesca. El debate giró en torno a la trazabilidad, la digitalización y la aplicación práctica de una normativa considerada compleja y polémica.
Madrid reunido a más de un centenar de representantes del sector pesquero, expertos y responsables públicos en una jornada organizada por la Organización de Productores de Pesca del Puerto y Ría de Marín (Opromar). El encuentro, celebrado en la sede del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, sirvió para analizar el impacto de la modificación del Reglamento de Control Pesquero de la Unión Europea, que entrará en vigor progresivamente a partir de 2026.
Una normativa que marca “un antes y un después”
Durante la apertura, el director gerente de Opromar, Juan Carlos Martín Fragueiro, subrayó que el nuevo marco normativo “marcará un antes y un después en la forma de trabajar del sector”. A su juicio, se trata de “un cambio estructural que afecta a todos los eslabones de la cadena de valor” y que obliga a anticiparse y a trabajar de manera conjunta con la Administración “para que la aplicación del reglamento sea realista, eficaz y no comprometa la competitividad de nuestras empresas”.
Por su parte, la secretaria general de Pesca, Isabel Artime, fue la encargada de inaugurar la jornada. En su intervención destacó la importancia del diálogo en esta fase de implementación y recordó que la Comisión Europea está trabajando en la simplificación de varios aspectos polémicos, como el margen de tolerancia, el preaviso de llegada a puerto o la obligación de desembarque. “La aplicación práctica de la norma permitirá adaptarla progresivamente a las necesidades reales del sector”, recalcó.
Preocupación por la aplicación práctica
El grueso de las intervenciones giró en torno a la complejidad del nuevo marco y a sus efectos sobre la operativa diaria de la flota. Entre las inquietudes planteadas destacaron las nuevas obligaciones digitales, el sistema CATCH para trazabilidad obligatoria, la incorporación del seguimiento electrónico remoto (REM), así como la puesta en marcha del sistema VALID.
Los representantes coincidieron en señalar la falta de información clara sobre el funcionamiento de algunas de estas herramientas y reclamaron criterios homogéneos en toda la UE para evitar disparidades entre Estados miembros. “Un marco desigual supondría una pérdida de competitividad frente a terceros países”, advirtieron, denunciando que la competencia desleal de las importaciones asiáticas —que no están sometidas a controles equivalentes— amenaza la viabilidad de la flota comunitaria.
Las voces del sector
El presidente de Cepesca, Julio Morón, lanzó un mensaje directo: “En lugar de felicitar y premiar a la flota europea porque hemos reducido en dos tercios el número de barcos desde que España entró en la UE, nos aumentan el control e inspección con medidas de imposible cumplimiento en numerosas ocasiones, como la obligación de desembarque”.
Morón recordó que la flota española ha reducido su capacidad, ha cumplido con los planes de gestión y que hoy “todos los stocks que capturamos están en verde, en estado biológicamente saludable dentro del Rendimiento Máximo Sostenible”. Aun así, Bruselas refuerza medidas como la instalación de cámaras a bordo, lo que genera “la sensación de ser permanentemente presuntos culpables”.
Conclusiones compartidas
El encuentro concluyó con un mensaje claro: la transición al nuevo reglamento debe ser un esfuerzo colectivo, en el que administración y sector colaboren estrechamente para garantizar que las medidas refuercen la sostenibilidad y la trazabilidad sin poner en riesgo la competitividad económica.
Martín Fragueiro insistió en que el éxito del proceso dependerá de “la capacidad de anticiparnos siempre que sea posible y de colaborar con todas las administraciones competentes” para asegurar que la implementación sea eficaz y beneficiosa para toda la cadena de valor.
La clausura corrió a cargo de Aurora de Blas, directora general de Ordenación Pesquera y Acuicultura, quien respondió a algunas de las inquietudes planteadas y reafirmó la voluntad del Gobierno de mantener un diálogo abierto y permanente con el sector, con el objetivo de que la transición al nuevo marco regulatorio se produzca con las máximas garantías.
Un reto estratégico para Europa
En definitiva, la jornada de Madrid puso sobre la mesa tanto la necesidad de reforzar la trazabilidad y el control de la pesca como la urgencia de no asfixiar a una flota que ya ha demostrado sacrificio y compromiso con la sostenibilidad. Con el reloj corriendo hacia 2026, administración y sector se enfrentan al desafío de transformar un reglamento complejo en un instrumento útil que combine sostenibilidad, equidad y viabilidad económica.
